Capítulo 19

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Doménico. 

Sonrío con gracia al ver salir a Madison del ascensor hecha una furia, admito que la chica es muy hermosa, pero no me llama la atención a como ella me hace sentir, toda mi vida he pasado teniendole un odio profundo a Damon, es un imbécil de mierda que siempre me quita l que quiero, por eso me encargo de joderme la puta existencia, lo detesto a más no poder, siempre se ha creído más que yo y eso es algo que no tolero.  

Subo a mi auto y sonrío al ver a la mujer ahí sentada, con sus hermosas piernas cruzadas, fantaseando con las piernas que ya he saboreado y he sentido enrolladas en mi cintura mientras la penetro sin control, paso saliva al verla se ve jodidamente  hermosa. 

—¿Cómo te fue? — me pregunta sin verme, aún así yo le sonrío.  

—Todo bien amor — le contesto 

—¿Damon estaba? — borro mi sonrisa cuando ella menciona a ese bastardo mal nacido, ella me da una mirada intensa sus ojos azules me observan. 

—No entiendo porque preguntas por ese imbécil — ella me observa seria, mientras sostiene el periódico son sus manos. 

—Porque quiero que el plan se ejecute bien — me dice tajante, mientras yo odio a ese imbécil. 

—Si estaba, estuvo un buen rato con la hermana de Christopher — arrugó el entrecejo cuando veo que arruga el papel con molestia mientras tensa la mandíbula —¿Sucede algo? 

—Sucede que esa niñita impertinente nos va a arruinar el maldito plan — entrecierro lo ojos y la veo acusatoriamente. 

—¿Será eso o es que te gusta ese imbécil? — le espetó molesto mientras mis celos corroen por mis venas 

—Sabes que nunca me enamoraría de él,  te he dicho millones de veces que él me obligó. 

Cuando mi madre conoció a Giuseppe, yo odié ese momento, pero una vez miré a Damon llorando, le pregunté a mamá y ella me había dicho que no sabía nada, pero una vez vi a Damon salir de su habitación llorando, mi madre había sido obligada por el para que le quitara la virginidad, pero él se molestó cuando mi madre lo rechazó. 

Desde que estaba pequeño, sabía que algo en mi no era normal, la posesividad que tenía con mi madre no era para nada normal, pero un día en específico, pensé que ella sentía lo mismo que yo, tenía cinco años cuando ella conoció a Giuseppe y desde ese día todo cambió, en ese momento supe que ella no sería para mí. Pero estaba equivocado, a mis 13 años perdí la virginidad con ella, fue maravilloso saber que mi amor en silencio era correspondido por ella y desde ese instante deje de verla como mi madre, si no como una mujer, como mi mujer y a la fecha es una mujer bien candela, le doy lo que no le da ese vejete, pero mi madre no quiere dejarlo hasta que le quitemos todo a esos inútiles de los Salvatore.  

Conduzco hacia un hotel de lujo, porque ella se merece lo mejor, una vez estando en la habitación ella me besa con frenesí, la tomo de la cintura mientras ella enrolla sus piernas en mi cintura. 

—Eres mi pecado perverso — le susurro contra sus labios — Acaso estoy loco madre, con amarte con esta locura que me cargo. 

—No lo estás porque yo también te amo, eres mi orgullo — responde ella jadeante — ahora complace a tu mujer, porque eso es lo que soy para ti. 

Y Sin más la ropa sale por los aires y me deleito con su delicioso y pecaminoso cuerpo, la acuesto sobre la cama, me coloco el preservativo de manera rápida, ansioso por enterarme en ella y así lo hago, suelto un jadeo alto al sentir como sus paredes aprietan mi polla y así empieza el vaivén de mis penetraciones, el deseo me gana y sin más le doy la vuelta, ella queda en cuatro dándome una perfecta vista de su culo. 

Deseo Perverso [✔ Completa, Pronto a Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora