Capítulo 5

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Muchas gracias a todos por sus likes, estrellitas, favs, kudos, reviews y comentarios que me divierten y emocionan.

Sin más preámbulo les dejo con el capítulo que espero les guste y aprovecho para anunciar que estamos en la recta final de esta historia que se suponía sería un OS jaja.

Disfruten...

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Regina se quedó en shock al escuchar la declaración que David acababa de hacerle. La impresión le duró apenas un par de segundos porque los ojos se le anegaron en lágrimas por el hermoso sentimiento que inundó su corazón con esa confesión. Y es que ella también estaba enamorada de él. No tenía dudas ya de ello y saberse correspondida la llenaba de una manera inexplicable.

Lo tomó del apuesto rostro con ambas manos y le estampó un beso tan apasionado que no tardó en dejarlos sin aliento.

—Te quiero, Regina —jadeó David sobre los tersos labios.

—También yo. Estoy enamorada de ti. —Enredó los brazos en el cuello del príncipe y se le acomodó sobre el regazo—. Creo que lo estaba desde hace tiempo, pero no me atrevía siquiera a pensar en ello —confesó, esbozando una bella sonrisa.

David le sonrió también, emocionado de escuchar que Regina sentía algo por él desde mucho antes de que estuvieran en aislamiento.

—Yo igual. —Empezó a acariciarle la espalda—. Confieso que me gustaba fastidiarte y crear situaciones donde tuviéramos que interactuar.

—David, ¿cuántos años tienes? —Regina le alzó una ceja haciendo evidente que reprobaba ese comportamiento. Él soltó una suave risa.

—Lo sé —dijo mientras asentía, asumiendo la culpa por su mal comportamiento.

La reina pasó sus dedos por el rubio cabello haciendo que él entrecerrara los ojos por el disfrute de las caricias.

—Inconscientemente lo hacía para tener tu atención —se justificó David.

—Ahora tienes toda, toda mi atención, encantador —susurró contra los labios del príncipe.

Regina movió las caderas con sensualidad y él la sujetó de ahí con ambas manos. Contrario a lo que pensó, no la detuvo, por el contrario, colaboró para aumentar la intensidad, procurando con ello estimular su miembro que poco a poco se fue poniendo erecto.

Se besaron con arrebato y pasión mientras eso sucedía. Regina volvió a aferrar el rubio cabello entre sus manos y le obligó a ladear un poco el rostro para exponer el cuello que besó y mordisqueó a su antojo.

Siseó con deseo en el oído del príncipe cuando le fueron dadas un par de nalgadas que la hicieron temblar por la sensación placentera que se extendió por todo su cuerpo.

—Oh, Dios —gimió gustosa cuando el miembro de David empezó a entrar en ella. Cerró los ojos y frunció el ceño, disfrutando de sentirse ensanchada y llena de esa forma tan íntima, tan única y placentera.

Se apretó con fuerza a su alrededor cuando lo tuvo todo dentro y por Dios que era maravilloso estar así con David. No quería que terminara, no quería que esos días de aislamiento llegarán a su fin. Quería quedarse ahí y así con él por siempre.

Sonrió al sentir los tibios labios recorriendo su cuello, sus hombros, su pecho. Los labios rodeando uno de los pezones para chupar con ganas. Eso la hizo echar la cabeza hacia atrás y ondular las caderas.

David sonrió con el endurecido pezón dentro de su boca. Le gustaba saber que lo que hacía le gustaba a Regina. Cambió de pezón y metió una mano en medio de los cuerpos de ambos hasta alcanzar el clítoris de la reina que se estremeció de pies a cabeza cuando lo estimuló.

AislamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora