No me dejes por favor

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Los días continuaron pasando y su relación era cada vez más íntima, desde que Kenshin abrió por fin su corazón y admitió su amor por Sanosuke, aunque las heridas del pasado no habían cerrado por completo, la felicidad había vuelto a él de otra forma. Gracias al amor de Sanosuke, Himura había sanado más de lo que creyó posible hace apenas meses atrás

Sagara no lo presionaba y sabía que el recuerdo de Kaoru y su hijo lo acompañarían por siempre, él comprendía a la perfección lo que esos dos fantasmas del pasado significaban para el hombre que amaba y él no estaba dispuesto a no apoyarlo

Un día el ex rufián avisó que iría a pescar, pero debido a la baja temperatura de lo alto de la montaña, no pudo hacerlo donde siempre, por lo que tuvo que ir corriente abajo. Dejó la cubeta de madera sobre una roca y comenzó a pescar con las manos, como a veces hacía, porque no llevaba el palo con pico que a veces usaba

—Estos pescados se ven ricos, no puedo esperar para asarlos —dijo entusiasmado cuando terminó

Agarró la cubeta y se dispuso a irse, pero caminó dos pasos y tres sujetos con pinta de matones lo abordaron, rodeándolo

—Oigan amigos, hablemos —dijo con su tono burlón— ¿No ven lo miserable que soy? No tengo dinero ni nada de valor

—Cállate niño bonito —respondió otro de los sujetos

Pero no parecían que querían asaltarlo, sino más bien dañarlo. Así que corrieron hacia él con intenciones de atacarlos, Sanosuke aventó la cubeta con los pescados hacia la cara de uno de ellos, mientras al otro le lanzó un puñetazo fuerte, al tercero le dio una certera patada. Luego cuando los tres se recuperaron de eso lo atacaron al mismo tiempo

El grupo de hombres no era oponente para el fuerte de Sanosuke, así que los derrotó sin problema alguno, aunque lamentó que los pescados terminaron en el piso, casi destrozados y no se podían asar así

—Pero ¿Qué pretendían estos? —murmuró confundido

Avanzó medio paso y luego sintió que todo su cuerpo se estremeció, su mirada se puso en negro, pues sintió un fuerte golpe en la nuca que lo noqueó y ni supo quien fue, a los segundos cayó como un costal del papa al piso, inconsciente

Los tres hombres se levantaron y vieron a su jefe reír, traía en su mano una piedra con la que golpeó con fuerza a Sanosuke

—Háganlo —ordenó a sus secuaces

Los tres hombres comenzaron a golpear y patear a Sanosuke como podían, también le lanzaron piedras y lo golpearon con palos, hasta que quedó todo cubierto de sangre, agonizando

—Estos homosexuales no tienen cabida en la nueva era —dijo con desprecio el jefe de esos tres hombres y como cereza de pastel, él también le aventó una piedra en la cabeza— Vámonos

El señor sacó de su yukata una carta y la aventó sobre el cuerpo maltrecho de Sagara, luego se fueron los cuatro hombres horribles.

.

Kenshin miró hacia el cielo, el sol estaba por ocultarse por completo, Sanosuke no había regresado en más de nueve horas y estaba muy preocupado, ya que no solía apostar como en el pasado ni hacerse el vago, era raro que no hubiese vuelto

—Iré a buscarlo

Himura dejó la casita donde vivían y fue hacia abajo siguiendo la corriente del río. A lo lejos miró un cuerpo en el piso cubierto de sangre, al principio no lo reconoció, pero siguió caminando y se dio cuenta que era Sanosuke, su querido Sanosuke

—No —gritó aterrado, corriendo hacia él

Verificó que aún respirara, pero lo hacía con mucha dificultad

—Sano, háblame Sano, no me hagas esto —suplicó entre lágrimas

No podía soportar una tercera perdida del amor, si él moría, entonces ya no le quedaba absolutamente nada, preferiría morir, encontrarse con Tomoe, Kaoru y Sanosuke en la otra vida, las tres personas que más amó, a quienes les entregó su corazón por completo

Con problemas lo pudo alzar entre sus brazos y corrió hacia el pueblito más cercano, pidiendo ayuda y gritando que lo ayudaran, pero tardó en encontrar un doctor que acudiera a su llamado

—Pasa hijo, de prisa —apuró el médico y Himura entró

Dejó a Sanosuke sobre la cama que le indicaron, pero le dijeron que se fuera para que pudieran atenderlo, aunque al principio no quería, no tuvo más remedio que aceptarlo y salir.

Otro capi más, gracias por leer

Sanación con SanosukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora