Un novio de mentiras

•10

Narra Olivia.

Gran parte de la noche me la pasé pensando en lo que había sucedido, y sobre todo en lo que Ibram me había dicho.

Debo confesar que cuando ví su rostro con una expresión que no pude leer, sentí un poco de... ¿Miedo? Y no de él, sino a lo que podía pensar.

El alivio inundó mi cuerpo al escuchar sus palabras. La comprensión que él tiene hacia las personas es algo sorprendente para mí. Estoy acostumbrada a conocer a chicos que son unos completos idiotas.

Entre ellos, Paxton y Edel.

Pero ahora, estoy conociendo a Ibrahim, y siento que es la primera vez que conozco a alguien totalmente diferente a lo que siempre espero. Busco alguna razón por la cual decepcionarme de él, pero no la encuentro.

¿En dónde había estado todo este tiempo?

—Así que ya tienes novio —dice Amber, la esposa de mi hermano, sentándose a mi lado a la orilla de la alberca.

—Mmm sí.

—Es agradable, muy servicial y educado. Creo que sus valores es por lo que le ha agradado a Kadir.

—Debe ser. Sigo sorprendida.

Jugueteo en el agua con mis pies.

—Kadir siempre es duro al principio —hablo nuevamente— ¿Cómo es que te enamoraste de él?

—Buenooo —sonríe—. Era duro pero amable. Es decir, podía hablarme un poco brusco mientras me ponía su abrigo en mis hombros. Y sé que es raro o masoquista de mi parte haberme quedado cerca de alguien así, pero entre más lo conocía, más iba descubriendo su lado cálido.

—Debo decir que su historia suena a un cliché de Wattpad. Kadir era el tipo de apariencia ruda que no tomaba a las chicas en serio y terminó enamorado de la chica tranquila.

—Lo domé —ella baila las cejas y ambas reímos.

—Eso veo.

Observo a mi hermano platicar con Ibram, mientras ambos se encargan de la comida. Kadir asa las carnes e Ibram pica los vegetales para la salsa.

—Tú eres igual —habla Amber y la miro.

—¿A qué te refieres?

—Eres dura. No dejas que la gente te conozca fácilmente. Podrán saber lo que tú creas necesario que sepan pero no dejas que vean o sepan de tí más a fondo.

Suelto un suspiro profundo y la miro fijamente.

—No entiendo cómo es que te abriste para tener una relación con Ibram —sigue hablando—. Debo suponer que de verdad te ablandó el corazón con su personalidad.

—Sí... Él es... muy diferente —musito—. Creo que me comprende demasiado bien.

—Pero, ¿Cómo es que comenzó a gustarte? ¿Simplemente lo viste y dijiste "oh qué guapo"?

Me quedo callada.

Sinceramente no había pensando en inventar algo para ese tipo de preguntas. Así que decido responder con sinceridad.

—No —niego con la cabeza—. La verdad es que cuando fusionaron nuestros grupos no fue una idea que me haya agradado. Yo intentaba sólo cruzar palabra con los de mi grupo. Fue hasta que un día yo hice un comentario en clase, Ibram estuvo de acuerdo con lo que dije y todos comenzaron a molestarnos —sonrío al recordar ese día—. Creo que fue la primera vez que volteé a verlo y le presté un poco de atención. En ese momento recordé que era el chico al que había visto en la semana de inducción cuando entramos a la universidad.