Crimen, Castigo y Redención

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Las personas aún corrían hacia el lugar del incendio, intentando ayudar de algún modo, mientras que, Kenshin a su alrededor no oyó ni vio nada más, con solo un objetivo frente a él, llegar lo antes posible, pero ya no era el joven que solía ser y pese a la adrenalina del momento, sintió que le faltaba el aire, quizás también debido a la angustia

De pronto, fue incapaz de continuar, como si sus pies estuvieran fuertemente anclados al piso, la respiración se volvió dificultosa y una desesperación jamás sentida antes lo invadió. Con los ojos bien abiertos y mirando sus manos temblorosas llamó a Sanosuke, pero apenas un murmullo, su garganta se comenzó a cerrar

Era un ataque de pánico

Sintió que en cualquier momento perdería el conocimiento, pero sintió una presencia a su lado y una conocida voz lo llamó

—¿Kenshin? —preguntó Yahiko, quien estaba a su lado, sorprendido

Aunque Himura reconoció la voz, aunque era consciente que no se trataba de su mente, fue incapaz de responder, tan solo mirando sus manos, poco a poco cayó de rodillas al suelo

—¿Qué te pasa? Reacciona —insistió el joven, sujetándolo de los hombros lo sacudió un poco

—Sanosuke —logró susurrar

—¿Qué hay de él? ¿Qué le pasó? —preguntó angustiado, temiendo lo peor

—Se incendia, el Hospital —logró con mucho esfuerzo, poder levantar la cara y mirar a su viejo amigo

Yahiko se sorprendió de ver la oscuridad de su alma reflejada en los perturbados ojos, el corazón se le encogió, nunca había visto a Kenshin así, ni siquiera con la muerte de Kaoru y su hijo, en ese momento su espíritu estaba tan perdido que parecía ni siquiera tener sentimientos, pero ahora, parecía simplemente aterrado

—¿Dónde está ese Hospital?

Kenshin levantó su temblorosa diestra y señaló al frente, el joven vio que había un incendio hacia donde se dirigían las personas

—¿Sanosuke está ahí?

—Sí

Conversar con Yahiko, ayudó a que Himura fuera perdiendo el miedo, logrando vencer un poco aquel ataque de nervios. Pudo levantarse y miró hacia el otro, sin preguntarse siquiera qué hacía ahí o cómo lo encontró, simplemente tenía en mente a Sagara

—Iré a buscarlo, espera aquí

—No, también iré —contradijo rápidamente

Yahiko no se opuso y una vez que el ex espadachín se recuperó, los dos corrieron en dirección al Hospital. Al llevar, vieron a decenas de hombres ayudar a apagar el fuego, mientras los pocos pacientes que había sido evacuados eran auxiliados

Kenshin buscó desesperadamente a Sanosuke entre los pacientes, pero no logró verlo en ningún sitio, por lo que se aterró, intentando meterse en medio de las llamas, pero Yahiko lo detuvo, sosteniéndolo por la espalda

—¡Suéltame! Debo ayudarlo, debo...

—Es peligroso, espera que calmen el fuego —insistió asustado, nunca había visto a Himura así de desesperado, era raro en él

—No puedo... no puedo perderlo también a él —sollozó, sintiendo pánico de nuevo

Lágrimas gruesas y angustiadas rodaron por el rostro del antiguo destajador, entonces todas y cada una de las caras aterradas de las personas que mató en el pasado se presentaron ante sus ojos. Sin duda su dolor era su castigo, su sentencia, su penitencia, debía sufrir el mismo dolor una y otra vez, su primera esposa, la segunda, su hijo, luego el hombre que amaba, su destino era perder lo que más amaba cada vez que se sentía seguro y feliz

Sanación con SanosukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora