capítulo catorce

29 4 1
                                    

MISMOS OBJETIVOS

Killian

La música de Dalia se escuchaba desde fuera del baño, se estaba arreglando bastante para la gala de hoy.

Yo ya estaba vestido con unos pantalones negros y una camisa blanca. Solo me faltaba el toque, mi perfume, pero este estaba en el baño, así que esperé a que Dalia acabara. En 20 minutos salíamos de casa. Vi que ya estaba tardando más de lo acordado así que entre-abrí la puerta, sin ver nada, y le pregunté si le faltaba mucho.

-Que va, ya casi estoy. Puedes pasar si necesitas algo. -me respondió al instante.

Así que pasé, el baño no era lo mas grande que digamos, así que nuestros cuerpos se rozaron en varias ocasiones. La primera vez me quedé sin aliento, después volvió a ocurrir y no se hizo tan extraño.

Me puse mi perfume y salí del baño.

-Te quedan 10 minutos para acabar de arreglarte- le dije mientras cerraba la puerta del baño.

Me senté en mi cama y me quedé observando por la ventana que daba directamente a una plaza donde habían muchos niños jugando por ahí, algunos padres jugando con ellos y otros hablando y fumándose un cigarro.

Me quedé pensando en la ilusión que le haría a mi yo de tres años saber que le he perdido el miedo a subirme a un escenario y disfrutar tocando y cantando. La ilusión que le haría saber que he cumplido mi sueño y ahora tengo metas que sé que puedo conseguir y que cada día estoy un pasito mas cerca de hacer realidad.

Sentí un pinchacito en el pecho y hice todo lo posible para que no se me escapara una lagrima pensando en mi yo del pasado, en lo que yo mismo tuve que superar solo para llegar aquí, aunque todavía queda mucho por sanar y mucho por cumplir.

-Ya estoy lista! -gritó Dalia saliendo del baño haciéndome escapar de mis pensamientos- Voy estupenda, verdad?

-Estupendísima.

Y allí estaban otra vez sus preciosas mejillas sonrojadas. Ese color cereza que se complementa con sus labios perfectamente.

-Lo tienes todo listo? -le pregunto

-Sí. Todo controlado.

-Muy bien. Pues, vamos?

Salimos y en la puerta del edificio nos esperaba una furgoneta, la de Elena, que se comprometió a llevarnos a la gala, que quedaba a 45 min en coche. Ese tiempo lo pasamos repasando la canción que cantaríamos y perfeccionando, pero también cantando las canciones que salían en la radio a todo pulmón, Elena iba riendo de vez en cuando por nuestra exageración.

-Bueno chicos -nos dijo Elena mientras se giraba para mirarnos desde el asiento del conductor- ya hemos llegado, vamos a descargar las cosas.

Bajamos todos del coche y fuimos bajando el material poco a poco. Luego entramos a lo que era un pequeño teatro donde se haría la gala.

-Como llevas tú los nervios? -me pregunta Dalia mientras vamos por los largos pasillos

-Por el momento estoy bastante relajado.

-Que suerte...

-Tu también vas a relajarte, ya verás.

Entramos a nuestro camerino, uno de tamaño mediano, donde no nos faltaba espacio; era compartido por dos alumnos de la otra escuela, un chico y una chica, también.

Dalia los saludó muy alegremente, con esa voz tan adorable de nervios y algunas risitas que se le iban escapando.

Yo, en cambio, vi como ese chico la miró demasiado, no sé si fue cosa mía, pero creo que la observó mas de lo necesario. Tampoco sé porque me afecta tanto, si tan solo es una mirada. Pero igualmente yo no le saludo de la forma tan amigable que emplea Dalia.

-Vosotros no sois de esta escuela, verdad? -pregunta la chica

-No. -le respondo, con un tono un poco seco, entonces Dalia me da un leve codazo.

-Venimos de otra escuela para inaugurar la función -sigue ella- por cierto, como os llamáis?

-Yo soy Leo, el batería -dijo el chico pelinegro y musculoso- ella es Claudia, quien hoy canta conmigo -la chica rubia me dio una media sonrisa, no parecía mala persona, al contrario, muy amigable.

-Yo soy Dalia, el es Killian.

-Encantado -mentí

Acababa de entrar en esa sala y ya tenía ganas de irme. Por que? No sé, pero sé es que ese tal Leo no me dio buena vibra desde el primer momento.

-Voy a preguntarle a Elena a que hora empezamos, ahora vengo -y salí del camerino.

Me dirigí al baño, ya sabía la hora a la que actuamos, fuel lo primero que le pregunté a Elena esta mañana. Una vez en el baño me refresqué la cara, me sentía nervioso, algo que muy pocas veces me ocurría en este tipo de casos.

Estaba tan concentrado en mis pensamientos que casi ni me di cuenta cuando alguien entró al baño... ¿Claudia? ¿Qué hacia ella aquí?

Después de preguntarme eso, recordé que este es un baño unisex, de chicos y chicas. Ahora ya tenía mas sentido.

-Killian, no habías ido con Elena? -mierda, es verdad.

No le respondí, era obvio que no había ido a ningún otro lado.

-Oye... No sé si es que tu actitud es así, pero te noto algo raro, y no especialmente conmigo, más con Leo, mi compañero.

Cuando mencionó a Leo, no sé que fue pero sentí como si una chispa se encendiera en ella, entonces supe que estábamos en las mismas.

-Verás, él no es una mala persona, aunque a veces no aparente lo mismo, llevo años siendo su compañera y...

-No hace falta que me expliques nada. El problema soy yo, mis sentimientos hacia Dalia, y mis celos con tu compañero. -ahí se lo dije todo.

Ella se quedó unos segundos callada, analizando mis palabras.

-Y si no me equivoco, estamos en una situación muy similar.

Asintió tímidamente con la cabeza.

-También he notado como Leo mira a Dalia -sentí que cuando dijo eso, le dolía verdaderamente.

-Si... bueno, vayamos al grano, tu quieres a Leo, verdad?

-Se podría decir que si

-Y yo quiero a Dalia, o eso creo -soltó una pequeña risita- entonces nos tenemos que ayudar el uno al otro.

Asintió otra vez.

-El único obstáculo ahora mismo es que tenemos que salir al escenario, así que tendremos que acabar esta conversación más tarde.

-Toma, te doy mi numero de teléfono para no perder el contacto, y así nos explicamos como vamos con nuestros objetivos -dijo Claudia

Cuando ya tuvimos nuestros contactos agregados, volvimos al camerino. Y lo que no estaba planeado era que al entrar, Dalia estuviese sufriendo un ataque de ansiedad. En ese momento me dejó de importar el espectáculo, solo podía pensar en ella.

Tal Vez Nosotros Si (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora