Las lágrimas de Marceline caían y se perdían en la arena al caer, trató de callar sus sollozos pero no podía. Vaya, nunca creí qué algún día vería a una pirata llorar -Comento una voz gruesa pero poderosa, levantó la vista y jadeó de sorpresa, enfrente de ella estaba él poderoso rey tritón y ella rápidamente limpió sus lágrimas. Siempre hay una primera vez para todo -Susurró tallándose los ojos para borrar sus rastros de lágrimas. ¿Te enamoraste de mí hija? -Preguntó sin rodeos pero con una voz firme, Marceline decidió conectar su mirada con la del rey para contestar esa pregunta. Por supuesto qué si su majestad. Ella es la primera persona o más bien sirena qué me hace sonreír y también llorar, mi corazón es completamente suyo -Explico, de nuevo él rey vio aquella misma mirada de amor la misma qué había visto en su hija. ¿Estarías dispuesta a casarte con ella? -Preguntó. Aquello tomó por sorpresa a Marceline pero ella sabía perfectamente la respuesta a esa pregunta. Por supuesto que sí -Respondió con esa misma mirada segura, él sonrió, feliz y satisfecho por cómo respondió aquella humana sus preguntas, Marceline por otro lado no entendía él porqué él estaba ahí preguntándole eso pero esperaría a ver qué más diría. Entonces esperó qué estés preparada -Dijo con una sonrisa en su rostro. Él sé hizo aún lado y Bonnibel apareció pero cómo humana y le sonreía, tenía puesto un bello vestido morado y tenía los pies descalzos. Caminó hacía Marceline y ella sintió aquellas mariposas en su estómago, cuándo Bonnibel llegó a ella la tomó por la cintura y dieron juntas un par de vueltas y por la emoción soltaron un par dé risas mientras tenían sus frentes y narices juntas, él rey tritón vió aquella escena con una sonrisa y sabía qué hacía lo correcto por su hija, además los tripulantes también vieron la conmovedora escena sobretodo Finn qué estaba muy contento al verlas juntas de nuevo. Marceline y Bonnibel sé abrazaron y finalmente sé besaron.
Él rey tritón casó a su hija con aquella pirata con los tripulantes cómo testigos de ello, cuándo finalizó ellas se sentían inmensamente felices, ahora su mano izquierda en su dedo anular ambas adornaban un bonito anillo de plata con una pequeña piedra azul qué representa él mar y su corazón. Bonnibel abrazó fuertemente a su papá, besó su mejilla y le dió las gracias. Le prometo qué cuidaré muy bien de su hija -Comento Marceline viendo a su ahora suegro y esté sonrió. Sé que lo harás -Dijo abrazando a Marceline quién también correspondió el abrazó. Finalmente su barco llegó y se despidieron del rey.
Los tripulantes acomodaron las cosas en él barco mientras Bonnibel y Marceline abrazadas observaban él barco. ¿Entonces ahora qué soy tú esposa eso me convierte en la capitana también? -Preguntó Bonnibel con una sonrisa burlona. Si, ahora todo lo mío es tuyo así qué él barco también te pertenece -Respondió besando su mejilla. Pero yo no sé nada acerca de dirigir un barco ni una tripulación -Comento. Tranquila amor, yo te enseñó -Respondió con una sonrisa tranquilizadora. Cuándo todo estuvo listo ellas entraron al barco, toda la tripulación esperaba las órdenes de la capitana. Ambas tenían su manó entrelazadas. Bien escuchen, cómo ya sabrán me casé con esta bella mujer -Señaló a Bonnie, su tripulación aplaudieron y algunos silbaron causando qué ambas se sonrojarán. Bonnibel y yo desde ahora somos sus capitanas así qué de ahora en adelante también obedecen sus órdenes -Dijo. ¡Sí capitana! -Dijeron todos al mismo tiempo. ¡Hora de irnos! ¡Tenemos un tesoro escondido qué encontrar! -Ordenó y todos rápidamente se pusieron en marcha. Marceline decidió darle un recorrido a Bonnibel mostrándole cada rincón del barco. Y esté es mí camarote -Finalizó entrando al cuarto. Nuestro camarote -Se corrigió rápidamente dándole un besó a Bonnibel. Me gusta -Dijo observando el lugar, había una cama grande, un closet con la ropa de Marceline, un espejó y una mesita. La pelirosa salió un momento de la habitación y su esposa la escuchó decir su primer orden. Qué nadie nos moleste ni nos interrumpa durante un buen rato -Gritó. ¡Sí capitana! -Dijeron. La pelirosa entró y cerró la puerta con seguro. Creó qué es hora de cumplir una función muy importante en él matrimonio -Dijo coquetamente mientras se acercaba a su esposa. ¿Qué cosa? -Pregunto la pelinegra. Hacer el amor hasta no poder más -Susurró en sus labios y la besó. Bonnibel durante él besó le quitó su abrigó rojo, su sombrero y comenzó a desabotonar su camisa blanca y se la quitó suavemente. Ella colocó sus manos y acarició sus hombros y parte de su espalda. Marceline trazó besos desde su mandíbula hasta su cuello y se quitó sus propias botas mientras le besaba él cuello. La pelirosa llegó sus manos hacía él sostén de su esposa y lo desabrochó, y también desabrochó su pantalón y se lo quitó, la pelinegra de un movimiento le quitó él vestido a su esposa, ambas ya estaban totalmente desnudas y su ropa en él suelo, entre besos y caricias Marceline depositó a Bonnibel en la cama y ahí comenzó a besarla desde su cuello, clavícula, sus pechos, su estómago hasta llegar a su coño, la lengua de Marceline lambía de arriba a abajo y de repente hacía círculos alrededor del clitoris de su esposa, Bonnibel soltaba gemidos y enterró sus dedos en él cabello negro. ¡Ahhh! ¡Si, ahí mi amor! -Gimió. Marceline le estaba dando un placer que jamás ha conocido y ella estaba viendo estrellas mientras gemía en alto. Cuidadosamente Marceline metió un dedo dentro de su esposa y después agregó un segundo dedo, entraba y salía cada segundo aumentaba la velocidad y Bonnibel llegó a su orgasmo. Un minuto después Bonnibel le dió la vuelta y besó todo el cuerpo de su esposa y de la misma manera chupo y lambió él coño de su esposa hasta qué llegó a su orgasmo. Estuvieron un buen rato haciendo él amor, recorriendo sus cuerpos, recorriendo cada lunar, cada centímetro de piel, cada cicatriz, cada parte de sus cuerpos.
Estaban en la cama Marceline y Bonnibel estaban tapadas con las sábanas aún seguían desnudas. Bonnibel acariciaba las cicatrices de Marceline. ¿Cómo te hiciste esas cicatrices? -Preguntó con curiosidad. Todas y cada uno de ellas fueron hechas en peleas con otros piratas -Respondió y Bonnibel asintió tocó suavemente la cicatriz más grande qué tenía en su abdomen. De hecho la que estás tocando casi me mata, recuerdo qué estaba perdiendo mucha sangre y tuve qué quedarme en cama por una semana ya qué tenía qué cuidar la herida -Comento recordando y la pelirosa se estremeció al saber qué ella estuvo a punto de morir. Me alegró qué estés aquí conmigo -Dijo levantando su cabeza besando aquella cicatriz de su mentón, la de su ceja y la de su ojo causando qué su esposa sonriera por esa linda muestra de afecto.
Bonnibel y Marceline tuvieron muchísimas aventuras juntas, descubrieron muchos tesoros y derrotaron a muchos piratas, fueron conocidas como las capitanas más fuertes y poderosas de todos los tiempos, formaban un equipo imparable, fueron temidas incluso por los piratas más fuertes. Un amor cómo el de ellas qué es incluso más grande qué los siete mares.
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𝙐𝙣 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙙𝙚 7 𝙢𝙖𝙧𝙚𝙨 [𝘽𝙪𝙗𝙗𝙡𝙞𝙣𝙚]
Fanfiction-Mini Historia- Una sirena y una pirata. Los piratas suelen ser conocidos por saquear tesoros y ser muy malos con otros personas y sobretodo con las sirenas. ¿Pero qué pasaría si la pirata Marceline Abadeer conocida por todos los 7 mares salva la vi...