Capítulo 1. - El comienzo del destino del hijo rojo-

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Dicen que el hilo rojo une a las almas gemelas desde el día de su existencia, eso sí, no se habla de que este hilo rojo puede atravesar épocas, pero desde que me sucedió lo que les vengo a contar... puedo confirmar de que es así.

Mi nombre es ____ tengo 17 Años, nací  en _____, un país de Latam (latinoamerica), mis padres murieron una noche que fueron de fiesta (les importaba más salir que estar con sus hijas), fue así que tuve que hacerme responsable de todo a mi corta edad.

Siglo XXI.
El mundo tecnológico llegó con su máximo esplendor, la humanidad estaba sumergida en la tecnología a todas horas del día.
Es un poco abrumador pensar que ya los humanos no se transmiten miradas, amor, ni siquiera comunicamos verbal como antes.
Aburrida del mundo me dirijo a mi hogar, donde mis hermanas esperaban a que llegara con el alimento que ellas por su comodidad no podían salir a buscar.

Llegué... -dije sin ánimos de nada, después de todo estaba cansada, mi entrenamiento de boxeo me había dejado bastante agotada, y mis hermanas no hacían nada por ayudarme.

Por fin, morimos de hambre! -exclamó una de ellas-

No crees que podrías aportar un poco y buscar el alimento tú  de vez en cuando? - respondí a su reclamo algo molesta, ella sin decirme nada tomó los alimentos y se marchó, ya estaba cansada, a mis 17 años ya tenía que hacerme cargo de mis hermanas solo por ser 2 años menores que yo, rezaba el día en el que dejaran de abusar de mí-

Bien, Andrea... debo ir a trabajar, cuida de Fernanda... -Andrea solo me miró y asintió, fue así que me dispuse a seguir el camino hacía el trabajo que tanto odiaba, tomé el metro ya que estaba algo justa con la hora, al entrar a la estación un chico de bellos ojos, sin intenciones, golpea su hombro con el mío, el me pide disculpas y se marcha... yo sin tener la oportunidad de hacer lo mismo sigo el camino y me subo al primer vagón que se detiene frente a mis narices.

Al subir me doy cuenta de que el ambiente esta bastante extraño, no había nadie más que yo en el vagón, me siento sin preocuparme mucho y me coloco los audífonos, cierro los ojos y el metro continúa su marcha...
Pasaron 7 minutos y me extraña bastante el hecho de que no se haya detenido en ninguna estación, abro los ojos y puedo ver que este seguía su marcha a una velocidad abrumadora.

Que sucede?!- dije angustiada, el negro de la oscuridad de afuera comenzó a brillar, desprendía varios colores sin yo tener la oportunidad de rescatar alguno de ellos, fue así entonces que una luz muy fuerte alumbró completamente mi rostro, todo se volvió oscuro nuevamente.
Un dolor de cabeza hizo que me sentara, al parecer me había desmayado y el dolor que sentía lo más probable es que fue gracias al golpe que me di cayendo.

Dios, que dolor - toque mi nuca con mi mano izquierda, en ese momento sentí una brisa bastante fuerte, abrí mis ojos y me encontraba dentro de lo que parecía ser un barco... esperen, que?.

Mire a mi alrededor y solo pude ver a varias chicas que me miraban algo curiosas, estas lucían dañadas, algo golpeadas, una de ellas se me acercó y puso su mano sobre la mía.

Estas... bien? -dijo algo asustada y a la vez preocupada, donde demonios estaba?-
Te desmayaste, nos preocupaste, pensamos que uno de esos bárbaros te habían golpeado tan fuerte que sufriste una convulsión.-
espera... que?, bárbaros?. -dije bastante confundida, me levante de golpe y observe mis manos, estaban algo sucias, mi vestimenta no correspondía a la que tenía puesta hace un momento, que estaba sucediendo?!- dios, donde estoy, tengo que salir de aquí! - me levante y corrí hacia una puerta, las demás chicas me detuvieron.

-No lo hagas, te matarán!
- déjenme, no las conozco!!... - esperen, quizás solo me quede dormida en el vagón y todo esto era un sueño de mal gusto, golpee mi mano contra la puerta pensando en que todo sería un sueño, pero esta dolió bastante- ay dios que esta sucediendo -la agite para aliviar el dolor de aquel estúpido golpe... en eso  la puerta se abre, varios hombres con vestimentas de soldados nos agarran y lanzan fuera del barco, amarradas como animales nos escoltan hasta lo que parecía ser una feria, desde cuando los humanos se comercian!?.

El Hilo Rojo. (Mehmed Sultán - Mustafa Sultán).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora