Pensando en el título

3-dias en la Miel

—SiZhui, ¿No tenias que entregar un trabajo en pareja para la clase de Cálculo?
El maestro salió enojado.

Lan SiZhui formó una sonrisa forzada asintiendo al chico enfrente suyo, esperando con éxito que este no se diera cuenta de las manchas que se habían formado bajo sus ojos. Se veía cansado, indudablemente agotado.

—Ujum, sí —Terminó de guardar sus cosas en su mochila esperando que su mejor amigo apareciera por esa puerta, esperando que este se mostrara con el dichoso trabajo de Matemáticas en sus manos que no hace una semana habían terminado en su casa, y aun con su llegada tardía, sizhui solo tomaría el trabajo echándose a correr tras el maestro que había salido, no hace más de veinte minutos del aula. Debía centrarse en llamarlo en vez de fantasear.

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—A-Ling, dilo otra vez, una docena de veces más y ya...

— A-Yi—Repitió por décima vez aún con ese molesto rubor que cubría su rostro con fuerza. El Lan sonrió en grande, riendo bajo, acercándose para besar las mejillas del Jin infinidad de veces, volviendo aferrarse en un abrazo necesitado. Apenas habían cumplido tres días de noviazgo, cosa que el Lan juraba debía festejarse y justo con esa tonta excusa lo había llevado al callejón.

—Otra vez...

—Lan JingYi...—El Jin balbuceo apretando sus labios con fuerza, terminando por recargar su cuerpo en la pared, gimoteando al sentir el agarre más fuerte en su cintura. Decir que le gustaba quedaba corto, en verdad disfrutaba de la posesividad del agarre o los besos que ya se habían vuelto un poco menos inocentes.

Ambos se encontraban en una posición comprometedora, Jin Ling con las piernas temblando perceptiblemente aferrando ambos brazos al cuello del Lan ocultando su rostro en su manzana de Adán mientras las manos curiosas del Lan iban descendiendo por el cuerpo del menor sin ir más abajo de la cintura. Todo sucediendo en un pequeño callejón de la escuela, que comúnmente recibía este tipo de parejas hormonales y desconsideradas.

—Lan JingYi—Reprochó el menor con el tacto de dos manos intrusas y desvergonzadas adentrarse en su camiseta, explorando tanto cómo se les diera la gana, parando sus caricias al escuchar el timbre de un teléfono— Ignóralo, A-Yi...

—¿Crees que no lo haré?
Tu tienes toda mi atención, A-Ling...
—Su voz fue firme bajando sus manos a su cintura, apretando con cuidado de no lastimarle provocando que de los labios del más bajo saliera un suspiro ahogado.

El Lan volvió su completa atención a los labios del Jin, en un beso suave y profundo que le permitiera probar cada rincón de los labios del ajeno. Y solo cuando estuvo un tanto satisfecho se separó, observando con atención la imagen del Jin; ojos cerrados, labios hinchados y rojizos que permanecían entreabiertos en una respiración irregular, esperando con ansias volver hacer besados.

Ciertamente jamás dudaría de la belleza de su novio y esa palabra repitiéndose en su cabeza varías veces más, hizo que de un momento a otro pasara a besar a su novio con besos pequeños en todo su rostro, iniciando desde su sien y terminando en su mentón.
Jin Ling es su novio, claramente se iba a tomar el tiempo, de darse cuenta que todo era real y llevaban los mejores tres días de su vida.

—Me están llamando—Murmuro Jin Ling con molestia, buscando su teléfono. La única razón por la que se tomaba el tiempo, es porque creía era su Jiujiu preguntándole si pronto llegaría a casa, o de que se trataban sus planes callejeros.

—¿Mi suegro?—JingYi busco las manos del Jin entrelazando la libre con la suya, besando sus nudillos. Observando con confusión cuando el teléfono se le oprimió la tecla de alta voz.

—¡Lan JingYi, tráeme el trabajo ahora! ¡Te voy asesinar! ¿¡Cómo puedes ser tan irresponsable!? ¡Le dire a tío Qiren!

Y así fue como el Lan salió corriendo dejando a la Joven Amante en ese callejón, despidiéndose con un beso rápido en su mejilla y regresando porque se había llevado su teléfono por error. Solo esperaba que Lan SiZhui aceptara sus disculpas y no lo acusara.