Capítulo 4

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Aviso de sexo oral en el cap, si te molesta salta esa parte, habrá pequeños separadores que te evitaran incomodidad :) 

──────៹۟▩⃟ꦿꦼ៹─────

—Omega...—

Keisuke soltó esa palabra en un gruñido bajo y grave que hizo que el temblor en el cuerpo de Chifuyu se hiciera más notable.

Sus piernas no le respondían correctamente y el dolor que le provocaba el celo le hacía todo más difícil. Sumándole a eso el hecho de que ahora estaba en presencia de un verdadero alfa que hacía que su lobo interior aullara de emoción y se retorciera tratando de tomar el control de la situación y obtener la atención del lobo del pelinegro, por mucho que él mismo odiara esa idea.

Estaba en la peor de las situaciones, con su secreto claramente revelado y a merced de un alfa que podía perder el control tanto como él. Pero no estaba decidido a rendirse aún, él no era así, debía arreglar aquello de alguna forma.

—Baji...e-esto no es lo que piensas, yo solo estoy tra...— El nerviosismo y desesperación en su rota voz eran evidentes. —Olvídalo, mejor sal de aquí, ¡a-ahora!—

—Cállate.— La actitud del alfa lo descolocó por un momento, haciendo que lo mirara confundido y luego algo horrorizado al ver que los colmillos del mismo se asomaban un poco.— Será mejor que ni hables, pues estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano por controlarme ahora mismo, Matsuno.—

El alfa caminó hacia el contrario, recogiendo todas las cosas que aún quedaban sobre el escritorio y metiéndolas a su mochila, para luego dársela a Chifuyu que todavía se mantenía en el suelo sin entender nada. Keisuke se quitó la chaqueta del uniforme y se la tiró por encima de la cabeza al rubio, tapándolo así con esta.

—¡Oye! ¡¿Qué se supone que haces?!—El omega no podía entender nada de lo que pasaba por la mente del otro, y sinceramente sentía algo de miedo.

—Presidente Matsuno, pedí silencio antes.— El pelinegro sacó su celular del bolsillo de su pantalón y marcó rápidamente al alguien. —Hey, soy yo, ¿ya estás en camino? Perfecto, tienes 5 minutos para llegar.— Dicho eso colgó sin esperar realmente una respuesta.

Keisuke se agachó entonces y levantó el cuerpo del más bajo entre sus brazos, el cual aún tenía su rostro y cabeza cubiertos por su chaqueta.

—Saldremos de aquí, mantente tranquilo y tapado en todo el camino. No entiendo muy bien aún que es lo que pasa pero estoy seguro de que no quieres que nadie te vea.— Advirtió ante lo cual el rubio solo pudo asentir sin poder hacer mucho más, odiaba sentirse tan vulnerable ahora mismo.

El pelinegro abrió la puerta del salón y asomó su cabeza a ambos lados primero fijándose de que no hubiera nadie por allí en ese momento. Al asegurarse salió disparado con el omega entre sus brazos hacia la salida de la escuela, bajó las escaleras casi corriendo hasta al fin llegar a la puerta principal.

Como ya era bastante tarde y muchos ya se habían ido o estaban en sus clubes solo se habían topado con un par de estudiantes que lo habían mirado algo raro, pero nada más allá de eso. Estaba seguro que nadie había reconocido al presidente, o eso creía él.

Sin más demora caminó en dirección a un lujoso auto negro con vidrios polarizados que había acabado de estacionarse frente al lugar. Abrió la puerta del asiento trasero y metió allí a Chifuyu, para luego entrar él y sentarse a su lado.

—A la casa. Ahora.— Su tono de voz era serio y firme, a lo que el conductor solo asintió y arrancó sin perder más tiempo.

Chifuyu no entendía nada, quitó la chaqueta de su cabeza. ¿Había dicho a casa? ¿Irían a su casa o a casa de Keisuke? No, no, Keisuke no sabía dónde él vivía, pero entonces, ¿por qué lo llevaba a su casa?

¡El presidente del consejo estudiantil es un omega! || BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora