Se habían alejado lo suficiente para poder hablar a gusto, Aoba miraba a Inoko con calma pero por dentro estaba aterrado, no quería dejarla sola pero entendía su situación, aceptaba que en ese punto el no era de ayuda, estando a salvo le daría más fuerza por ello había aceptado ir hacia el escondite que tenían preparado para ese tipo de situaciones pero había otra cosa que le preocupaba.— no vas a acatar las órdenes del patrón ¿Verdad?
Esa frase hizo que Inoko se mordiera el labio inferior por la parte interna, su hermano la estaba mirando de una forma tan especial que sentía que no podía mentirle, entre ellos no había eso pero ¿Se molestaría con ella?
— no es necesario que lo digas - continuó el otro dándole una pequeña sonrisa. — Shinichiro también está en peligro, se que si te digo que vengas no lo harás, se que si te pido que acates órdenes no lo harás, no es tu estilo huir o ser sumisa sabiendo que alguien está en peligro...
No podía ser egoísta aunque para su pensar el querer proteger su más preciado tesoro no era egoísta, la vida le había quitado todo y ahora sentía que le quitarían a su hermana, su vista se distorsionó por las lágrimas que aparecieron, Inoko terminó por atraerlo para darle un abrazo, uno fuerte que buscaba calmar la angustia ajena, esperaba no fallar en ese intento.
— juré hacer hasta lo imposible por protegerte, si acabo con esto podremos vivir sin problema ni preocupaciones, entiendo tus miedos porque también temo perderte pero no sabes la fuerza que me da saber que estarás a salvo, voy a lograr acabar con este misterio, los protegeré a todos y cuando seamos libres viviremos nuestro sueño.
El chico se aferró con fuerza al cuerpo de su hermana, las palabras en ese momento sobraban pues ellos eran uno solo, se entendían como nadie los entendió en ese mundo cruel, Inoko vivía para pelear por causas justas así que no ganaría nada deteniendola, solo le quedaba orar y esperar que nada malo volviera a pasar.
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.La luz de la luna los guió hasta la recidencial de los Sano, Tomioka estaba preocupado pues la chica no le dirigía la palabra, después de la despedida con su gemelo y amigos tenía una mirada vacía como si su mente se hubiese aislado de todo, al llegar ella se bajó sin siquiera despedirse y aunque le habló está ni lo miró, ya no había nadie despierto por lo que siguió directo a su habitación donde al cerrar la puerta había caído en la cama dejándose llevar un poco por aquellas emociones que la invadían, esperaba estar haciendo lo correcto porque si llegaba a equivocarse no podría asegurar el bienestar de sus allegados.
No pudo dormir mucho, sentía que recién había cerrado sus ojos, se levantó masajeando un poco su frente antes de ver el amanecer desde su ventana, no había tiempo para sentimentalismos estúpidos, era un día crucial.
Horas después estaba lejos de la casa de los Sano, era un cuarto oscuro y la única luz existente venía de parte de un computador donde alguien estaba trabajando, ella sentada en el sofá a espalda de esta persona leía algunas carpetas, su expresión de concentración era muy marcada, el chico se giró en su silla de oficina para verla por un momento, era hipnótico ver el destello verde de esas gemas que brillaban intensamente en la poca luz del lugar. Dejó sus pensamientos de lado en el momento en que está dejó la última carpeta de lado.
— sigues pensando que son hechos relacionados ¿No es así?
— ¿Tú no?
— la verdad lo dudo Inoko...
La chica se levantó de su lugar mientras el chico temió por su seguridad, aunque no era del escuadrón de ataque conocía muy bien el temperamento de la chica, era alguien de temer, ella solo se acercó al monitor de la computadora para ver los informes policiales.

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Kurayami
AléatoireInoko Hashibira a dedicado su vida a proteger lo más preciado en ella, su hermano, sin importar nada a luchado por ser fuerte por él pero gracias a una orden de su organización conocerá a Mikey un rubio que pondrá su mundo de cabeza pero no todo pue...