Lazos de Sangre 🧛‍♂️🐺 [Todobaku].

Capítulo 18: Las Tierras de Pandora.

Llevaban más de tres semanas siguiendo el camino a Pandora, apenas el sol se ocultaba hacían un pequeño campamento para descansar, pero la marcha inicial comenzaba una hora antes que saliera el sol.

Por palabras de Fuyumi los Reyes sabían que sus tierras ya habían sido invadidas por la tierra de los Hombres. Aquellos pobres ignorantes que no sabían que sus vidas estaban siendo guiadas por malditos demonios sin corazón ni miedo. Las cosas para los vampiros y lobos se podían complicar si no tenían un plan de resguardo.

Durante el viaje la compañía de ambos príncipes estuvo bien al pendiente de Bakugō, pues el cenizo tendía a marearse si caminaban mucho. Shotō se mantenía a su lado aludiendo a la compañía de la realeza, aquella cercanía no era bien vista por el Rey de los vampiros que aún mantenía su desconfianza con los Licántropos.

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Se cumplían ya tres meses desde que la caravana había salido de las Tierras de la Muerte, Pandora se veía a lo lejos. Durante ese tiempo el vientre de Bakugō comenzó a crecer, su Guardia Real y la de su novio lo ayudaban a disimular su extraña subida de peso. El cenizo estaba muy consciente junto al bicolor que no podían esperar mucho más, al llegar a Pandora debían contar la verdad a sus padres. Todo aquello fue seguido de cerca por la Oráculo. Incluso Midoriya estaba en esa incómoda sintuación, el Rey de Hielo no lo aceptará jamás, y durante ese tiempo Kirishima se siguió haciendo pasar por el padre de ese hijo.

En una carroza tirada por caballos iba Fuyumi, su escolta la seguía a su lado en su propio caballo.

—Momo— le llamó la albina sacando la cabeza para verla.

—Mi princesa, que ocurre— le dijo la chica.

—Llama a Shota, necesito hablar con él, Pandora está cerca.

—Enseguida— Yaoyorozu cabalgó hacia adelante entre la caravana buscando a Aizawa. Sabía que el pelinegro siempre estaba con su Rey.

Finalmente lo halló en la parte delantera.

—Shota-san, la princesa requiere de su presencia— le dijo Momo.

—¿Mí hija?— dijo Enji.

—Disculpe Rey, ella sólo pidió ver al Comandante— le dijo Momo.

El pelirrojo no dijo nada, Aizawa guió su caballo siguiendo a la pelinegra. Llegaron con Fuyumi, detuvieron el carruaje un momento para que Shota se subiera.

Continuaron el camino.

—Princesa dime que necesitas de mí— le dijo Aizawa.

—Tu ayuda con mi padre— dijo Fuyumi—. Hay algo que debes saber.

Shota se sintió preocupado de pronto.

—Necesito que tengas la mente muy abierta en lo que te voy a decir— comenzó la albina, eso puso más nervioso al mayor—. El príncipe Katsuki está en cinta y el padre de esa criatura es Shotō. El Guardia Real Izuku está en cinta y el padre es Natsuo, no Eijiro.

Aizawa se quedó en completo silencio tratando de comprender las palabras de la Oráculo, no lograba dimensionar lo fuerte que se escuchaba aquello. Su mente trató de entender que los príncipes de los vampiros habían dejado embarazados a dos lobos, y uno de ellos era el hijo único del Rey Lican.

—Eso-no es posible— articuló apenas Shota. Realmente no se imaginaba el caos que iba a generar aquella noticia.

—Es posible, y fueron concebidos dentro de nuestras murallas cuando los lobos estaban en etapa de celo, así que fue posible. Es algo que jamás se había visto en estos tiempos, pero sí en Eras pasadas, de criaturas más sorprendentes que el mismo Franchesco Corvinus. Por tanto que me fue revelado, sé que es posible. Pero el hijo de los príncipes tendrá un destino que debe cumplir, y el otro bebé tendrá otra misión. Pero ambos deben nacer.