Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 12: Nuevo Plan de Guerra.

Después de los entrenamientos, los vampiros regresaban al castillo.

—Mí príncipe— le dijo Ojiro a Natsuo—. No fue mi intención golpearlo tan fuerte.

—Ganaste con justa razón— dijo el albino—. Te subestimé.

—Son sólo los entrenamientos a los que nos somete el Capitá Shinsō— le dijo Mashirao.

—Pues son bastante fuertes— sonrió Natsuo—. Además— dijo tomando la cola del rubio—. Esta es un arma bastante poderosa.

Bajo la máscara Ojiro se sonrojó, estaba acostumbrado a sentir las manos de Shinsō sobre ella. Keigo se acercó al albino y le tomó la cola a su amigo.

—Cuidado príncipe— le dijo Takami—. La colita de Mash es algo más que un arma.

—Lo siento— se disculpó el albino.

Continuaron su camino por los pasillos, Natsuo les mostró las habitaciones. Mientras que del otro lado del pasillo, Kaminari y Kurono se encontraban junto a Shotō en la biblioteca.

—La llegada de la Legión del Este no es buena señal— les dijo el bicolor—. Mí padre pronto comenzará a mover sus tropas a las tierras de la Muerte. Debo ir ahora, no puedo esperar lo que habíamos dicho.

—Ni siquiera sabes si el lobo va a escucharte— le dijo Denki—. Lo más probable es que no quiera que nazca esa criatura.

—De todas maneras las palabras de la princesa fueron claras— dijo Hari—. Y sí el prínicpe necesita ir, debemos estar listos.

—De acuerdo, ¿y cómo lo haremos con el Rey y el príncipe Natsuo?— les preguntó Kaminari—. Sí lo vemos objetivamente no tenemos ninguna excusa para salir del reino. ¿Qué le vamos a decir?.

—No lo sé. Hablaré con Natsuo y le pediré ayuda a Fuyumi— les dijo Shotō—. Ella es la única que nos puede hacer salir del reino, y también calmar las aguas.

—La magia de ella podría protegernos— dijo Kurono.

El bicolor miró por la ventana, la hora de la cena se acercaba.

—Bien, vayan a arreglarse pronto servirán la cena.

Kurono y Kaminari se alejaron para ir a darse un baño y prepararse para la cena. Shotō fue a su habitación, se recostó sobre la cam pensando en aquel cenizo de carácter bárbaro.

—Prometo que te veré pronto— pensó el bicolor.

Mientras en las tierras de la Muerte, Bakugō y Midoriya terminaban su último día de celo. El cenizo estaba harto de permanecer en su habitación. El encierro lo estaba matando, necesitaba salir y dejar de pensar el ese vampiro de fría mirada.
Por su lado Midoriya estaba harto de ver como Kirishima llegaba todo magullado, después de los entrenamientos. Sabía que Kai estaba ejerciendo poder sobre el pelirrojo, aprovechando la ausencia de Katsuki y él. Ya mañana se podría reincorporar a los entrenamientos, además que seguramente deberían salir de cacería.

Lejos de ahí en las afueras de ambos reinos, se encontraban las tierras de los Hombres. La ciudad de Hierro más grande del Reino humano, después de la guerra con los clanes enemigos. La tecnología había ayudado al hombre a crear las nuevas armas, balas de plata con azufre. Esta combinación hacía que la plata se tornara oscura y al contacto con la sangre del lobo, producía una explosión en la zona afectada. Junto a ello mejoraron las balas ultravioletas para aniquilar a los vampiros combinándolas con plasma. Esto hacía que se quemaran desde el interior.

El líder de los humanos era un demonio llamado Shigaraki Tomura, su mano derecha era un joven de rostro quemado conocido como Dabi. El científico que creo las balas era un hombre que llevaba una máscara llamado Compress. Él y su ayudante Twice eran los encargados de abastecer a la Rebelión con las armas mejoradas.