Capítulo XIII

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Akila Janssen

Su cabello castaño... Sus ojos color miel... Su piel tan radiante... Logan era mi definición de perfecto. No me importa si se droga o no, él es... Simplemente increíble.

Ayer después de comer los helados, caminamos por el parque hasta llegar a mi casa. Me dejó en la puerta y me abrazó despidiéndose, ¡ME ABRAZÓ!

Estoy muy feliz, tanto que acepté la invitación de Susana para ir a casa de Mayerlin. A veces no me gusta estar de mal tercio, pero Susana me convenció diciendo que la tenía olvidada, y bla bla bla...

Ya me bañe, cambié, y cepille el cabello, bueno, la peluca, pero ya es como mi cabello real.

Mamá me dijo que dejara de hacer cosas peligrosas, y eso hice. Aunque la idea de saltar en paracaídas me retumba en la cabeza. Quiero hacerlo, pero no sola.

Aquiles me escribió temprano, avisó que vendría a cenar ésta noche y traería a Eliana. Ella me cae muy bien, se ve que el amor que le tiene a mi hermano es sincero. No tiene cara de andar en malos pasos. Y lo principal, Aquiles se ve feliz.

Decidí no ir más al Doctor, ya que no tiene sentido, dijo lo que quería saber y listo. Lo que importa ahora es disfrutar lo que me queda. Tengo miedo de querer seguir... Nunca le he tenido miedo a la muerte, siempre supe que ese día llegaría, tarde o temprano, de cualquier forma, pero pasaría, y eso no me asusta. Me aterra el hecho de que quiera vivir más tiempo del que tengo, de querer seguir en éste mundo y no poder hacer nada.

Me dispuse a terminar mi maquillaje, pero siempre tiene que venir alguien a arruinarlo.

-¡SUSANA!

-Lo siento, lo siento. Vine a ver si estabas lista para irnos.

-Me estaba maquillando, pero ya no tiene sentido que siga en eso. Así que si, podemos irnos.

-Oye galletita.

Galletita. Ese es el apodo de Susana que siempre me ha tenido. Tuve el honor de ser apodada así el día que nos conocimos. Ya que yo estaba en la Sala de espera del Hospital donde trabaja su padre, comiendo un paquete de mini galletas. Susana me habló por primera vez, y yo le ofrecí una galletita, desde entonces ese ha sido mi apodo por ella. Y sólo teníamos 7 años.

Sonrío por el recuerdo y le contesto.

-Dime Terroncito.

Yo la apode así cuando teníamos 13 años. Susana había agarrado una maña por las cosas "sofisticadas" y en vez de preguntar si querías tantas cucharadas de azúcar en tu té, te preguntaba si querías <<terrones>> de azúcar. La comencé a llamar así como una burla, pero se quedó como un apodo de mi cariño hacia ella.

-No vamos a estar sólo nosotras tres.

-¿Ah?

-También va a estar Mateo y... Logan.

¡¿MI LOGAN?!

¿Desde cuándo es <<tú Logan>>?

Tú te callas.

-Oh, está bien.

Traté de sonar lo más calmada posible. Susana no sabía lo que yo sentía por Logan, y no estaba en mis planes más cercanos contarle aún.

-Oh Akila, otra cosa.

-¿Si?

-Logan me preguntó si estabas libre mañana en la noche, pero como no sabía la respuesta, le dije que podría preguntartelo él mismo hoy.

*gritico interno*

Dios mío, ¿ya me morí? ¿Tan rápido? ¿O estoy soñando? Porque no quiero despertar jamás.

Asenti y emprendimos el viaje caminando a casa de Mayerlin. Pero paramos cuando Susana recibió una llamada, y parecía ser importante.

Lo que yo no sabía era el grado de importancia de la llamada, porque en vez de ir a casa de Mayer, tuvimos que ir al hospital.

°°°

Nota de la autora:

Ya tenemos casi 100 vistas, estoy muy emocionada, gracias de verdad a todas las personas que le han dado una oportunidad a ésta historia, les prometo que no los defraudare.

¿Que creen que sea lo importante?

No se ustedes, pero yo estoy disfrutando ésta historia. Los tqm.

Besos... Barby<3

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