[Presentación ¦parte 6] Soy Mía

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(5: 10 am)

La mañana estaba empezando para nuestra chica de pelos rubios. Hacía frío y la sensación de que la cama te atrapaba, no tardaba en aparecer.

Unos pequeños ruidos se escuchaban del cuarto de al lado. Era el de su hermano Luis. Estos hicieron que levantara, mientras se estiraba pensaba que día era y que hora era. Hasta que recordó que el primer día de clases ya había llegado.

Esto le emocionaba mucho, a ella le gustaba mucho ir. Pero más le gustaba la idea de encontrarse con sus amigos par ir. Mientras se sentaba en su cama de color rosa pastel y se arreglaba el cabello, reviso su celular de carcasa brillante.

-biblioteca y discoteca-

-"gané hoy"

"no puede ser :(" -

No le molestaba no haber sido la primera en decir que había despertado primero. De hecho, se sentía bien al saber que Emilio se encontraba bien. Pero en cierta parte se preocupaba que estuviera fuera, lo sabía gracias a la foto adjunta que había mandado el pecoso.

Quería preguntar como estaba, donde estaba, así que lo llamó, pasaron unos cortos minutos conversando, mientras eso pasaba, se levantó para cepillarse los dientes.

-ja ja, que gracioso, Emilio... Te vemos en un rato, ten cuidado, besos- ¿besos?, ella misma se reía mientras el otro lo hacía de su comentario, aun seguía dormida.

Luego de una ducha con agua tibia, se puso el uniforme y un abrigo de lana de color beige. Para su peinado sería el que llevaba normalmente a escuela y deporte, una coleta. No era necesario, pero igual se puso un maquillaje algo básico, casi no se notaba, pero a ella le gustaba.

Al salir vio que su abuela le estaba haciendo el desayuno. -¿mami que haces?- dijo soltando una pequeña risilla.

Su hermano Luis ya estaba en la mesa comiendo el desayuno que les había hecho su abuela paterna. -intenté decirle que yo lo haría, pero no me dejó- dijo el chico mientras comía.

-yo también intenté detenerla, pero ya sabes como es mi madre cariño- era su padre, al verlo fue a darle los buenos días con un abrazo, y luego a darle un pequeño beso a su abuela en la frente.

-saben que para mi no es problema, y no quiero estar ahí sin hacer nada-

-como digas abuela, igual no me quejo de tu comida, sabes que me gusta mucho- dijo el varón mientras tomaba sorbos de su café.

-claro, si eras un glotón, por suerte bajé, que seguro me dejabas sin comida para mi- la abuela y los chicos se rieron, Luis sintiéndose y haciéndose el ofendido.

Ambos terminaron de comer y se despidieron de su familia, también del abuelo, quien se encontraba regando las flores del jardín.

-y bueno, ¿que te dijo tu novio el japonés?- aunque no hubiera querido, Luis había escuchado por las paredes.

Estuvieron hablando durante el camino. Cuando estaban los hermanos juntos nunca se acababa el tema de conversación entre ellos o los demás.

Parecía que un resplandor salía de ambos de lo alegres y emocionados que estaban. Sus risas y voces se oían por las calles. Sus vecinos los estimaban mucho, y claro que varios saludos se hicieron notar.

Los chicos rarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora