capítulo dieciséis

23 2 0
                                    

¿TE APETECE UN HELADO?

Killian

Dalia fue a comprar algo para tomar. Yo todavía no asimilaba lo que acababa de hacer, por fin reuní la valentía suficiente, y por suerte, todo fue bien. Dalia no rechazó mi beso y yo me sentí la persona mas feliz del mundo. 

Me pareció muy extraño que justamente en ese momento Claudia se cruzara por las escaleras y nos interrumpiera, y como si me estuviese escuchando, de repente ella entró al camerino.

Me miró y analizó rápidamente. Había algo raro en sus vibras, lo noté.

-Parece que alguien ya ha cumplido su objetivo, eh -me dijo, aunque no parecía que lo hiciera con buena intención.

-Si, he decidido dar el paso.

-Bien hecho -se sentó a mi lado, bastante cerca para mi opinión- pero, que es lo que le ves a ella? Me refiero, habiendo gente como "yo" en el mundo, no sé que te atrae de esa.

Para empezar, no me gustó nada como se refería hacia Dalia, y después, ya sabía que insinuaba. Y ni de coña me fijaría en Claudia, sobre todo ahora sabiendo como es en el interior. 

Claudia se estaba acercando de una manera muy...  apasionadamente... No sé como explicarlo pero no me gustó, a parte podía ver como  intentaba acercarse cada vez más.

-A que te refieres exactamente? -le pregunto aun sabiendo lo que insinuaba

-Pues que... creo que mereces algo más que esa chica. A parte de que yo tengo mejor cuerpo, estoy segura de que también te puedo aportar cosas mejores, es los sentidos que ya te puedes imaginar -se iba acercando cada vez más.

-Vale Claudia, hasta aquí hemos llegado. Si te vuelvo a escuchar hablar de esta manera sobre Dalia delante de mi o de quien sea, siempre que te estás dirigiendo así hacia Dalia, te puedes asegurar de que tu carrera como artista va a caer fondo, voy a asegurarme de que lo que tienes conseguido hasta ahora y todo lo que te puedan ofrecer no llegue a tus manos, porque estoy seguro te que no te mereces mucho menos el éxito de tu carrera.

-Pero que coño te pasa Killian? Te estoy diciendo como son las cosas, si no lo quieres escuchar, allá tú. Que seas consciente de lo que te estás perdiendo.

Entonces eso me hizo explotar, me encendí por dentro. Ella iba a levantarse pero me interpuse en su camino, la agarré de los hombros para que quedara justo con la cabeza mirando a mi cuello, y con dos dedos la agarré del mentón para mirarla a los ojos fijamente.

-Te he dicho que no quero volverte a escuchar hablando de Dalia -dije remarcando cada palabra- entendido?

-Emm, si, si -intentó bajar la cabeza pero entonces le puse un poco de presión, sin llegar a hacerle daño.

-Que te queden bien claras las consecuencias de volver a nombrar a Dalia, porque perdón que te diga pero tú lo único que sientes es envidia, y te digo yo que esa especie de odio hacia ella solo te va a aportar cosas malas. 

-Emm... Killian -dirigió su mirada hacia la puerta, yo la seguí. Allí se encontraba ella, con  los ojos cristalinos y una mano en el pecho. 

Entonces me di cuenta de que habían dos razones por las que podría estas así. La primera es que estaba un poco pegado a Claudia, puede ser eso le molestó. La segunda es que haya estado escuchando toda la conversación, y junto a eso la opinión de Claudia.

Me separé del todo de Claudia, ella se escapó por la puerta dejándonos a solas, Dalia y yo.

Estaba paralizada, las lagrimas caían por su rostro sin sentimiento. Corrí para acogerla en mis brazos, ella se apoyó en mi pecho y se desmoronó. Se me partió el alma.

-Oye oye, que ocurre?

Le aparté un mechón de la cara para apreciarla bien.

-Es que, no entiendo que hago mal, por que todo el mundo me odia? Siempre intento cumplir con las expectativas de la gente, ser lo que quieren que sea, pero ya no se en que fallo.

Sentí dolor en mi cuando la escuché referirse a ella de esa manera.

-Lo has escuchado todo, verdad?

-Si -dijo entre sollozos

-Es que Dalia, te juro que tu no haces nada mal. Al contrario, el problema lo tiene ella, no has visto la envidia que te tiene? Y, está bien que siempre des lo mejor de ti, pero nunca intentes satisfacer a la gente cambiando tu manera de ser, eso no arreglará nada. 

Vi que se quedó callada, sabia que estaba repitiendo la conversación en su mente, hice que dejara de pensar en eso.

-Te apetece un helado?

Y entre todas esas lagrimas se iluminó una sonrisa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 18, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tal Vez Nosotros Si (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora