--- Lendsey Washington se embarcaba en el barco de la adolescencia cuando todo se torció. Lumille Lemington se acostó con otro hombre estando con Josh Washington, y aquello tan solo desencadenó el inicio de la tormenta.
La nombrada saludo a Fezco con la cabeza, caminando por uno de los pasillos de la tienda en busca de alguna bebida.
Maddy se había encaprichado con ir a buscarla y recogerla cada día antes y después del instituto, a cambio, Lendsey le había dicho que deberían pasar por alguna tienda a por algo de comer.
Y por supuesto, Maddy le había llevado al local de Fezco y Ashtray.
- Hola Lendsey. -le sonrió Faye desde la parte más lejana de la tienda.
El pelirrojo se acercó a ella.- ¿Necesitas algo?
La morena se encogió de hombros, escuchando la campana de la puerta sonar.- Venía a comprar algún refresco.
Fezco giró la cabeza hacia la puerta, sin poder apartar la vista de esta y señalándole a la muchacha hacia la nevera.- Están todos allí. Lexi Howard, ¿como te va?
La castaña asintió, sonriente.- Bien eh...tú debes de ser Lendsey, la hermanastra de Maddy. -la señaló, observándola.
La nombrada levantó la cabeza y quitó la mirada de las bebidas, para enseñarle una diminuta sonrisa a la chica.- Sí. Es un placer.
- ¡Hola! Soy Faye.
Las tres cabezas volaron hacia Faye, quien saludaba a la chica que acababa de entrar de forma efusiva.
- Yo Lexi. Mm...los dos, ¿estáis...?
- Oh, no. Se está quedando en mi casa durante una temporada. Pero es buena tía. Emm, bueno, ¿y que haces por aquí?
Lendsey dejó de escuchar lo que decían, tanteando sus dedos con la puerta de cristal de la nevera y abriéndola a paso lento, sin saber que coger.
Ignoró el sonido de la campana que indicaba que la puerta volvía a ser abierta.
Y se sorprendió al ver como la puerta de su lado se abría y salía una mano de esta. Saltó sobre su sitio, mientras era arrastrada hacia dentro y la puerta cerraba tras ella.
- ¿Qué-
Antes de poder reaccionar una mano tapó su boca, empujándola contra la pared más cercana a ella.
- Cállate y ni se te ocurra hacer ni un ruido.
Lendsey arrugó los ojos, acostumbrándose a la poca luz de aquella habitación hasta ver como unos ojos marrones la observaban a tan solo unos centímetros.
- ¿Ves a ese señor que acaba de entrar? -preguntó, señalando hacia la otra parte de la tienda, la cual se podía ver con facilidad.
Lendsey asintió contra la mano de Ashtray, quien esperaba alguna respuesta de su parte.
- Es el padre de Nate Jacobs. Y como se entere de que le hiciste algo a Nate, puedes darte por muerta.
La morena tragó saliva nerviosa, deseando que Maddy no entrara a la tienda si es que se había dado cuenta de lo que estaba pasando.
Lendsey no pudo contar cuánto tiempo pasó desde que Cal Jacobs entró a la tienda, pero cada segundo era como una nueva eternidad.
Ashtray separó su mano de la boca de la chica, bajo su atenta mirada.- Ya puedes salir.
[...]
- ¿Por qué has tardado tanto?
La morena frunció el ceño.- ¿No has visto a nadie entrar a la tienda?
Maddy se encogió de hombros, empezando a conducir hacia casa.- No estaba pendiente de quien entraba o dejaba de entrar.
Lendsey suspiró.- Lexi ha entrado y se ha quedado un rato hablando conmigo.
- Oh, no me había dado cuenta.
- ¿Ella irá a la bolera?
- No. Solo iremos Kat, su novio, Jules y yo. No nos importaría si quisieras venir tú también.
La menor frunció el ceño, dejando escapar una pequeña sonrisa.- ¿Me estás invitando?
- Tu misma te acabas de auto invitar. -musitó la peli negra encogiéndose de hombros.
- Bueno, ¿quieres que vaya o no?
Maddy bufó.- Dios si.
- Pues lo siento, Maddy. Pero no podré ir.
- ¿Por qué?
Lendsey sonrió, observando como el coche se paraba en frente de su casa.
Sus dedos tantearon el bolsillo de su pantalón, sacando de él un trozo de papel.
- ¿Acaso esto es el papel del amigo invisible?
La morena chasqueó la lengua.- Vamos Maddy, solo léelo.
"Te espero fuera de tu casa a las 7 pm."
Maddy rodó los ojos.- ¿No puedes simplemente no presentarte?
- Eso es de mala educación, y yo no soy una maleducada, ¿verdad?
- ¿Y quien te ha escrito esto?
- No lo sé. Cuando iba saliendo de la tienda me lo encontré en el bolsillo de mi pantalón.
- ¿No sabes quien es y vas a hacer lo que te dice tu amigo invisible?
- Es más emocionante ver a mi amigo invisible que ir a una bolera con chicas más mayores que tú.
Maddy se encogió de hombros.- Puede ser un secuestrador.
- No creo que un secuestrador me envíe una invitación para vernos en frente de casa.
[...]
La cabeza de Lendsey se asomaba por su ventana, al igual que la de Maddy.
Ambas esperando a que la persona misteriosa apareciera por la dichosa calle.
La menor bajó corriendo las escaleras al ver como una luz proveniente de una bici se dejaba ver por la calle, teniendo la esperanza de que aquella fuera una grata sorpresa.
Pero no contó con que la persona se chocara contra el cubo de basura y cayera de bruces al suelo.
Aguantó su risa, poniéndose una mano sobre sus labios y acabando de cerrar la puerta de su casa tras de sí.- ¿¡Estás bien!?
La persona en cuestión se levantó, elevando los brazos y sonriendo.- ¡Sí! ¡Eso creo!
Lendsey sonrió hacia la persona, sin aún reconocerla por la tenue luz que iluminaba la calle, y se fue acercando a ella.
Iba a volver a abrir su boca cuando el contrario se levantó del suelo y se subió de nuevo a su bicicleta, despidiéndose de la chica con la mano.
La femenina suspiró, dándose cuenta de que aquella persona no era su amigo invisible.
- Es bueno verte, Lendsey.
La nombrada giró, observando un cuerpo frente a su puerta, y sonrió.
- Es bueno verte también, Ashtray.
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