Involucrado en la persecución

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Involucrado en la persecución

El día era resplandeciente, ni una sola nube se encontraba flotando en el cielo, un día muy diferente al de ayer, las aves volvieron a cantar con la misma alegría de siempre y lo habitual volvió a ser habito; otro día otro patético intento de Eggman por acabar con Sonic, perece un vicio gastar para hacer nuevos robot y mandar a probarlos contra tu peor enemigo, simplemente ridículo y aún más humillante cuando vez que esta oleada cayo más rápido que la anterior pero siempre llevándose el mayor premio al final, un escape exitoso como siempre.

Para el erizo todo empezaba a llegar al nivel de la frustración, que siempre se le escapara alguien tan poco ágil como ese viejo, pero había que admitir derrota cuando de inteligencia se trataba, siempre pensando un paso delante de él, algo que Sonic jamás podría hacer.

Con la paz restaurada era tiempo de descansar y disfrutar dando un paseo por las ciudades, saludar conocidos si el erizo se los encuentra y consumir unos deliciosos chillidogs, nuca pasa de moda, lo hacía fácil de identificar y lo mejor, el erizo jamás se cansaba de la rutina, siempre había algo nuevo que ver, un día abren un nuevo local y posiblemente a la semana ya se esté preparando un evento cultural de grandes proporciones, como siempre, todo el mundo se adelanta a las festividades, a veces podías encontrar decoración de día de brujas en pleno inicio de septiembre o a mediados, parecerá repetitivo, pero nunca lo es por el constante cambio, es imposible ver lo mismo todos los días, la vida sería aburrida de esa forma, siempre ha sido el punto de vista del erizo, además de ser libre claro, un mundo que cambia y no poder verlo por estar atado a otras cosas es un fastidio.

Mientras se terminaba su último chillidog, caminaba justo al lado del límite del bosque, recuerdos de aquella escena inolvidable lo invadieron, no pudo haber sido solo su imaginación, nunca podría haber imaginado algo igual y mucho menos sentirlo tan real, sus ojos de un verde brillante que lo miraron solo por unos segundos con ferocidad, a punto de llevarse a su amigo y desaparecer con él en una parte desconocida del bosque; además, tenía pruebas de que esa cosa sí estuvo allí, solo debía recordar ese extraño líquido, viscoso y resbaladizo de color ámbar, nunca había visto una sustancia parecida en ninguna parte del mundo, la miel se le parecía en color pero no era nada similar en textura.

Sonic regreso al lugar del choque, los fragmentos de metal aún seguían esparcidos por todas partes en ese enorme hueco del bosque; el erizo se puso a merodear por la zona buscando algo, no sabía que era hasta que lo encontrara, solo tenía que ayudarle a saber que no le estaba dando importancia de más a algo tan simple. Después de un rato de dar vueltas en círculos, mirando tanto al interior como al exterior de la circunferencia, logro encontrar un rastro que se dirigía al bosque, ya estaba seco pero aún era notorio. Siguió el camino por un rato hasta que el rastro comenzó a disolverse para luego desaparecer sin llevar a ningún lado más que una parte random del bosque, no tenía sentido a menos que esa cosa tuviera alas, pero los dragones son solo cuentos de hadas ¿no?

El camino existe pero no hay nada más que ver, tal vez si paso pero pudo ser una coincidencia de eventos raros combinados, seguro jamás volvería a pasar algo parecido, para que preocuparse por algo que de todas formas no se puede encontrar. Al terminar de mirar el erizo solo regreso al taller de Tails, tenía que descansar su mente y hacer que se olvidara de lo que paso.

Una vez en el taller Sonic solo entro sin preguntar pero claro que su amigo lo noto.

- ¿Dónde estuviste? ¿algo nuevo que contar?-

- No mucho, se abrió una nueva tienda en la ciudad y fuera del museo están preparando la feria del libro, parece que será más grande este año-

La cola de la serpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora