[Capítulo 2]

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(P. O. V. Félix)

Es bueno tener a alguien que te acompañe a casa y agradezco más que sea Tomás, lo conozco desde que tenía siete años y me alegra que hasta ahora seamos amigos.

Digo, es un chico bastante simpático y agradable, algo sinvergüenza y distraído, pero, un buen amigo...

-¿te preocupa tanto que me vea tu hermano, o en que piensas?- sus palabras me sacaron de mis pensamientos.

-me preocupa más lo que puedan hacer si los dejo solos, a veces son como gatos enjaulados- nuestras miradas y sonrisas se quedaron en nosotros, si me preocupaba lo que pudieran hacer. La última vez Oliver le había echado una bronca por que se golpearon por accidente y... Si, Tomás le dejó el ojo morado. Aunque mis padres no se enfadaron.

-ya te dije...tu hermano tiene algo contra...mi- ví que su rostro cambió a una expresión de preocupación, me tomó del brazo y me jaló rápidamente por una salida.

-¿que haces?, mi casa esta por allá.

-lo sé, solo...- volteó a mirarme algo nervioso, algo sucede, -solo quiero pasar más tiempo contigo, ¿acaso no puedo?

Le seguí el juego hasta unos pasos más adelante, seguía sin soltar me del brazo. -ya, dime que sucede- su agarre se volvió más fuerte, volteaba hacia atrás, parecía buscar a alguien.

-no pasa nada- me dijo con una pequeña sonrisa de alivio. En cambio yo, lo miré seriamente, alcé un poco el brazo que estaba sujetando, ya me dolía.- a, S-Si perdon.

Seguimos caminando, por el camino que había tomado, nos llevaría unos 3 minutos más.

Volví a mirarlo, estaba pensativo -era...¿alguien peligroso?- se giró a verme.

Se que en algunas ocasiones Tomás se metía en varios problemas por no quedarse callado, ya hasta le era costumbre llegar a mi casa con varias heridas en el rostro y cuerpo como si nada.

-no te preocupes por ello- dijo sin verme, me acerque un poco,me estaba dejando atrás el poste este -perdona por traernos por aquí, creo que haré que llegues tarde...

-¿por 3 minutos?, dudo que se enojen.- es más... ¿Traje mis llaves?

No tardamos tanto en llegar, Tomás siguió preocupado el resto del camino. Me pregunto...que es lo que temía, normalmente no escapa ni escaparía de alguien.

Tocamos a la puerta, por suerte mi madre ya había llegado.

-Tomás es un gusto verte- mi madre es bastante cariñosa, no dudó ni en darle un abrazo a Tomás. Este como siempre le corresponde.

-cariño, vengan, pasen

La casa ya estaba limpia. De hecho mientras nos hablaba terminaba de sacudir -¿cómo les fue en el primer día?, ¿todo bien?-nos sentamos en el sofá para no estorbarle.

-todo bien señora Sandra, de hecho, debió ver a su hijo en su presentación, nos dió bastante risa- rayos... ¿De nuevo con eso?

-¿enserio, pues que dijo?- mi madre lo miraba con atención, disfrutaba de la historia, y yo, yo solo rodaba los ojos, miraba a otra parte, cubría mi rostro.

-decía que su comida favorita era el azul, el azul! - ambos se hecharon a risas, era normal estar nervioso, más si habían varios estudiantes nuevos en nuestra clase. No entiendo por que tantas vueltas con este asunto. Estaba poniéndome rojo de vergüenza, lo sentía, pero luego sentí un brazo rodeando mi cuello y una pequeña risa.

-fue un buen inicio de clases, sin duda.

-bueno, almenos todo va bien.

Mi madre se levantó y sacudió un poco. Unos "toc toc" vinieron de la puerta principal. -yo voy- dije, esperaba que fuera papá, pero no. -oh, hola Oliver- "rayos" escuché decir algo molesto a nuestro invitado.

Los chicos rarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora