[Capítulo 4]

8 1 0
                                    

(narradora)

—que bueno, por que te lo iba a robar por un rato más—, dijo colocando su brazo al rededor del cuello del más pequeño de los tres.

Las miradas entre ambos rivales se mantuvieron firmes, poniendo cada vez más nervioso al de ojos azules, quien lastimosamente están en medio de una discusión que no le incumbía.

Mientras tanto eran observados por un pequeño chico de cabellos rubios. —¿que haces?, deberías ir a tu salón hermanito—, dijo Mía.

Sin siquiera sobresaltarse por sus palabras ni quitar la mirada de aquel su entretenimiento dijo, —¿no es interesante?.

—¿que cosa?.

—que se peleen como niños. Si me lo permites iré a salvar a Félix, también deberías irte Mía—, se alejó tranquilamente y con las manos en los bolsillos. Rompiendo la tensión y el incómodo silencio que había en aquel trío, agarró a Félix del brazo y se fue, llevándoselo al salón.

—¡eh rata!, traelo de vuelta que aun tenemos de que hablar.

Luis giró su cabeza y le dedicó una pequeña sonrisa, —lo verás luego de clases—, dijo.

—disculpen, ¿puedo saber por que siguen fuera de sus salones?—, dijo el auxiliar del colegio mirándolos seriamente esperando una respuesta.

—disculpe, ya nos íbamos—. habló el de cabellos negros.

—será mejor que apresuren el paso a su salón, a menos que quieran apurarse en ir a casa.

—¿nos amenaza con mandarnos a casa?—, dijo Matías mirando desafiante al auxiliar.

Cubriendolo con su cuerpo, Tomas se puso en medio de ambos. —No se preocupe, ya nos vamos—, se giró y a empujones se llevó consigo al castaño enfurecido.

—cállate ya, nos meterás en problemas.

—Te hubieras largado tu, ese tipo no va a venir a amenazarme.

—no es momento de hablar, cállate.— a empujones llegaron a un salón al otro lado del de ojos azules. El salón 5A —bien, gracias a ti, no podré engañar al auxiliar.

—no es mi culpa que quieras estar un año atrás del que te corresponde—, el castaño apartó las manos del más alto y se dirigió a su salón. —en el receso te iremos a buscar, idiota.

—¿iremos?...

(...)

—¿y que hiciste entonces?...

—nada, ¿que podría haber echo? , solo espero que no se le ocurra ninguna tontería—, dijo sin ganas el joven alto sentado en su asiento, respondiendo a un compañero que estaba a su lado.

La campana del receso sonó y él sin ganas se levantó, —me tengo que ir—, dijo.

Apenas salió del salón empezó a buscar a su grupo con la mirada por el patio, (esto no hubiera pasado si me hubiera quedado con Félix y Luis), pensaba constantemente.

Siguió caminando hasta encontrar al grupo de chicas hablando solas, algo preocupadas.

—chicas, ¿que sucede?, ¿ocurrió algo malo en clases?

—¿y tu?—, preguntó Sasha, —¿donde mierda te habías metido?—, la pequeña se levantó del suelo en el que estaban sentadas y se colocó frente al de ojos cafés. —¿y bien?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los chicos rarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora