10. Iván

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Habían pasado varios días desde aquel humillante día, donde reveló aquella sucia identidad, conocida como Iván Habbo. Así como varios días donde no cambiaba las sábanas de su cama, incluso con sus invitados ahí, Bruno y Nicolás, se mantenía pegado en la cama la mayor parte del día, pensando, tanto que incluso su rostro había dejado huella en la almohada.

Demasiado bonita...

Que vergonzoso.

De repente escuchó la puerta estampándose contra la pared, pero ni siquiera con eso se movió, tan solo girando el lado de su cara para acomodarse un poco.

Entonces ya son las dos...

---IVÁN, YA ENCONTRAMOS UNA BUENA FORMA DE SACARTE DE AQUÍ.

---SI IVÁN, CHE, TENÉS QUE VENIR CON NOSOTROS YA, AHORA MISMO.

---¿Ahora mismo? ¿No era a la noche?

---Ah, sí, me confundí Nico, perdón jeje...

Casi tan sordo como mudo, el azabache solo contemplaba la pared pegada a su cama, sin mirar a sus dos amigos, que por alguna razón comenzaron a venir cada día religiosamente luego de almorzar con los padres de su Iván, claro, venían para traerle su parte del almuerzo y que no pereciera solo por su tristeza, pero esa era en parte la excusa para venir a animarlo, cada uno a su manera.

Esa excusa para animarlo; sin éxito... hasta ahora.

De repente ambos estaban de cuclillas a la altura de la cama, para mirar el cabello desordenado de su amigo, quien en su deprimente situación ni siquiera podía dar la cara. Tan triste, como si se tratara de una novela.

---Eu, amigo ya dejá de dormir, te andás perdiendo de todo, no preguntes como, pero estoy pelón.

De repente giró la cabeza para encontrarse con la nueva apariencia de Bruno, quien así como dijo era verdad, tenía el cabello muy corto, quizá como uno o dos centímetros de largo, deshaciendose de esa imagen ruda, jovial y fresca que solía tener, ahora causando un ligero movimiento entre los labios fruncidos de Iván.

--- Wtf... ¿Te vas a la militar?--- Finalmente habló.
--- No, no. Pero fui a ligarme a una mina por un centro comercial... resultó ser un pibe.
--- Hm...--- De repente levanto la cabeza para apoyar un brazo debajo de esta.--- Creo que puedo entenderlo...
--- Sí, fuímos con Nico y nos terminaron invitando a la fiesta que hará hoy el tipo que me dejó así de fachero.

La seriedad con la que Bruno colocaba su mano sobre su barbilla y fruncía los labios para molestar a Iván solo era superada con la seriedad que se tomaba el rubio de limpiar la frente de su amigo con una camiseta que encontró encima de la cama de su amigo. Mierda, ya sé lo que van a deci-

--- Amigo tienes que ir.--- Bruno fue el primero en decirlo.
--- Si dale, vamos.--- lo secundó el más bajo.
--- No.--- Refutó Iván.
--- ¿Porqué?
--- ¿No amigoo, porqué?
--- No quiero.--- Refutó nuevamente.
--- Iván no, tenés que venir.
--- No me importa.---Otra negativa.
--- Dale Ivancito hemos venido desde el otro lado del mundo pa' verte y nos tratás así de ortiva...
--- Felicidades, ahora déjenme.--- Deslizó su cuerpo para quedar de espaldas y tirar de las sábanas para cubrirse hasta el cuello, el sarcasmo e ignorancia de su parte comenzaba a cansarlos, Nicolás miró preocupado hacia bruno, luego se aclaró la garganta.
--- Iván...
--- Hablá rápido Oscu que quiero dormir.--- El tonito desenfadado de su amigo comenzó a exasperarlo en menos de un segundo, haciendole fruncir el seño, pero tratando de que su enojo solo se limitara a eso.
--- Te queremos de la forma más heterosexual posible y vos lo sabés, pero ché... Te lo pedimos por las buenas, que te conste.
--- ¿Qué?--- Un escalofrío recorrió a Iván desde la planta de los pies hasta el último de sus desordenados y oscuros cabellos, volteándose a verlos y retroceder rápidamente, chocando con la pared; así como chocó con la realidad de lo que estaba por ocurrir.
--- Bruno, tú las piernas, yo las manos.--- Ordenó el rubio, quien en su pequeño arrebato miró a Iván con una pequeña sonrisa.

Carajo-

Volveré MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora