Mientras pasan los años

Capítulo 8 - Música

Buenas noches, como andan?
Aquí va otro cap jsjsjs
¿Qué les gusta escuchar a ustedes?
Los dejo con la lectura 📖🤓
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21 de abril 2016

La música es una melodía de los sentimientos y las palabras del pensamiento, cuando toco algún instrumento me siento libre y como si mis preocupaciones desaparecieran con cada nota que suena.

Desde pequeños mi madre introdujo la música en nuestra vida, haciéndola una prioridad, pero también una de las mejores distracciones de la vida.

Antes de enseñarnos a tocar, cuando aún éramos muy pequeños, sólo tocaba para nosotros por la noche, así conseguía que nos durmiéramos rápido, ya que bueno... éramos unos niños con bastante energía y no nos quedamos quietos.

Empezó a darnos clases de piano a Colin y a mí cuando teníamos 7... un gran reto. Un año después mi padre nos enseñó a tocar la guitarra y meses después nos dejaron escoger otro instrumento si nos interesaba.

En resumen todos en mi familia tocamos más de dos instrumentos, aparte de el piano y la guitarra, yo aprendí a tocar el violín, Colin la guitarra eléctrica, Julie la flauta traversa, Amélie el arpa, Stephane el clarinete y Matthieu la batería.

Seguro piensan que mi casa suena a una orquesta mal organizada, pero después de unos años todos los sábados nos juntamos a tocar algunas canciones, para practicar, y en el resto de la semana tenemos clases particulares en días diferentes. Lunes Amélie, martes Stephan, miércoles Matthieu y Jueves Colin y yo.

Pensaran que al menos alguno de nosotros forma parte de alguna banda, o de la orquesta en la escuela, pero... no, no después de que mis hermanas se graduaran de la escuela.

Ellas sí estaban en la orquesta de la escuela, les iba bastante bien, íbamos a verlas a todas las presentaciones que tenían.

Después de que eso se acabara, intentaron animarnos al resto de la manada a participar, pero aunque la música era una prioridad, no era la única. Además de que no nos atraía mucho eso de estar en un grupo musical, lo único que llegamos a hacer era participar en algunos recitales de la escuela o entre mi familia, en navidad tocamos alguna que otra canción, pero fuera de eso, nada más.

Hoy practique una nueva canción, algo complicada, pero porque tiene muchos componentes.

Me relaje bastante en la clase, a parte en los últimos 20 min con Colin juntamos los instrumentos y sonó impresionantemente bien, él está haciendo su propia canción, que no va nada mal.

Tocar música es una parte importante de mi vida, pero también tengo audífonos y una playlist muy buena, para esos días que no hay nada que hacer, o para cuando leo y no quiero que nadie me moleste. Aunque gran parte de mi tiempo estoy escuchando música.

Cuando nos dieron a escoger entre otros instrumentos, estaba muy segura del violín, porque me encanta como suena y ahora que lo toco es muy terapéutico.

La guitarra, no me quejo... es linda y es mucho más fácil cantar mientras la toco. Al igual que el piano, sí tiene buena acústica suena increíble, y la manera en la que los dedos se mueven sobre las teclas, es como si bailaran.

Ya si lo vemos más poéticamente el piano es como la vida, las teclas blancas son las cosas buenas y las negras las malas, pero juntas hacen una combinación maravillosa, aunque no nos gusten los momentos malos en la vida, son más como un acompañamiento, para hacer ese gran balance.

Cuando sucede algo malo, sé que me puedo refugiar en las teclas del piano, en las cuerdas de la guitarra o violín o simplemente en la combinación de la letra y melodía, con la voz de algún cantante.

No tengo ningún género de música favorito, me gusta el pop, pop rock, música clásica y muchos otros.

Soy buena tocando, no lo negare, pero no me gusta presumir o mostrarlo tanto en público, solo cuando estoy animada y quiero, es bastante divertido tocar en clase de música mientras esperamos al maestro.

Muchas cosas son mejores si hay música de fondo, el ambiente cambia mucho dependiendo de las melodías, por eso es un muy buen medio para expresar sentimientos que no podemos describir con simples palabras.

Hay que tener talento para coordinación ojos-manos, pero si hay pasión, se puede lograr una melodía bastante buena.