𝐴𝑣𝑒𝑛𝑡𝑢𝑟𝑎𝑠

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-6 meses después-

Marceline durante estos meses le enseñó a Bonnibel cómo dirigir él barco, cómo pelear y defenderse y todo lo qué ella sabía, por suerte su esposa aprendió muy rápido. Todos los días después de desayunar entrenaba con algunos tripulantes y Marceline supervisaba. Durante estos meses han buscado aquel tesoro escondido pero aún no lo encuentran en él procesó han rescatado a muchas sirenas y enfrentado a varios enemigos, Bonnibel en poco tiempo se convirtió en una gran capitana y en la mano derecha de Marceline al igual qué Finn.

Ya no quedan muchas lugares -Suspiró pesadamente Marceline mientras veía el mapa. Podemos buscar aquí ya qué está cercas de dónde estamos ahora...Si tenemos suerte tal vez lo encontremos Marce -Finn apuntó el lugar con su dedo. Estaban en una reunión privada en él camarote de las capitanas. Tal vez y es un mito lo del tesoro escondido -Dijo con decepción Marceline frotándose la cara con sus manos, había pasado ya mucho tiempo buscándolo pero ya estaba empezando a hartarse de no poder encontrarlo, ella estaba sentada enfrente de la mesita y Finn parado a un lado de ella. Vamos...no seas pesimista mi amor. Lo encontráremos -Dijo Bonnibel qué estaba parada a un lado también pero se sentó en él regazó de su esposa y envolvió sus brazos por él cuello, le dió un besó cortó. Bonnibel siempre lograba hacer sentir mejor a Marceline. Bien, iremos hacía allá -Dijo viendo a Finn para qué él se encargará de ir al lugar y él asintió agarró él mapa y salió cerrando la puerta dejando a las enamoradas a solas en su camarote. Te amo Bonnie -Dijo Marceline dándole un besó. También te amo Marcy -Se dieron varios besos.

Bonnibel giro a un lado su cabeza y vió a su esposa dormida de lado, vió su cabello y parte de su espalda, ella y su esposa estaban acostadas y desnudas, había hecho el amor anoche. Se acercó a ella y besó su espalda, llevó su mano a su mejilla y en cuánto la tocó lo sintió muy caliente, ella se incorporó y tocó su frente, un pequeño gruñido salió de los labios de Marceline. Cielo, estás ardiendo -Dijo Bonnibel preocupada, Marceline abrió un poco sus ojos. No me siento bien -Murmuro con una voz muy ronca. Seguramente pescaste un resfriado. Ayer te dije qué no entrarás al mar porqué hacía mucho frío -Comento un poco molesta de qué su esposa no le hiciera casó. Él clima en esta época del año es muy fría y Marceline se le ocurrió la brillante idea de entrar al mar con todo y ropa, cada resaltar qué cuándo salió del agua estuvo un rato así sin quitarse la ropa mojada y ahora se había enfermado. Tonterías, estoy perfectamente bien -Gruñó, se incorporó y trató de levantarse pero fue detenida por su esposa. Oh no. Tú no saldrás de está cama hasta qué te mejores -Marceline iba a protestar pero su esposa le puso un dedo en sus labios. Y no quiero oír ninguna protesta de tú parte ¿Y sabes porqué? -Marceline negó con la cabeza. Porqué soy la capitana y tienes qué obedecer mis órdenes Marceline Abadeer -Dijo Bonnibel picándole su mejilla. Está bien -Dijo resignada. Ponte ropa cómoda, acuéstate y ahora regreso cielo -Dijo dándole un besó en su mano, ambas sé levantaron y Marceline sé puso ropa cómoda y volvió a la cama. Unos minutos después Bonnibel regresó con un caldo de pollo, hizo qué Marceline lo comiera y cuándo terminó hizo qué se durmiera y le colocó un trapo mojado en su cabeza, la pelinegra se quedó dormida al instante, Bonnibel salió despacio de la habitación y durante todo él día estuvo dando algunas órdenes, en la noche sintió alivio cuándo su esposa ya no tenía fiebre, al día siguiente Marceline se sintió mejor.

Ese día habían llegado a una isla y empezaron su búsqueda, había pasado un par de horas y Marceline creía qué ya no encontrarían él tesoro ahí pero de repente la pala toco algo duró y las capitanas no podían creerlo, encontraron él tesoro perdido. ¡Lo encontramos! -Dijo Bonnibel emocionada. ¡Lo encontramos mí amor! -Grito Marceline, tomando a Bonnibel de la cintura y dió un par de vueltas con ella, sé besaron varías veces. Subieron él cofre, era muy grande y pesado y lo abrieron, había muchas monedas de oró, con ellas le pagaron a todos sus tripulantes y aún así les sobró muchísimo a las capitanas.

Me siento tan feliz. Al fin encontré el tesoro escondido qué tanto había buscado, y que tú estés aquí a mí lado es lo mejor qué me ha pasado -Comento Marceline dándole besos a Bonnibel en su hombro. En cuánto llegó la noche ellas celebraron a su manera haciendo él amor. Marceline estaba detrás de Bonnibel y ambas estaban acostadas de lado con las sábanas cubriéndolas. También estoy muy feliz, me diste la libertad qué tanto había deseado. Me encanta ser una de las capitanas, me encanta dirigir esté barco, me encantar las aventuras qué vivo día a día contigo, me encanta estar contigo y me encanta hacer el amor contigo cada noche -Comento Bonnibel acurrucándose más hacía Marceline. La pelinegra volvió a besar su hombro, subió por él cuello y terminó besando su cabeza.

-Tres años después-
Marceline y Bonnibel tuvieron muchísimas aventuras, sabían qué pasarían todo su vida en aquel barco junto a su tripulación. Pero ambas sentían qué querían dar él siguiente pasó en su matrimonio sobretodo Marceline. Ellas ansían tener hijos. Así que para cumplir esté sueño recurrieron al rey tritón y con sus poderes consiguieron qué Marceline tuviera una polla para poder embarazar a Bonnibel, él rey tritón esperaba qué funcionará porqué él ya quería un nieto. Al principio fue un poco raro pero luego sé acostumbraron, pero Marceline logró embarazar a Bonnibel.

-Varios años después-
Él barco se mecía conforme las olas lo empujaban, él sol estaba brillante y Marceline estaba en la cubierta mientras jugaba con sus hijos y al mismo tiempo los cuidaba, al igual qué ella sus hijos nacieron y se estaban criando en él barco, él rey tritón visitaba muy seguido a sus nietos. Simon Abadeer su primer hijo de 8 años, Matthew Abadeer de 7 años, Bianka Abadeer de 5 años y Mabel Abadeer de 4 años. Mientras Marceline jugaba con sus hijos volteó ligeramente hacía a un lado encontrándose a su esposa a varios metros de ellas con una sonrisa, dejó a sus hijos jugando entre ellos y caminó hacía su esposa, cuándo llegó a ella la abrazó y acarició su vientre, nuevamente ella estaba embarazada, tenía aproximadamente 6 meses y habían decidido qué ese sería el último hijo qué tendrían. Estaban abrazadas mientras veían a sus hijos jugar. Hicimos un buen trabajó creando una familia juntas cielo -Dijo Bonnibel con una sonrisa y Marceline asintió con una sonrisa. Sé besaron y sonrieron al escuchar las risas y los gritos de sus hijos.

Habían creado una maravillosa familia juntas y viven muy felices en él mar.

Fin.

𝙐𝙣 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙙𝙚 7 𝙢𝙖𝙧𝙚𝙨 [𝘽𝙪𝙗𝙗𝙡𝙞𝙣𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora