Chapter 13: Wait for me

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No sabía cuánto tiempo había pasado desde que estaba allí.

Lo único que sabía es que se me había hecho eterno. Tal vez habían sido horas, días o semanas. Mi cabeza no estaba lo suficientemente cuerda como para intentar pensar en ello.

Solo pedía que Ashtray y Maddy esperaran por mi. Que no perdieran la esperanza y que creyeran en mi. Deseaba que Ash se encontrara bien.

- ¿Puedo ir al baño?

Pude escuchar silencio, antes de ser levantada y arrastrada por el brazo, para ser empujada hacia el baño.

Caí al suelo, sintiendo el frío y duro tacto de este chocar contra mis piernas desnudas.

- Haz lo que tengas que hacer rápido y sal.

El sonido que supuse que fue de la puerta cerrándose me despertó, por lo que rápidamente me puse de pie, e intenté quitarme la venda de mis ojos poco a poco.

Me alivie al ver que me encontraba sola en el baño, y rápidamente mi respiración se volvió más errática al darme cuenta en la situación que me encontraba.

Suspiré, poniéndome de pie con cuidado por el dolor de la parte baja del abdomen.

Este me punzaba, y al ponerme de pie el dolor en mi parte íntima me empujó contra mi manojo de nervios, provocando que por poco se me saliera un grito, el cual tuve que callar con mi mano.

Dejé todo el dolor que podía sentir y la tristeza abrupta a un lado, acercándome al espejo para tan solo ver como unas ojeras que parecían no tener fondo permanecían bajo mis ojos, al igual que mi labio partido y trozos de suciedad sobre mi pálida piel.

Llevé mis manos al espejo, dejando huellas dactilares y observando mi mirada con más detenimiento.

- Puedes hacerlo, Lend. -susurré, sin permitir que mi rostro volviera a llenarse de lágrimas.

Suspire una última vez, empezando a escuchar los llamados de mi secuestrador tras la puerta.

Rápidamente me acerqué a las paredes, dejando mis huellas allí también y en el pomo de la puerta.

Volví a ponerme la venda como si no hubiera pasado nada. Tan solo debía aguantar un poco más.

[...]

Habían pasado 10 horas desde que Lendsey estaba desaparecida, y a penas habían podido encontrar el teléfono de la chica en uno de los muchos callejones de la ciudad.

Ninguno de los seis se había movido de la mesa, ninguno de ellos había podido pegar ojo durante la noche.

- ¿No hay noticias nuevas de ella?

John se pasó las manos por la cara frustrado, y respondiendo a la pregunta de una preocupada Maddy.- No, ni una.

- ¿Has hablado con Lumille?

El adulto levantó la cabeza para mirar hacia su actual pareja.- Sí. Pero no le ha importado nada sobre nuestra hija.

El sonido del puño de Ashtray chocando contra la mesa sorprendió a todos.

- Maldita mujer loca. Es su hija, ¿por qué no le puede importar ni un mínimo?

[...]

- Tranquila, niña. Si te portas bien te dejaré libre. Yo tengo que ir a coger un vuelo en unas horas y huir del país. No puedo dejar rastro.

- ¿Has secuestrado a más niñas?

Me sorprendí al notar mi voz tan ronca. Aunque hacía horas que no había bebido agua y mi garganta ardía en busca de calor.

Por lo que rápidamente me llevé las manos hacia el cuello, como si aquello solucionara todos mis dolores.

El contrario cogió con sus grandes manos ambos brazos míos, apartando mi tacto hacia mi cuello. Su mano derecha se posicionó en mi mandíbula, elevando mi rostro hacia él.

- Bueno, he hecho muchas más cosas ilegales. Y la policía en nada me tendrá calado.

Asentí despacio.

En verdad me sentía agradecida. Me iba a soltar. Y yo solo deseaba poder huir de allí y abrazar a Ashtray hasta quedarme dormida.

- Voy a ducharte. Hueles que apestas, y no querrás que la gente piense que te han secuestrando, ¿verdad?

Aunque tenía miedo de la que la gente pensara, no iba a mentir sobre lo que me había sucedido. Debía buscar ayuda y superar aquella situación de alguna manera.

Pero negué con la cabeza.- N-no.

Sentí la respiración lenta del desconocido chocar contra mi rostro.- Buena chica.

El contrario humedeció sus labios con su lengua, para volver a cogerme de la cintura y casi arrastrarme hacia lo que supuse que era el lavabo.

- Vamos a divertirnos una última vez, Lend Lend.

[...]

- Alguna vez te habían dicho que tienes la piel como la de una muñeca?

Podía sentir su voz ronca y pensada en mi cuello, mientras que me encontraba bajo el agua y el contrario se encargaba de limpiarme.

- Es tan suave, delicada, frágil... -siguió enumerando, trazando círculos en mi espalda.

Podía sentir sus dedos subir y bajar por mi piel, como si de una ruta diaria se trataran.

Gracias a las gotas de agua que caían sobre mi, mis lagrimas no eran visibles a sus ojos, por lo que no me riñó ni golpeó por llorar.

- Es una lástima que se te hayan quedado pequeños moratones por todo el cuerpo.

El contrario ralentizó su voz, coló si tratara de ir despacio y sin prisa a la hora de hablar.

De haber soportado su agarre tan fuerte al rededor de mi cuerpo supuse que pequeños hematomas quedaban poco escondidos para el ojo humano, pero tampoco le iba a dar demasiada importancia a ello.

De haber soportado su agarre tan fuerte al rededor de mi cuerpo supuse que pequeños hematomas quedaban poco escondidos para el ojo humano, pero tampoco le iba a dar demasiada importancia a ello

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