Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 23: Secuestro.

Los días pasaron y finalmente la fecha se acercaba para dar a luz. Tanto Bakugō como Midoriya permanecían juntos en una de las habitaciones construídas. Ahí eran atendidos por los médicos vampiros y lobos, ambos cuidaban de los lobos en cinta. Mientras que la Guardia Real de los clanes cuidaban día y noche aquella puerta, por orden de la Oráculo debían permanecer a su lado.

Era una fría noche y Fuyumi se encontraba en uno de los salones del lugar. La albina pensaba en sus hermanos y el destino que tendrían si no se hacían más fuertes. La chica había visto algunas cosas, pero nada era claro todo era muy confuso.

—Mi señora— le dijo Momo acercándose—. Deberías estar en tu habitación.

—Ven— dijo Fuyumi.

Yaoyorozu hizo caso y se acercó a la albina, ésta la tomó del rostro y le dio un suave beso en los labios.

—Si te mando a proteger a mis sobrinos, debes ir— le dijo Fuyumi después de separarse del beso—. Debemos estar alerta.

Momo asintió, entendió entonces que la princesa había visto algo. Se sentía con algo de temor pues no sabían a lo que se enfrentarían. De pronto sintieron unos pasos, eran Shotō y Natsuo, ambos buscaban a la Oráculo para saber cuando sería el parto. Las fechas tendían a variar así como los plazos y el mismo futuro, ambos padres se encontraban constantemente preguntándole a la chica cual sería la fecha especial.

—Fuyumi— le dijo su hermano menor apenas la vio.

La chica sonrió.

—Supongo que vienen a saber por la fecha de nacimiento— les sonrió la albina.

—Lamentamos molestarte tanto— le dijo Natsuo.

—No lo son— dijo Fuyumi.

—Sabes que los guerreros de Hierro están cerca— le dijo Shotō—. Necesitamos tener más certeza en cuanto a las fechas.

—Haré todo lo posible por.

Un fuerte estruendo sacudió el lugar por completo, humo comenzó a salir de la parte norte del castillo, ahí se encontraban Bakugō y Midoriya.

—¡Katsuki!— gritó Shotō echando a correr, destrás de él iban sus hermanos y Momo.

De la fuerte explosión el príncipe de los lobos e Izuku despertaron de golpe. El cenizo se levantó siendo protegido por Midoriya, el peliverde se sentía agotado por los últimos días de embarazo.

—Así que aquí están— dijeron de pronto.

Un demonio de aspecto demacrado apareció delante de los lobos.

—Y al parecer son los dos en cinta, Tomura. ¿Qué haremos?— le preguntó Dabi.

—Matemoslo— sonrió Himiko—. Yo puedo beber su asquerosa sangre y saber los secretos del clan.

Bakugō tomó de un brazo a Midoriya y lo puso detrás de él.

—No príncipe— le dijo el peliverde.

—Quiénes son ustedes— les dijo Katsuki mirando a todos lados, no estaban sus parejas.

—Somos los demonios de las tierras de Hierro— le dijo Shigaraki acercándose—. Y da la casualidad que necesitamos de un ser inmortal para poder sobrevivir— sonrió—. Y tú llevas algo que nos interesa mucho.

Katsuki se tapó el abdomen.

—Nos llevaremos a ambos— les dijo Tomura—. Podremos criar a las criaturas como nos parezca, y estos dos nos darán los hijos que engendremos con ellos.