Sentimientos encontrados

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Aun ambos dentro del agua, nos besamos como si no hubieran más días,  como si solo estuviésemos los dos en el mundo, ambos envueltos en deseo y pasión, ignorando las responsabilidades, las leyes, y el imperio, éramos solo el y yo... todo se detenía mientras tomábamos la dulce miel de nuestros labios. Esto no se detuvo solo a besos, el comenzó a bajar una de sus manos, llegando hasta uno de mis muslos, su boca dejó la mía para dirigirse detrás de mí oreja, bajando con suaves besos por mi cuello...
Esto siguió hasta que llego a la parte de mi pecho.

Mustafa... - susurre, mi cuerpo estaba completamente ardiendo, cada toque que sentía de sus manos provocaba que me estremeciera...-

Necesito... necesito que seas completamente mía -indicó mientras robaba otro beso de mis labios, tenia que detenerme, y detenerlo a el también.
Con una mano lo aparte ligeramente... -
Mustafa por favor, no podemos hacer esto aquí- anuncie con mis ojos completamente cerrados, si veía su cara de deseo no podría oponerme a su seducción.
Sentí una caricia de el en mi rostro-
Tranquila, no te obligare a nada - al abrir mis ojos pude ver su actitud, estaba tranquilo junto a una dulce sonrisa, eso me hizo caer completamente rendida a sus pies esta vez, entrelace mis brazos a su cuello... y apoye mi cabeza sobre su hombro, me sentía protegida, me sentía en paz. Así estuvimos, abrazados por un largo momento...
Luego de aquello salimos para recostarnos en el hermoso césped del lugar.
El aprovecho el momento para acercarse a mi, yo me encontraba recostada mirando los cielos, mientras que el a mi lado se encontraba apoyado en su brazo derecho, mientras que con el izquierdo jugaba con mis cabellos...

Eres perfecta - me susurra con una sonrisa, sus magníficos ojos brillaban como con una especie de emoción.-
Nunca había visto, tal belleza en mi vida... - no pude evitar sonreír, nunca en mi vida me habían dicho aquellas cosas, me sentía atrapada... fue así que  ya había pasado tiempo y comenzaba a ponerse el sol. Mustafa ya se había vestido, pero yo no.

Mustafa es hora de que volvamos - me levante de un salto y comencé a colocarme el vestido, el me ayudaba para que yo no cayera con lo voluminoso que era. El mientras sostenía de mi brazo me alzó hacia arriba, nuevamente me beso pero de una manera más tranquila - cada vez... que estoy junto a ti, solo tengo ganas de besarte Zerdali... - me pasaba exactamente lo mismo, se muy bien que si estuviésemos juntos más tiempo, nuestros labios jamás se despegarian del uno al otro.
Yo... - iba a responderle de manera cariñosa, pero un carruaje nos interrumpió,
Rápidamente tomamos distancia, y desde el carruaje bajo la sultana Mahidevran, junto, adivinen quién...

Mustafa que estas haciendo aquí- la sultana hablo de manera desesperada-
Madre tranquila, solo he venido a practicar un poco - Mahidevran me miró furiosa -
A practicar!?, que cosa quieres practicar con esta rata!, es una arpía de Hurrem, a caso no puedes darte cuenta Mustafa- grito molesta, Mustafa frunció el ceño-

Madre  no permitiré que hables de esa forma a Zerdali - hablo despacio y desafiante, Mahidevran miro a su hijo con un poco de decepción-
Hijo, como no te das cuenta... este es un plan solo para alejarte de tu padre, Firial me lo ha dicho hijo... - Mahidevran trato de tocar la cara de Mustafa pero este retrocedió unos pasos, yo por mi parte mire a Firial con odio y rabia, como se atrevía haber hablado con Mahidevran, como se atrevía a traicionar a nuestra sultana. -

Mi sultana, yo no tengo nada que ver con un plan - indique, pero esto la hizo enfurecer más. -

Calla!, maldita rata inmunda, ya veras lo que te haré - en ese momento Mustafa se posiciona frente a mí, salvandome de las maldiciones y mirada asesina de de su madre Mahidevran.
Ya basta Madre!...- ya muy molesto sube su tono de voz - vuelve al palacio sultana, nos veremos allí... Yahya! - grita, en eso Yahya sale detrás de unos árboles junto a su caballo, espera... como era posible?, en que momento?... claro, después todo me hizo sentido, Yahya jamás dejaría a él príncipe solo, osea que lo más probable haya podido ver toda nuestra escena, por allah... que vergüenza.

Vamonos ya Zerdali- Mustafa me tomo por la cintura y me acomodo sobre su caballo, luego se subió con seguridad absoluta -

Pero Mustafa- angustiada la sultana por la molestia evidente de su hijo, trato de pedirle que la escuchara por última vez, pero el solo hizo galopar al caballo alejándose completamente de ella... a gran velocidad llegamos al palacio, en donde su alteza me bajo de su caballo, se veía molesto, confundido. -

Su alteza - susurre angustiada, quizás estaba así por lo que informó Firial a su madre.

Dime...- hablaba mientras que su mirada no se encontraba con la mia- dime que no es cierto lo que dijo mi madre...- sí, era exactamente lo que temía, como podría enfrentarme a esto?... era cierto que todo empezó como un plan, pero también era cierto que mi corazón comenzaba a latir con más fuerza cada vez que lo veía, como podría decirle... que amaba con intensidad estar a su lado. -

No su alteza, como es posible que pueda pensar así de mí, siendo que no me importaría arriesgar mi vida por usted su majestad- mis ojos se colocaron vidriosos por la situación, el lo notó y no resistió bajar del caballo-

Te creo... - se acercó a mi y me acaricio el rostro- no quiero que hablen así de ti - me dio un pequeño beso en la frente y arreglo mi cabello- no quiero que tus bellos ojos se nublen de tristezas, prométeme que no dejarás que las lágrimas consuman tu bella vista - esas palabras estaban acompañadas de suaves caricias en mi rostro, me sentía en las nubes, me sentía feliz... sentía una felicidad plena dentro de mi alma, de mis huesos, de mi ser... como era posible, no quería permitírmelo pero sucedió. Me enamore del príncipe Mustafa como una pequeña niña, que tonta, que ilusa fui, tomé su mano, la bese.

Su alteza, es usted el que ilumina mi mirada - su mirada de ternura nuevamente cambió, esa mirada de querer que sólo sea suya...

Atención!... su majestad el sultán Suleiman... - nuevamente nuestras palabras de amor fueron interrumpidas, el gran Sultán había bajado hacia el jardín, ambos reverenciamos a su majestad, el con una ceja arqueada nos mira con total autoridad, su mirada me daba terror, un terror inimaginable. 

Su majestad - el príncipe camino en su dirección y beso su mano-

Te estaba buscando Mustafa, donde te encontrabas? - hablo el sultán de manera autoritaria, de manera temerosa el príncipe contesta- lo siento padre, estaba preguntando a la criada sobre cómo se encontraba mi hermano Cihangir, no tuve el tiempo de ir a verlo el día de hoy.. - se excuso de manera perfecta, el magnífico solo asintió- bien, vamos acompáñame, quiero que veas algo... - hice una reverencia a su partida, es realmente triste no poder tener la oportunidad de despedirme como corresponde, poder tener alguna vez el momento de despedirme de ti Mustafa...

El Hilo Rojo. (Mehmed Sultán - Mustafa Sultán).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora