1-[Abrazo]

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Extrañamente era una mañana tranquila, nublado, pero tranquilo.

Eso es lo que mantenía confundidos al circo entero, pero por pura precaución, decidieron cancelar el entrenamiento de todo el circo, por varias razones.

Entre ellas estaba en el que el hombre vestido de sol quería enseñar cosas de atletismo y hacerlos andar en un triciclo para pasar a la cuerda floja, pero este se le fueron las ideas en el momento en que las nubes taparon el real sol que lo mantenía brillante.

Este había suspirado negando con la cabeza decepcionado de no poder aprobechar el día al máximo como lo había planeado, yéndose finalmente a su tienda y aconsejándole al resto que hagan lo mismo.

Esa fue la forma de la que llegamos a este punto, en el que el lugar estaba solitario y ligeramente gris.

El día estubo flojo, sin saber si ponerse nublado o soleado, jugando con las mentes de los que habitaban ahí. Todo había sido aburrido para tres personas en específico, el mayor llamado "Papi", el menor llamado "Popee", y el de máscara llamado "Kedamono".

El cielo daba vueltas hasta que llegó la noche, que fue el momento en el que este decidió ponerse nublado, chocando las nubes entre sí mientras estas soltaban ligeras gotas de agua.

El lobo desde su "Carpa" lo notó al asomarse para ver en el momento en que sintió una suave pero gran brisa de aire entrar a su campaña que estaba sin cerrar.

Le había caído una gota de agua en la punta de la nariz, emocionándose por la idea de estar calentito en su lugar con una manta o dos mientras leía algún libro comiéndo y tomándose algo tranquilamente.

Preparó todo, cerró su tienda de campaña, colocó unos cuantos libros de su colección para escojer, colgó una linterna arriba, unas mantas, una almohada, y se llevó unos pares de tapones para los oídos por si es que la lluvia sonaba muy fuerte.

Aquello por alguna razón le extrañó, sentía que algo que antes había mencionado le faltaba.

Era la comida.

O en el caso de los más específicos, el pollo asado, que le hacía babear la boca con solo imaginárselo, era lo que le faltaba y hacía sentirse vacío cuando no estaba presente.

Resaltándose al segundo después de haberse dado cuenta, abrió el cierre de su lugar y sin cubrirse ni nada de la lluvia, salió corriendo a por el pollo que había dejado debajo de un techo débil.

Recorrió lo más que pudo, encontrando al fin su objetivo lleno de pedazos de pollo queriendo volver a su pequeña y acojedora tienda.

Sonrió por un momento, deleitado por aquellos pedazos que tenía a su poder. Esa sonrisa marcada había desparecido de un segundo a otro, por los repentinos sonidos estruendozos que causaban revuelo y dolor en sus suaves orejas.

Lo primero que hizo fue taparse, siendo capaz de recordar que tenía unos pares de tapones en su bolsillo, que los uso de inmediato y tapándo el pollo cocinado corrió de nuevo lo más rápido que pudo.

Sujetaba con fuerza y temor a su comida, pero un relámpago lo rozó a su lado cuando no estaba ni cerca de su lugar.

Esto asustó al lobo, por lo que se detubo y miró a su alrededor. En ese momento reconoció la tienda de Popee, yendo corriendo hacia esta, pues no tenía muchas opciones.

Corrió mucho más rápido que las bombas que Popee le lanzó hace no más de una semana. Entró lanzándose a ese lugar, abriendo la olla llena de pollo que se encontraba impecable.

Sonrió gustoso y satisfecho, cerrándo la tienda hasta el momento en que se encontró a Popee mirándolo fijamente, buscándo una explicación amenazándolo de que si no era buena lo mataría él mismo.

30 días de OTP - Popee x Kedamono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora