Supersticiones

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Supersticiones

Sonic hacia su recorrido de todas las mañanas por la ciudad aunque algo cambiaria en su rutina por un tiempo corto, hoy le prometió a Cream que la acompañaría a cortar flores, el día de ayer el erizo estaba muy pensativo mientras paseaba con Vanilla y Cream, claro de la conejita lo noto y pensó que cortar flores con ella le haría bien al erizo. Quedo de verse con la coneja después de terminar su paseo rutinario que como siempre llegaba a su fin rápido, todo lo terminaba veloz; Cream ya lo esperaba en su parque favorito, siempre tenía flores hermosas con el tallo de longitud perfecta para hacer cosas interesantes con las plantas cortadas; Sonic llego un poco tarde pero no le molesto a la coneja, era tan adorable que era casi imposible pensar que era capaz de molestarse con alguien; una vez en el parque, el erizo se le unió a Cream en la búsqueda de las flores perfectas, esto mantendría distraído al azul por el momento. Un rato después, ambos ya habían recolectado la cantidad precisa de flores, con la misión completada, Cream procedió a intentar enseñarle al erizo a hacer coronas de flores; con todo y que el erizo se esforzó en poner atención a lo que la coneja le decía, termino haciendo una corona toda deforme y mal enlazada, Sonic era bueno en muchas cosas, pero manualidades no era una de ellas, a la coneja lo le quedó más remedio que soltar una pequeña risa, el erizo estaba un poco avergonzado pero se conformó con pensar – al menos lo intente-. Cream con su corona terminada procedió a colocarla en la cabeza del erizo, totalmente adorable.

Sonic al terminar la actividad con la coneja volvió a su vieja rutina de correr un rato, pero en el camino se topó con Tails, quien había estado metido en la base los últimos días, se le hizo raro verlo fuera, aún más raro ver que Knuckles estaba con él, por lo general ese equidna nunca sale de su isla, para hacerlo aún más interesante, Shadow se encontraba con ellos, eso basto para picar la curiosidad del erizo azul, el erizo de pelaje negro nunca estaba en compañía de nadie.

Sonic se dirigió a ellos y al parecer estaban preparando unas partidas de futbol de reta, dos porteros y dos jugadores, al portero que le metieran gol tenía que tomar rol de jugador como consecuencia; el erizo azul se unió con gusto, pero no sin antes preguntar.

- ¿Y tú que haces aquí Shadow? Creí que no te gustaban los grupos.

- Lo atrape espiándonos, lo tengo chantajeado- dijo el zorro susurrándole al erizo.

Sonic casi ríe por la situación tan graciosa, pero prefirió ahorrarse el molestar a Shadow y que mejor jugara con ellos, ya que él jamás ha jugado con sus amigos antes. Sonic hacía de portero al igual que Knuckles, mientras la partida real surgía de Tails contra Shadow por ver quien anotaría primero. La partida estaba a punto de comenzar cuando las alarmas de Shadow, Sonic y Tails sonaron, el equidna estaba confundido por los sonidos, el zorro se vio apenado con el rojito por hacerlo venir por nada, Tails le dijo a Shadow y a Sonic que ellos fueran a la emergencia mientras el dejaba a Knuckles de vuelta en su isla, ambos erizos asintieron y marcharon rápido a la alarma.

Al llegar a la base tomaron la ruta habitual por el elevador, descendiendo hasta el nivel de criaturas mitológicas, una vez más la Lamia estaba suelta, no había ningún tipo de desastre, pero sí que se veían cuerpos volar cada cierto rato; los dos erizos llegaron a donde se encontraba el grupo de policías justo como la otra vez, solo que ahora no tenían armas, el grupo avanzaba de una forma muy cómica y con lentitud; los dos erizos llegaron a una escena muy distinta a la del otro día, los oficiales trataban de acercarse a la lamia con delicadeza sin conseguir mucho éxito, nuevamente los oficiales le abrieron paso al erizo azul y al negro que iba detrás suyo, la chica estaba allí pero se veía muy diferente a la vez anterior, incluso sonaba diferente, miraba a todos los oficiales molesta mostrando un poco de sus colmillos, no tenía abierta la mandíbula y aun así se escuchaban siseos y pequeños rugidos de serpiente de su interior, cada vez que un oficial se acercaba demasiado disparaba un fuerte golpe de su cola que lo mandaba a volar.

La cola de la serpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora