Capitulo 10: Genderbend

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Era de mañana, Cupette (Cuphead) estaba en medio de la sala de su casa preparado algunas cosas sobre una manta para pasar el rato mientras que su pareja llegaba. Tenía planeado salir con su novio, con el único cambio de que sería dentro de su casa en vez de ir a alguna parte de Inkwell, por eso debía preparar todo antes de que él llegara.

Tenía que aprovechar el tiempo mientras que su familia estaba afuera de cada; Su abuela Lady Teapot (Elder Kettler) había ido a casa de una sus amigas, su hermana Mugmilk (Mugman) fue a visitar un supuesto amigo en la Three Island y su hermano Little Calyx (Chalice) fue a jugar a casa de su mejor amigos Juny (Junior), con ellos afuera sus planes no podrían estropearse.

Así que se levantó del suelo y se dirigió a la cocina para sacar del refrigerador un pastel sabor a fresa que había comprado el otro día y también una canasta llena de frambuesas. La tentación de tomar una de esas pequeñas frutas era inevitable, por lo que solamente comió una y las demás las dejaría para cuando su príncipe de rosa llegara.

Ahora hablemos de Bumble Gum Pop (Bombón), le gustaba mucho hacerse cargo de Sugarland Shimmy y cumplir con sus deberes, haría todo lo posible para que su pueblo estuviera en buenas condiciones. En algunas ocasiones solía ser alguien reservado y otras veces un poco prepotente, bastante tímido cuando su pareja le daba cariño en público.

Y no por el hecho de que sea alguien de la realeza como él, sino por el hecho de que no estaba acostumbrado a que alguien le diera tanto afecto cariñoso, pero algo que nunca admitiría era que secretamente amaba mucho que Cupette le hiciera eso, sobre todo cuando recibía besos de su parte.

El castaño al llegar a la casa de su pareja se percató que no había nadie haciendo que se preocupara un poco, por lo que fue a buscarla en su habitación pero tampoco la encontraría ahí. Entonces un peculiar aroma llegó a su nariz, un aroma a, ¿Frambuesas? ¡Joder, sí! Sabía perfectamente como era la fragancia de esos deliciosos frutos, así que se dirigió a la cocina.

─ ¿Cariño? ─ Diría Bubb acercándose a la chica taza que estaba de espalda.

─ ¿Uh? ¡Por fin llegas! Por un momento pensé que no vendrías. ─  Cupette se pondría de puntillas para poder besar una de las mejillas de su pareja.

─ Tuve algunos contratiempos. ─ Mencionaría acordándose que antes de venir tuvo que atender un asunto con el Consejo Real.

Ellos eran los que no lo dejaba ir a casa de su chica, ya que pensaba que no era lo suficientemente buena para él, por lo que no evitó soltar un gruñido molesto.

─ ¿Estás bien? ─ Preguntaría notando el repentino cambio de humor de su pareja.

Debía admitir que a veces le asustaba estos cambios, por lo que empezaría a preocuparse por él, considerándolo alguien bipolar.

─ Nada… ─ Respondería de manera cortante.

Cupette no era tonta, sabía que algo había sucedió pero no podía obligarlo a decirle, solo lo molestaría más y eso era algo que quería evitar

─ ¿Qué es todo esto? ─ Preguntaría Bubb, refiriéndose a la comida que la menor tenía en un mesón de la cocina.

─ Para comer nosotros dos, es algo que estuve planeado desde ayer. ─ Contestaría Cupette con un sonrojo en sus mejillas.

Le estaba echando muchas ganas a su relación con Bubble, y lo mismo hacia a él, realmente querían que todo esto funcionara.

─ Está bien, cariño. ─ Bubb tomaría la mano de Cupette y se agacharía un poco para poder darle un beso en su cabeza, haciendo que ésta reaccionará con un fuerte sonrojo en su rostro de porcelana.

Los dos se sentaron en el mantel que Cupette había puesto en la sala a disfrutar de los postres que habían sido comprados y otros preparados por la chica de porcelana, sería un día especial para ambos.

30 Días CupbonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora