Capitulo 30

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─ ¿Ese no es Cuphead? ─

Es pregunta hizo que la Baronesa volteara la cabeza para verlo con sus propios ojos, allí se encontraba con Hilda Berg teniendo una Salida de Chicas.

─ ¿Crees que te esté poniendo los cuernos? ─ Hilda estaba dispuesto a llamar a Sally por su celular para ajustar cuentas con el chico.

─ ¡Claro que no! Si lo hiciera me hubiera enterado hace mucho, Cuphead es terrible mintiendo. ─ Bombón podía ver a Cuphead a lo lejos, al parecer estaba esperando a alguien.

─ Como quieras. ─

Cuphead se encontraba en una Cafetería frente al Salón de Belleza en la que estaban ellas, por su expresión parecía que estaba buscando a alguien.

Cuphead miraba a un reloj que tenía en su muñeca izquierda, las mujeres solamente se limitaron a observar desde donde se encontraban.

Entonces llegaría Beppi con una caja para sentarse en la mesa en la que se encontraba Cuphead esperándolo, éste se notaba algo molesto.

─ ¿Contratamos a un detective? Te ves tensa. ─ Diría Hilda viendo a Bombón intranquila ─ No te preocupes, una rata siempre se reúne con otras. ─

─ Hilda... Te he dicho que es un chico taza normal, no es una alimaña o una rata mutante de la alcantarilla. ─

─ Entonces, dime qué clase de persona pone esa cara con una caja. ─

Lastimosamente esa caja no tenía nada escrito con el que pudieran adivinar su contenido, pero parecía que Cuphead parecía asqueado con lo que había adentro.

Ambos chicos comenzaron a discutir, luego Beppi sacó de la caja un cuchillo embarrado de algo color rojo y cremoso, eso intrigó a las chicas.

Bombón e Hilda no pudieron resistirse más y salieron del Salón de Belleza para ir a la Cafetería, entraron tan estrepitosamente que llamaron la atención de las pocas personas que estaban en el lugar.

─ ¡Mierda! ¡Tu novia es una Stalker! ─ Diría Beppi cerrando la caja, ambas chicas se les acercaron.

─ ¿Qué es lo que está sucediendo aquí? ─ Preguntó Bombón colocando las manos en su cintura.

─ Bueno... Ya que estás aquí. ─ Suspiró Cuphead entregando la caja.

Al abrirla Bombón e Hilda no pudieron evitar reírse, al menos pudieron descartar que Cuphead y Beppi estaban matando algo.

─ Es un pastel de... ¿Una mujer? ─ Diría Bombón entre risas.

─ Se supone que eras tú. ─ Cuphead se cubrió la cara avergonzado.

Quería darle un pastel de regalo a su novia, pero el payaso había arruinado el encargo por accidente.

─ ¿Eso se supone que es Bombón? ¡Por Plutón! Parece una pintura abstracta hecha por Picasso. ─ Diría Hilda agarrando un poco de la crema del pastel.

─ Es que se me cayó con la caja cuando venía en camino. ─ Mencionó Beppi sonriendo nervioso, recibiendo la mirada molesta del chico taza.

─ ¡Cuphead! ¿Estás consientes de que vivo rodeada de pasteles gigantes casi todos los días? ─ Bombón miró a Cuphead que se sintió un poco tonto por eso.

Aunque Bombón no negaba que era un encantador regalo de su parte, además que Cuphead solía darle varios regalos de manera inesperada.

─ ¿Quieres tomar algo? Yo invito. ─ Cuphead trajo otras sillas para que las chicas se sentarán con ellos.

Bombón se quedó junto a Cuphead, que le había dicho que a la próxima le daría un mejor regalo que un simple pastel.

Por otro lado Hilda y Beppi se comían el pastel que Cuphead había encargado y que ahora se había arruinado, no pensaban desperdiciarlo.

Fin...

Gracias por leer esta historia 💗✨

30 Días CupbonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora