•13

200 29 17
                                    

Narra Ibram.

El fino sonido de las teclas de un piano me guían, hasta que entro al auditorio, en dónde veo a Olivia sentada frente al piano que está en el escenario y la melodía es creada por ella.

Su rostro luce tan concentrado que ni se percata de mi presencia. Sus delgadas manos se mueven ligeramente sobre las teclas y por momentos cierra los ojos, sintiendo la melodía.

Está tocando Christmas Tree de V, uno de los integrantes de BTS. Conozco esa canción porque a veces ella la ha escuchado estando conmigo.

—¿Por qué me gustas tanto? —inquiero para mí mismo.

Me doy risa, porque sé que seguramente debo parecer un tonto por la manera en que la estoy observando. Como si estuviera contemplando lo más bonito que existe.

Ella termina de tocar y mis aplausos no se hacen esperar. Olivia gira su rostro hacia mí y esboza una linda sonrisa.

—¿Cómo me encontraste?

—Te puse un GPS mientras dormías —bromeo.

—Alex te dijo, ¿No?

—Puede ser.

Ella vuelve a sonreír.

Antes de que nos viéramos envueltos en todo esto, cuando solo me limitaba a observarla de lejos, nunca la veía sonreír tanto. Pero ahora, me alegra que me permita ver más sonrisas de las que es capaz de mostrar normalmente.

—¿Cómo está tu herida? —inquiere, acercándose a la orilla del escenario y sentandose ahí.

Me acerco a ella y me quedo parado.

—Bien —respondo—. Creo que apenas y se ve la cicatriz.

—Solo muy de cerca.

—¿Qué tan cerca?

Me inclino hacia ella y sus ojos me observan expectante. Esbozo una sonrisa y me relamo los labios.

—Quiero besarte —confieso.

Sus ojos viajan por todo mi rostro hasta recaer en mis labios.

—Hazlo —dice.

—¿No vas a dejarme de hablar por días?

—No —sonríe.

Me acerco totalmente a ella y uno nuestros labios en un suave beso. Mi mano izquierda está sobre el escenario y mi mano derecha detrás de su cabeza. Ambas manos de ella están aferradas a mi playera azul.

El ruido de la puerta azotandose fuertemente nos hace separarnos de golpe.

—Lamento interrumpirlos —la voz de Danette inunda mis oídos y hago una mueca—, pero la coordinadora los está buscando.

—Gracias —murmura Olivia.

Danette nos observa con la típica mirada que conozco cuando está enojada. Sin embargo, no me hace sentir preocupado ni nada, simplemente la ignoro.

—Vamos —le digo a Olivia y rodeo su cintura para bajarla del escenario. Una vez ella está de pie, tomo su mano y pasamos a un lado de Danette.

—Ibrahim —llama mi exnovia. Me detengo—. Quiero hablar contigo.

Me giro y la veo con incredulidad.

—Hace más de un mes que llegaste, si quisiera hablar contigo, ya lo habría hecho —digo—. Compermiso.

Nuevamente sigo mi camino junto a Olivia y salimos del auditorio.

—Hablar con ella tal vez no sea pésima idea.

Un novio de mentiras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora