Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 19: Verdad Desastrosa.

Aizawa estaba demasiado nervioso y eso lo notaban alguno de sus subordinados. Se alejó de ellos ocultándose en una de las tantas cuevas. Tenía las palabras grabadas de la Oráculo en su cabeza y de los tres meses de embarazo que tenía el príncipe de los lobos y su Guardia Real. ¿En qué problema se habían metidos ese par de príncipes?, aunque las palabras de Fuyumi recalcaban el amor que se profesaban y de la unidad que llevaría a los clanes a la victoria.

—¿Qué hago?— se dijo el vampiro tratando de buscar las mejores palabras. ¿Pero las había?.

—Shota— la voz del pelirrojo lo hizo saltar, se dio media vuelta viendo a Enji frente a él—. Te he estado buscando.

—S-sí, yo también— dijo Aizawa, ¿qué le decía ahora?.

Enji se acercó notando los extraños nervios sobre el pelinegro, sabía que no le podía mentir. Lo tomó de los brazos.

—Quiero que me digas que hablaste con mi hija. Fuyumi es la Oráculo y sé que algo ha visto— le dijo el Rey.

Aizawa sintió que el estómago se le apretaba, tomó aire y coraje para usar sus dones de no sabía qué y controlar a la bestia.

—Bien, quieres saber que me dijo tú hija, te lo diré Rey de Vampiros, pero debo tener tu palabra que no harás una locura— le dijo Shota mirando con determinación al pelirrojo.

Enji frunció levemente el ceño, estaba seguro que aquello no le iba a gustar.

—Depende— dijo el pelirrojo con rostro serio.

—Depende de qué— le dijo Aizawa.

—De la gravedad del asunto.

El pelinegro miró al mayor y supo entonces que no prometería nada.

—Habla— ordenó.

Shota se alejó un poco y tomó coraje para hablar.

—Shotō y Natsuo serán padres— le dijo el pelinegro para empezar.

Enji no pudo evitar sonreír.

—Al fin mis hijos seguirán con nuestro linaje, espero que sean una vampiras de buen estatus.

—El problema es ese, las madres no son vampiras— dijo Aizawa temiendo el infierno que se vendría—. Una de las madres es el príncipe de los Licántropos, y el otro es su subordinado Izuku.

Enji sintió una fuerte presión en su pecho y una ira incontrolable que lo cegó por completo. Era como si el fuego del abismo le saliera por el cuerpo. Shota sintió verdadero terror, pero luego recordó las palabras de la Oráculo. ¿Cómo podría detener la ira del Rey de fuego?.

—¡¿Cómo has dicho?!— preguntó Enji con ojos llenos de ira.

—Shotō y Natsuo serán padres dentro de dos meses. El príncipe lobo lleva en su vientre una criatura formada por la unión de él y Shotō, y esa criatura será quien salve a los Clanes— le dijo Aizawa—. Y Fuyumi-san fue quien me lo dijo, también habló del hijo de Natsuo, también tiene una misión en esto.

El pelirrojo estaba aún más enojado porque su hija no se lo contó directamente. Y Shotō, ¿cuándo pensaba decirle la verdad?. ¿Cuánto tiempo llevaba viéndole la cara?. Y para peor Natsuo, su hijo mayor también había sido cómplice de tan grave traición. ¿Cómo era posible esto?.

—¿Cuándo sucedió?— preguntó Enji.

—El día que llegaron a nuestras tierras— le dijo Shota.

—O sea que mis hijos, ¡llevan mintiéndome desde siempre!— gritó de pronto—. ¡Todos me han mentido!.

—Yo no te he mentido— le dijo Shota—. Me acabo de enterar.