Capítulo 24

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Chifuyu salió de un vestidor luciendo un traje bastante refinado y elegante.

¿A aquello se referían con servicio especial en el ticket que habían ganado?

Se miró en un amplio espejo de cuerpo completo, apreciando bien las prendas que lo vestían. Una camisa de fina tela blanca era cubierta por una satinada chaqueta azul de mangas largas, con perlados botones y unas cuerdas del mismo tono enredándose entre estos y creando unos patrones en onda de arriba a abajo. Unos pantalones igualmente blancos se ceñían perfectamente a sus formadas piernas, con una línea roja extendiéndose en cada costado de este y que hacían juego con la faja que envolvía su cintura.

Igualmente, una chica le había ayudado a completar su look, aplicando un poco de maquillaje de forma natural para resaltar sus bonitos ojos cian, así como un toque de brillo que hacían ver sus labios más esponjosos.

Parecía un verdadero príncipe, y se robó muchas miradas de otros estudiantes que también se vestían con diferentes disfraces, suspirando por quien a sus ojos era un alfa perfecto. Él estaba satisfecho con su apariencia, no se veía nada mal, aunque sí le daba un poco de vergüenza.

Salió de aquel salón y se encontró con Keisuke, quien lo esperaba afuera con su cuerpo apoyado en la pared. Chifuyu lo admiró por unos segundos, notando que él también lucía un traje de estilo principesco, pero diferente al suyo.

El del alfa era negro, adornado con encajes, cadenas y botones dorados que combinaban a la perfección con su cabello. Debía admitir que se veía increíblemente bien en aquel atuendo, como si hubiese sido confeccionado especialmente para él.

—Te ves hermoso, Fuyu.— Dijo mientras sus ojos escaneaban maravillados su figura.

—Detente, es vergonzoso.— Respondió colorado. —Nunca pensé que nos harían vestir así.—

El alfa soltó una risilla y extendió su brazo de forma caballerosa indicándole al omega que se aferrara de él.

—Vamos, están a punto de prender la fogata.— El rubio tomó su brazo algo indeciso y siguió los pasos del otro, ensimismado en sus pensamientos.

Por alguna razón, ahora que veía a Keisuke, las palabras de Kazutora volvían a invadirlo.

Mordió su labio inferior y un leve escalofrío lo recorrió cuando su rostro fue golpeado por una mínima ráfaga de viento. Estaba tan entretenido que no había notado el momento en que el alfa los guio a la azotea de la escuela.

—Desde aquí tendremos una mejor vista y el olor a humo no se pegará en nuestras ropas.— Le dijo el pelinegro acercándose a la baranda que rodeaba todo el borde para observar hacia abajo, viendo como un montón de alumnos y profesores se reunían expectantes alrededor de una enorme pero organizada pila de madera que aún se encontraba apagada.

Chifuyu se acercó a él, y un deja vú le dio escalofríos cuando recordó aquella ocasión en el puente. Era la misma situación, pues allí estaba otra vez, a solas con el alfa, con la redonda luna y un mar de estrellas refulgiendo sobre sus cabezas.

Miró al alfa y bajó su mirada, hincando sus dientes con frustración en su labio inferior al querer hablar pero no decidirse por hacerlo.

—¿Qué pasa, Fuyu?— Preguntó el alfa percibiendo la inquietud en el contrario.

—No, nada.— Respondió vacilante sin dejar de mirar al suelo.

—Sí quieres podemos cambiar de lugar si no te gusta...—

—¿Estás conteniéndote?— Soltó de forma atropellada el omega interrumpiendo al contrario.

—¿De qué hablas?— El alfa estaba confundido por tan repentina pregunta.

¡El presidente del consejo estudiantil es un omega! || BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora