Chapter 14: Run doll run

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Una furgoneta vieja conducía de noche por las calles de la ciudad, casi por las afueras.

Repentinamente paró en mitad de la nada, cuando un adulto de segunda edad salió de ella. Y tras él, una joven con una venda al rededor de sus ojos era arrastrada por él.

- Vas a quedarte aquí hasta que alguien te encuentre. De mientras yo me iré de aquí como si no hubiera pasado nada. ¿Entendido?

Lendsey asintió corriendo. Debía hacer lo que él le decía, por lo menos hasta que él se fuera.

- ¿Qué diré cuando me pregunten?

- Dí que tenías alcohol en tus venas y simplemente empezaste a caminar sin rumbo. Llegaste aquí y te desmayaste.

Lendsey volvió a asentir, notando como era dejada sobre el suelo. Se alivió al sentir la pequeña humildad del césped chocando contra sus piernas desnudas.

Quedaba menos para estar en casa.

El contrario se arrodilló frente a ella, dejando un beso en sus labios para volver a levantarse.- Adiós, pequeña muñeca.

Tras aquello, sus pisadas cada vez más lejanas llegaron a los oídos de la chica, quien tenía su corazón latiendo en la boca de su estómago a punto de salir de su garganta.

El motor de la furgoneta sonó, al mismo tiempo que esta marchaba de allí, sin mirar atrás ni un segundo.

Lendsey no se pudo esperar. Rápidamente se quitó la venda desesperada para levantarse corriendo del césped.

Si no fuera por la desesperación de aquel momento, tal vez se hubiera mareado al levantarse tan rápido, se hubiera caído al suelo del dolor que corría por su entrepierna, y se hubiera resbalado con sus propias piernas por la falta de fuerza en aquellos momentos.

Pero la desesperación y el anhelo podían contra sus propios límites.

Corrió y corrió, visualizando a la furgoneta a lo lejos, por lo que corrió hacia el lado contrario de esta.

Al girar la calle el sonido de un motor se escuchó, y giró levemente la cabeza tan solo para ver como la furgoneta giraba hacia su dirección.

- ¡Joder!

Lendsey siguió corriendo, girando continuamente por las aceras y metiéndose en pequeños callejones.

Sentía el viento chocar contra su cara, cosa que disfrutaba, pues era una muestra de libertad y que todo estaba a punto de acabar.

Las calles empezaban a hacerse más conocidas hacia sus ojos, por lo que rogó a sus piernas aguantar tan solo un poco más. Un poco más y por fin podrían llegar a su casa.

El dolor abdominal y de la parte más privada de su cuerpo la estaba matando, y de no ser porque su vida probablemente dependiera de ello, nunca dejó de correr.

La casa de los Perez quedaba a una calle, por lo que las luces encendidas de esta se podían ver desde donde ella se encontraba.

Jadeó de gozo, escuchando el motor de la furgoneta a sus pies, pero sin dejar de correr.

Sus pies le ardían horrores, y empujó su cuerpo hacia delante cuando la puerta de la entrada estaba a unos centímetros.

Esta se abrió, dejando que el cuerpo de Lendsey cayera de forma brusca al suelo.

Los seis presentes rodeando la mesa giraron sus cabeza, encontrándose con una casi desnuda Lendsey en la puerta de la casa.

Sus sollozos se hicieron presentes, mientras giraba su cuerpo hacia la puerta, viendo a la furgoneta parar. Por lo que desesperada se arrastró de espaldas hacia atrás, intentando alejarse de la puerta.

Sonia empujó a los presentes, corriendo rápidamente hacia la entrada.- ¡Cerrad la puerta!

A medida que lo chillaba, sus ojos se posicionaron en la furgoneta, y supo que era lo que pasaba. Y cerró fuertemente la puerta.

En aquellos momentos era más importante Lendsey que cualquier otra cosa.

La mujer se agachó en el suelo, agarrando a Lendsey por los sobacos y acercándola a ella para abrazarla, mientras le sobaba la cabeza.

- Ya ha pasado todo, cariño.

La morena negó con la cabeza, sollozando sobre el hombro de la mujer y aferrándose a ella con miedo de ser llevada de nuevo.

- Me ha violado, mamá. -lloriqueó, hipando y cerrando fuertemente los ojos.

Sonia se sorprendió por el hecho de que la menor le llamara de aquella manera, pero una sensación caliente en su pecho ardió por ello.

Josh permitió que todos sus males se fueran de su cuerpo al ver que Lendsey dejaba que Sonia le diera cariño, se alegraba de ver que su hija estaba viva.

El adulto se acercó hacia las dos, abrazándolas.- Dios, Lend. Que alivio que estés bien. 

Lendsey quería llorar y no parar. No estaba bien, de ninguna de las maneras.

Su secuestrador había roto una parte de ella, una parte privada que nadie tendría el derecho de romper. Se sentía sucia, una suciedad que ni con docenas de duchas se iría.

Maddy empujó a ambos adultos, para abrazar de forma necesitada a su hermana.- Es obvio que no lo está, John. Pero tranquila Lend, todo saldrá bien.

Fezco asintió enviando una sonrisa, acercándose junto a Lexi.- Nos encargaremos de ello.

Lendsey al escuchar la voz del pelirrojo levantó su cabeza, ignorando las lágrimas que corrían por sus mejillas.- Ashtray. ¿Dónde está?

El nombrado se encontraba pasmado en sus sitio. No se había podido mover desde todo lo ocurrido.

Actualmente se encontraba en trance, mirando a la chica con la boca abierta y con diminutas lágrimas a punto de deslizarse por sus ojos.

El chico volvió a la realidad al escuchar la voz de la chica.- E-estoy aquí, Lend.

Esta miró hacia él, levantándose rápidamente para volver a caer, cogiéndose la parte baja del abdomen con dolor.

Ashtray corrió para sujetarla, mientras agarraba su mejilla con una de sus manos, inspeccionando su rostro mientras sentía su corazón encogerse al ver a la chica que le traía loco en aquel estado.

El masculino intentó sonreírle en forma de apoyo, pero terminó saliendo como una mueca por lo culpable que se sentía.- Siempre lo estaré.

Aún con todo el dolor, Lendsey sonrió, abrazando a Ashtray y dejando caer su peso sobre el chico.

El contrario suspiró, inspirando el aroma de la chica y dejando un beso sobre su frente.

La femenina sollozó, dejándose desmoronar sobre los brazos del chico que le gustaba.- Te quiero, Ash.

- Yo también te quiero, Lend.

- Yo también te quiero, Lend

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TEEN IDLE | EuphoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora