Verano (3/3)

350 40 21
                                        

—Es aquí.

—¡Oh! Entonces aquí vives —comenta Sasaki, que ha dejado de botar la pelota para poner atención al edificio crema frente a él.

Suben las escaleras en silencio hasta llegar al apartamento 312.

—Pasa, Shuu-kun. Aquí tienes, son pantuflas para invitados.

—Gracias.

Escuchan ruidos provenientes de la sala y ven a una mujer desempolvando algunos adornos.  Está sentada en el sofá y se ve muy concentrada. Tan concentrada que no levanta la mirada para ver a su hijo ni al invitado que ha traído.

—Mamá, ya estoy en casa.

—Yoshi-kun, qué bueno que llegas. Lávate las manos, en un momento serviré el almuerzo. Primero voy a terminar de limpiar esta lámpara.

Se acaban de mudar hace algunos días, por eso es normal encontrar cajas por toda la casa. Aún están desempacando.

—Este...mamá, he traído un amigo.

—Buenas tardes, señora Miyano. Mi nombre es Sasaki Shuumei, encantado de conocerla. Disculpe la intromisión.—Hace una reverencia y dibuja con su rostro una cándida mirada; quiere causar una buena impresión.

—Oh—responde asombrada por la repentina noticia. Ahora sí levanta la cabeza—. ¡Qué sorpresa, Yoshi-kun! —se dirige a Sasaki—. ¡Bienvenido, cariño! Siéntete como en casa.

—Vamos a ir a mi cuarto. Voy a mostrarle las figuritas que me compró papá.

—Sí, claro. Entonces, les llevaré refrescos— La señora se pone de pie, está entusiasmada con la visita.

—No te preocupes, mamá. Yo puedo prepararlos.—mira a Sasaki— Shuu-kun, ¿deseas tomar jugo de naranja, gaseosa, té o agua?

—Mmm, creo que está bien jugo de naranja. Gracias.

—Ok, Yoshi-kun. Entonces te llamo más tarde, cuando el almuerzo esté listo.—Miyano asiente.

El pelinegro es el primero en entrar a su pieza. Trata de acondicionarla para poder recibir a Sasaki; guarda la ropa recién doblada en el clóset, lleva las cajas con las pertenencias que le faltan ordenar a un costado de la cama y saca una mesita plegable que coloca en el centro de su habitación.

—Perdón que todo esté desordenado. Me emocioné tanto cuando me hablaste de My Hero Academia que me olvidé de este pequeño detalle.

—Oh, claro. Descuida —replica Sasaki, que está más concentrado observando el lugar.—Dejaré mi pelota aquí.

—Ok.

—Myaa-chan, ¡esto es increíble! —La estantería de libros se lleva la atención de Sasaki. Si bien no está completamente llena, es algo que impacta en un niño que solo lee los textos que le asignan los profesores.

—¿Ehhh? —exclama avergonzado— Bueno, no es para tanto, considerando que uno de mis pasatiempos es leer.

—Tienes razón. —Sasaki se arrodilla frente al estante y empieza a dar un vistazo a todos los ejemplares que posee el pequeño: hay de distintos colores, tamaños y géneros.

—Ahora vuelvo, iré por los refrescos.

—No es posible —dice entre susurros cuando se encuentra solo. —Tiene todos los tomos de My Hero Academia que han salido.

No se aguanta las ganas y agarra el primer manga de su colección. Se entretiene con las viñetas del segundo capítulo cuando lograr percibir una suave fragancia floral. Debe ser el detergente que usa su mamá para lavar las mantas. Sea como fuere, el aroma le resulta acogedor: lo hace sentir tranquilo.

Amigos de infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora