Sanación con Sanosuke

Días de paz

Despertó poco a poco la mañana siguiente de su primera vez con el amor de su vida, su querido, hermoso y lastimado Kenshin, a quien esperaba haberle sanado todas las heridas, con su insistente amor y todo lo que tenía para ofrecerle

Admiró el cuerpo desnudo envuelto por sus brazos y lo besó en la mejilla, logrando despertarlo poco a poquito. Himura abrió los ojos y vio a Sanosuke, tardó unos segundos en recordar todo lo que vivió la noche anterior y al hacerlo su cara se tiño de rojo, se tapó entonces la cara con los brazos, completamente avergonzado de que lo estuviera viendo así de fijo y con esos ojos de enamorado

—Hey, no hagas eso, déjame ver tu hermoso rostro mi Kenshin —pidió Sanosuke con ternura, quitándole los brazos de la cara, Himura bajó la mirada apenado

—Anoche...

—Fue maravilloso ¿no? —respondió por él y le acarició la frente con sus labios, Himura solo asintió

—Sanosuke yo... me porté muy mal contigo estas últimas semanas, tú solo querías ayudarme y yo me porté como un patán

—Oye, yo entiendo todo por lo que estás pasando, y aunque me dolió que me trataras así la verdad es que yo comprendo tus heridas, yo quiero ser comprensivo con el hombre que amo —dijo sonriente y después besó sus labios

—Gracias por amarme, por salvarme de mí mismo, aunque yo

Kenshin no sabía como decirlo, pero Sano lo conocía mejor que nadie y lo calló con un beso

—Tal vez con el tiempo me ames, no te angusties —dijo con amabilidad pero realmente sentía mucho dolor de saber que Himura no lo amaba como él, que quizás aun estaba muy enamorado de Kaoru, pero él le daría espacio y tiempo

Kenshin se abrazó con fuerza al cuerpo de su amigo y ya no dijo nada, aun sentía mucho amor por Kaoru aunque había superado un poco su dolor por la muerte trágica de lo que más amaba en la vida que eran ella y su adorado hijo, a quien ya nunca iba a poder ver crecer ni nada.

...

Después de que desayunaron algunas frutas y jugo, volvieron a desnudarse y esta vez para meterse a bañar al río, no volvieron a tener sexo, pero se bañaron juntos, a veces se abrazaban y Sanosuke le daba tiernos besos en el rostro, poco a poco Kenshin estaba disfrutando de nuevo la felicidad, aunque sus ojos estaban un poco apagados, pero al menos ya podía sonreír un poco.

Los días pasaron y conforme pasaban el rato juntos la felicidad que Sanosuke sentía era cada vez más grande y los días de paz estaban volviendo poco a poco a la vida de Kenshin, aunque a veces se sentía un poco inseguro, pensando en que tarde o temprano de nuevo viviría una desgracia, que tal vez Sano se alejaría de su vida y el temor acudía a él de forma a veces muy inesperada, haciéndolo sentir una terrible desesperación que no lo dejaba dormir por las noches.

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