Capitulo 9: Patinaje

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Un largo y agotador mes había pasado desde el último encuentro de nuestra querida pareja protagónica, y para la baronesa habían sido los peores días de su vida.

Pero finalmente, el mes había acabado, y su próxima cita con su pequeño novio de encontraba a la vuelta de la esquina, y al llegar el tan anhelado día, ambos se recibirían con un cariñoso beso en los labios.

Se montarían a un carruaje que los llevó a una zona de Sugarland Shimmy en donde nubes rosadas cubrían el cielo y de ellas caían copos de algodón de azúcar que simulaba ser nieve.

Cuphead invitó a su novia a jugar en la supuesta nieve. Bombón no le pareció tan mala idea y aceptó. Jugaron en la nieve como si fueran unos pequeños niños de 5 años, creando figuras bastantes diferentes. Uno parecía tener forma de una torre y el otro de un dragón un poco deforme, nada parecido al típico muñeco de nieve que se acostumbraba hacer.

La castaña al ver la creación de la taza de rojo agarró un poco de nieve la cual era de color rosa, le dio forma de bola y se la arrojó en la espalda.

─ ¡Tú dragón va a destruir mi torre! ─ Gritó entre risas la baronesa, el contrario solamente le siguió el juego.

─ Pues eres una tonta, porque no sabes que mi dragón es todo un amor. ─ Dicho esto agarró un poco de nieve y se la lanzó a la mujer de vestimentas rosadas, dando inicio a una guerra de nieve para defender a sus creaciones.

Se alejaron de sus creaciones inanimadas para que así las bolas de nieve no los tocaran y reiniciaron su guerra siendo vistos por algunos civiles de dulces que les asombraban ver a su princesa actuar de tal modo que les pareció fuera de lo normal de alguien como ella, pero esto le valió tres dulces de maíz a la baronesa y continuó con su diversión.

En medio de su juego, accidentalmente Cuphead cayó encima de su dragón destruyéndolo haciendo reír a la baronesa al ver como desesperadamente intentaba restaurarlo ganando varias miradas molestas de parte de la taza.

Sin pensarlo dos veces, Cuphead se levantó dejando de lado a su pequeño animal nevado y pateó la torre de la dama volviéndolo un pequeño montículo de nieve rosa al igual que el suyo, sonriendo de forma victoriosa al haberlo destruido.

Se quedaron un rato en silencio, Bombón observaba que su hermosa torre había sido destruida por el contrario.

Entonces Cuphead recibiría un fuerte impactó con una bola de nieve en la cara, siendo disparada por el arma-bastón de caramelo que la baronesa llevaba con ella a todas partes en caso de que alguien quisiera hacerle daño, lo que había hecho era un acto de venganza por haberle destruido su construcción helada.

Terminaron los dos cubiertos de nieve riéndose por las boberías que hacían, se sentían como pequeños niños jugando y divirtiéndose en un típico día nevado, corriendo y lanzándose bolas de nieve como si no tuvieran ninguna preocupación.

Siguieron con su cita, caminando por aquel parque nevado hasta toparse con un gran lago de soda de fresa congelado, pero no era cualquier lago, era uno especial en donde se podía patinar, pudieron ver a varias personas paseando por hielo que se divertían mucho.

A Cuphead le pareció una gran idea patinar en el hielo, así que tomó la mano de su novia y  unos patines para los dos, pagaría por ello y le daría un par a su hermosa baronesa.

Cuphead entró al lago empezando a patinar esperando a la llegada de la chica, pero al ver que ésta no entraba se acercó a ella confundida preguntando qué sucedía.

─ Nunca en mi vida he patinado en el hielo. ─ Murmuró Bombón.

Entonces Cuphead pudo entender el problema, tenía miedo de lastimarse y hacer el ridículo en público.

El de porcelana con una sonrisa le prometió que  la ayudaría a aprender a patinar de la manera correcta, tal y como ella le enseñó a bailar en su fiesta de cumpleaños, y no dejaría que se hiciera daño. Bombón confiaba en el contrario, así que aceptó entrando al lago tomándolo de la mano para no caerse.

Pasaron muchos intentos y algunos resbalones, pero finalmente la castaña podía mantenerse en pie en el hielo sin que le temblaran las piernas y podía a patinar un poco.

Cuphead estaba tan emocionado que la soltó por accidente haciéndola caer una vez más al suelo, lo miró enojada, no era para nada agradable caer de centón sobre el hielo, pero no tardó mucho en recibir unas disculpas de parte de la taza.

─ Lo siento, cariño. ─ Diría Cuphead ayudándola a ponerse de pie.

Bombón había entendido que cuando su pequeño novio se emocionaba podía reaccionar de manera impredecible, pero al final siempre intentaba corregir lo que sus actos imprudentes causaron.

Se sacudió su ropa abrigada mientras se sostenía de Cuphead para no perder el equilibrio y volver a caer.

Al rato ambos estarían adentro de una cafetería bebiendo chocolate caliente con malvaviscos para normalizar el frío que sentían sus cuerpos por el clima que había en aquella zona.

Tanto Bombón y Cuphead disfrutaban de ese momento que compartían los dos antes de que la primera mencionada volviera a sus responsabilidades como princesa del reino endulzado.

─ ¿Y cómo te fue? ─ Preguntó Mugman al ver a su hermano llegar a casa.

─ ¡De lo mejor! ─ Expresó con euforia ─ ¡Fuimos a patinar sobre el hielo y a beber chocolate caliente! ─ Ante lo primero que emocionó dejó a Mugman confundido, ¿A patinar en el hielo? Pero si apenas estaban en otoño ─ No lo entenderías. ─

─ ¿Y qué me trajiste? ─ Habló ahora Chalice acercándose recibiendo varios caramelos que Cuphead sacó de sus pantalones, con mucha emoción le daría más gracias y regresaría a su habitación a seguir jugando con sus muñecas.

─ ¿Y para cuándo me das nietos? ─ Diría Elder Kettler llegando después de que Chalice se fue, cosa que pondría a Cuphead a sonrojarse a no más poder y se escucharían risas por parte de Mugman.

─ ¡Abuelo! ¿C-cómo puedes decir esas cosas? ─ Cuphead estaba más que avergonzando por las palabras de su cuidador ─ A-apenas tenemos un mes saliendo. ─

─ Sólo andaba de broma, no era enserio. ─ Soltaría una risa por como el menor se había tomando tan enserio su comentario.

─ ¡Ay, mejor me voy! ─ Cuphead marcaría directo a su habitación teniendo aún su rostro ardiendo en un sonrojo.

Elder y Mugman se miraron por un momento para soltar una risa, ¿Cuphead cómo padre? No podían imaginárselo, al terminar con sus carcajadas se irían a continuar con sus deberes del hogar.

30 Días CupbonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora