Capítulo 10

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Veo el cuenco con fruta y la jarra de agua desparramadas por el suelo. Noto que el chico de ojos grises se presiona sobre mí, como si buscara un posible refugio. No tardo en adoptar una posición de alerta para defenderlo de lo que sea que lo haya hecho correr hasta aquí de esa forma. 

Pero no duro mucho tiempo así. El médico venía corriendo hacia nosotros.

- Doctor ... - En cuanto se acerca un poco más, el chico que estaba refugiado en mi pecho, da un respingo y huye hacia mi espalda. Lo noto agarrar con fuerza mi camisa y apoyar la frente en mi espalda. 

- Se...Se... Deme un minuto para recomponerme...

Miro hacia atrás, el chico tiene el terror dibujado por todo el rostro, pero yo sólo puedo ver al médico medio ahogado por haber corrido. ¿Qué ha pasado en ese poco tiempo que he estado cogiendo la comida?

- ¿Ha pasado algo doctor?- Pregunto de manera seria ocultando mi preocupación, aún tengo los cuencos con comida que han sobrevivido al impacto en las manos.

- Ve...Verá señor Rocinante, he ido para ver al chico, quería revisar el estado de la herida y ya que estaba, aplicar por usted el tratamiento del chico.

- Oh, ya veo - En ese momento noto la frente del chico hacer movimientos de negación sobre mi espalda - pero no creo que sea necesario, yo me estoy haciendo cargo de todo el tratamiento.

- Pero señor ... 

- Insisto, quiero manejar esto yo mismo.

- De acuerdo... Voy a volver a las carpas comedor, ¿quiere que le traiga algo de lo que está en el suelo?

- No, no hace falta, muchas gracias por todo. Lo buscaré en caso de que sea necesario.

Veo al doctor alejarse en la dirección que he seguido para ir a por la comida. Dejo atrás la apariencia de líder calmado que soy capaz de adoptar de vez en cuando y dejo salir la preocupación de ver al chico allí.

- ¡Chico! - me giro - ¿Estas bien? - Quiero hacer contacto físico pero tengo las manos ocupadas; en su lugar, me agacho un poco para quedar a la altura de sus ojos; tiene la cabeza gacha y no los veo bien.

Cuando entran en mi campo visual, me doy cuenta de que el chico estaba temblando en el sitio. No sólo eso, también se está mordiendo el labio inferior e intenta con todas sus fuerzas contener el llanto. 

<<Ay no...>>

- ¿¡Chico!? - pregunto más inquieto de lo que estaba hace nada. No me esperaba encontrarlo así- ¿Qué... qué te pasa? Dímelo, por favor ...

No responde, sólo hace un esfuerzo aún mayor por no llorar, mantiene la mirada en el suelo.

- ¿Chico...?

Se forma el silencio durante unos instantes, no me atrevo a seguir insistiendo.

- Duele...

Abro los ojos aún más. Me quedo callado.

- Me... me duele...

Con esas últimas palabras reacciono. Le doy al chico todo lo que llevaba en las manos. Levanta la mirada un poco desconcertado, y antes de que pueda reaccionar, lo cojo en brazos como aquella primera vez que lo encontré.

Escucho quejas varias de fondo, pero no les presto atención. Sigo mi camino hacia mi tienda con el chico en brazos, que a su vez cargaba los boles que fui a buscar minutos antes. 

Entro a mi tienda apartando la gruesa cortina con el pie. Atravieso la estancia en un  par de pasos y llego hasta mi cama. Deposito al muchacho en ella lo más suavemente que puedo.

Me mira nervioso, su expresión de dolor no ha cambiado.

- Di...dime chico, ¿dónde te duele? - pregunto aunque ya me haga una ligera idea.

El muchacho por su parte, no contesta, tan solo gira la cabeza y rompe el contacto visual.

- ¿Te... duele... ahí?

El muchacho baja la cabeza. Se escucha un ruidito distinto a los sollozos, uno que no sabría definir. Entonces empieza a mover la cabeza de arriba a abajo muy lentamente.

- Déjame ayudarte entonces ... 

Aproximo mi mano a los pantalones que le están excesivamente grandes, en esos momentos me pregunto cómo habrán soportado en su sitio una carrera. El chico mantiene su mirada apartada. Poso mi mano sobre la tela, la agarro, y el chico reacciona. Agarra mi mano con su mano. El ambiente ha cambiado para mi parecer. 

- No voy a hacerte daño ... - El chico afloja su agarre sobre mi mano, pero no la retira. Espero unos instantes y empiezo a retirar el pantalón muy lentamente.

Se lo quito del todo y me quedo embobado unos segundos por la vista; siento mi cuerpo reaccionar, pero me centro al ver unas manchas rojas en la zona íntima del muchacho.

- Chi... chico, la herida se ha vuelto a abrir... voy... voy a encargarme de ello, tranquilo...

Empujo el pecho del muchacho y lo tiendo despacio sobre la cama. Cojo sus tobillos y los levanto, dejándolo en una posición un tanto comprometedora, totalmente expuesto. El chico se sorprende y exhala alterado, intenta moverse, incluso apartarme, pero no es la misma lucha de anoche.

- Sólo... sólo quiero ver mejor- hay parte de verdad en lo que digo, mi máxima prioridad es hacerlo sentir mejor, y para ello tengo que tratar sus heridas.

El muchacho se tapa los ojos y parte de la cara con los brazos. Apoyo una de sus piernas sobre mi hombro para poder maniobrar con una mano libre. Siento presión en la entrepierna... Esto es demasiado. 

- Primero voy a limpiar la herida, ¿vale...?

No responde y en esos momentos caigo en que no tengo agua en la tienda.

<<Mierda>>

- ¡CORAZÓN!- reconozco esa voz. Giro la cabeza y el chico se destapa los ojos. Ambos enfocamos la mirada en mi hermano que ha abierto la cortina de mi tienda de forma demasiado eficaz. Nos ve y a los segundos suelta una pequeña carcajada- Oh, vaya parece que nuestro pequeño prófugo se encuentra mucho mejor.

<<Tierra trágame...>>


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