Extra 2

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Un grupo de alrededor de cinco chicas, todas ellas omegas, se empujaban un poco entre sí mismas para intentar obtener una mejor posición que les permitiera mirar con disimulo -o eso esperaban ellas- hacia el interior de aquel salón prácticamente vacío ya.

—Oye, no empujes tanto, yo también quiero ver.— Reclamó una delgada castaña a su amiga rubia de al lado, esforzándose en alzarse con la punta de sus pies para observar por la ventana, pues era algo bajita.

—Dios, él es más guapo de lo que nos habías contado. Parece sacado de un anuncio de revistas.— Dijo otra, observando embobada hacia el interior del salón.

—Te lo dije, amiga.— Respondió una omega de cortos cabellos rojizos. — Está en primer año como nosotras pero ya se ha creado cierta fama, incluso algunos estudiantes de años mayores lo mencionan.

Todas soltaron un pequeño suspiro de asombro, más no de incredulidad.

— Y estás segura de que es un omega? — Cuestionó dudosa una que no había hablado hasta el momento, sin apartar la vista de la persona que todas miraban. —Quiero decir, tiene todo el porte de un alfa. Alto, hombros anchos, cuerpo musculoso, piernas formadas y esa aura imponente.

—A mí también me sorprendió al principio, pero mi amiga que es su compañera de clase me lo confirmó.— Respondió la que parecía más conocedora del tema. —Dice que tiene un dulce olor a vainilla, e incluso...

—¿E incluso?— Animaron a la chica a que continuara cuando esta se quedó en silencio con cierto aire de misterio.

—Que está emparejado con un alfa también muy guapo.— Finalizó, haciendo que en los rostros de sus amigas se pintaran muecas de desilusión.

—Joder, me pregunto qué clase de alfa puede haber conquistado el corazón de este Adonis.— Puchereó una. —O sea, hasta yo lo hubiera intentado con él.

—No digas tonterías.— Regañó la rubia alta. —Una relación entre dos omegas no funcionaría. Además, estamos fuera de su liga.

—Cállate.— Reclamó la contraria algo molesta aunque supiera que al final, aquello era cierto. —Por un varón como ese, yo lo haría funcionar.

Todas rieron bajo, un poco de acuerdo con el comentario de la chica aunque fuera algo descabellado.

Continuaron ensimismadas apreciando un poco más al individuo dentro del salón, quien cabe mencionar que estaba tan concentrado escribiendo en su cuaderno, que no parecía reparar en su pequeño público. También ayudaba el hecho de que al haber terminado las clases hace un rato, ya no quedaran casi estudiantes por los pasillos que vieran el cuestionable comportamiento de aquellas féminas.

—Buenas tardes, señoritas.

Una grave pero aterciopelada voz las sorprendió a todas, haciéndolas saltar levemente en el lugar. Habían estado tan distraídas observando, e incluso tomando algunas fotos sin permiso de aquel chico que no notaron cuando otra persona ajena se había acercado a ellas, atrapándolas en el acto.

—Ho-hola.— Respondió una de ellas algo nerviosa, teniendo que levantar ligeramente su rostro pues la persona las superaba bastante en altura.

—¿Acaso no les han dicho que espiar así a alguien más es de mala educación?— Incluso si parecía calmado, el tono con el que hablaba era muy parecido a un regaño. — Además, que unas lindas señoritas se queden hasta tarde en la escuela puede ser peligroso luego. Sería mejor que todas regresen a casa.

Las mencionadas se quedaron totalmente mudas, aún tratando de digerir no solo las palabras contrarias, sino también su presencia.

El hombre era claramente un alfa, no había mínima duda de ello, y por un demonio que era el hombre más jodidamente guapo que habían visto cada una de ellas en todos sus años de vida. Olvídense del chico dentro del salón de antes, o incluso de los idols de la TV. Este hombre frente a ellas ahora sí que era un verdadero dios griego.

¡El presidente del consejo estudiantil es un omega! || BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora