Capitulo 22

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─ ¡Atrápenla! ─ Gritó Cuphead para luego lanzarse hacía la delincuente junto a Hilda, Goopy y Cagney que se les unió poco después.

Comenzando una batalla en aquella habitación llena de monedas de oro y otras reliquias muy valiosas.

Mientras tanto, Bombón se daría cuenta su pareja y amigos no se encontraban en la sala en donde se estaba dando la Fiesta, pero antes de ponerse a buscarlo esa vaca fugitiva aparecería corriendo por el salón cargando una aspiradora en su espalda mientras que Cuphead la perseguían.

─ ¡Es la Sheriff! ¡Soldados rodéenla! ─ Ordenó el Rey.

Ahora la vaca era perseguida por Cuphead que iba disparándole con sus dedos y ella le devolvía los disparos con sus pistolas de Agua de Ardiente, además de los soldados que la seguían con sus lanzas filosas.

Bombón podía ver todo esto hasta que salieron de aquel salón y al rato llegarían el resto de sus amigos que se habían quedado atrás debido a que Esther les arrojó varias armaduras quedando sepultado bajo todo ese metal, Hilda y Goopy continuaron persiguiendo a la vaca.

Cagney decidió quedarse al ver a Rumor con la Baronesa, la Reina de Ajedrez y una Canina Piloto. Cuphead se detendrían al ver como Esther se lanzó por una de las ventanas con aquella aspiradora en donde tenía las cosas que se había robado del castillo, así que no lo pensó dos veces y se lanzó.

Caería sobre las nubes que sostenían todo el Reino de Ajedrez, Cuphead ahora perseguía a Esther teniendo que esquivar las cosas que ella le lanzaba para retenerlo, entonces llegaría Hilda en su forma de Géminis lanzándole una descarga eléctrica a la vaca haciendo que se desmayara.

─ ¡Géminis lo hiciste! ¡Detuviste a la Sheriff! ─ Diría Cuphead llegando con el cuerpo humeante de Esther.

Géminis se sentiría victoriosa por su logro, para que luego se esfumara llegando en su lugar la Zepelín que se sacudió la ropa quitándose algunos pedazos de nube que quedaron en su cuerpo.

─ No hay de qué, son 100 dólares. ─ Hilda abrió su mano esperando su recompensa.

Cuphead sólo la miró con cara de "¿Hablas enserio?", pero entonces llegarían los soldados rodeando a la delincuente para llevársela de regreso al castillo con su mochila aspiradora.

─ ¿Qué le van hacer? ─ Preguntó Cuphead.

─ Pues... ─ Uno de los soldados se pasó el dedo por el cuello para luego irse con sus compañeros.

─ ¿Y mis 100 dólares? ─ Diría Hilda desconcertada.

30 Días CupbonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora