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//Antes del nacimiento de Lisanna.//

Luego del asesinado de Beatrix, la familia Sakamaki hizo un corto funeral para despedir a la segunda esposa del rey. La habían enterrado en un mausoleo a decisión del príncipe heredero.

Esa noche, Cordelia usó sus encantos y logró que su amado vuelva a pasar tiempo con ella, por varias horas, en su habitación. Luego de un tiempo la primer esposa empezó a sentir su cuerpo extraño.

—señora Cordelia, se encuentra bien? —una de las sirvientas miró preocupada a la vampiresa que había dejado de tomar su té favorito, mirándolo con aberración, para mostrarse confusa y pensativa.

—Cordelia? —el hermano del rey también miro preocupado a la dama de alta cuna, que posó su mano en su vientre frunciendo el ceño y dejando notar en su expresión una mueca de dolor.

—llama al doctor —aún sin saber el motivo de su extraño malestar, siguió tomando su adorado té ante la atenta mirada de vampiro de hebras onduladas verde pálido.

—como ordené señora Cordelia..

Se quedó callada al ver a su señora desaparecer para sentir su presencia en el baño de su cuarto, la escucharon vomitar para luego escucharla maldecir por lo bajo, Richter se levantó al verla salir del baño.

—Cordelia...tú, no estarás —su repentina seriedad hizo que ella también se ponga seria.

Hasta que al recordar algo que la hizo abrir sus ojos sorprendida, volviendo a tocar su vientre.

—un nuevo bebé de Karl —sonrió con orgullo dejando sorprendida a la sirvienta, que se fue en un parpadeo para cumplir la orden de su maestra, el vampiro frunció el ceño y se acercó a ella.

—ese bebé también puede ser..

—no, este bebé es de Karl, con el único hombre que no me he cuidado es con mi esposo, no soy estúpida querido —sonrió de lado acariciando la mejilla del peli verde el cual solo cerró sus ojos apretando sus puños.

Era verdad, ella podía estar con cualquier hombre pero jamás quedaría embarazada de ellos. No era estúpida, en su cuerpo había un hechizo para no quedar embarazada, solo se dejaba de cuidar cuando su esposo estaba con ella.

Era zorra pero no estúpida.

El mayordomo había avisado de la llegada del doctor al rey de los vampiros, el cual al saber sobre los síntomas y el posible estado de su esposa decidió ir a la mansión.
Eso no podía ser cierto.

—qué haces aqui?.

Los hermanos se reunieron en la sala de entrada al sentir la presencia de su progenitor, que solo sonrió con falsedad siendo notorio y miro a los trillizos.

—dónde está su madre? —ellos lo miraron serio por su repentino interés, qué estaba pasando.

—en su cuarto —contestó su cuarto hijo abrazando con fuerza a su peluche.

El rey sin decir más desapareció, dejando con mas dudas a sus hijos.
Era extraño que haya aparecido así de la nada.

—qué está sucediendo —el morocho miro al mayordomo que hizo una reverencia ante ellos, ante su orden el vampiro los miro sereno.

—la señora Cordelia se siente mal y llamó al doctor de la familia, alteza, puede que haya una posibilidad de que la señora esté embarazada.

Ante eso todos abrieron los ojos en shok, Laito tragó saliva nervioso.

||𝐋𝐔𝐙 𝐌𝐈𝐒𝐓𝐈𝐂𝐀.||² ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora