Toda elección trae consecuencias

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En sus años de vida Alma Madrigal ha tenido la oportunidad de presenciar muchas cosas insólitas, tanto buenas como malas. Solo basta dar una mirada de cerca a su descendencia para darse una idea del tipo de particularidades que ha visto esta mujer a través de los años.

Cualquiera pensaría que pocas cosas pueden sorprenderla aún, hasta el punto de dejarla sin habla o reacción.

Pero aquí estaba, parada en la primera fila de la iglesia totalmente muda y desorientada, por quizá primera vez en mucho tiempo.

Todo había pasado demasiado rápido para que su mente y razón lo procesarán. Un momento estaba viendo como su hijo y nuera daban el sí a la mejor decisión de sus vidas, y al otro escuchaba los jadeos de sorpresa de la gente para darse cuenta que la menor de sus nietas había interrumpido la boda justo cuando el padre pregunto si alguien se oponía.

¿Qué significa esto? fue el primer pensamiento que apareció en la mente de la matriarca mientras se levantaba furiosa de su asiento a reprender a su nieta, solo para llevarse luego la sorpresa de ver como su hijo menor salía huyendo a toda velocidad de la iglesia.

Ahora si estaba por completo confundida y sin saber qué decir. Estaba solo mirando la puerta por la que salió Bruno, cuando su intuición le gritó ¿Dónde está Mirabel? y al volver la mirada, la banca estaba completamente vacía

¿Qué significa esto? ¿Qué rayos está pasando? Pensamientos cada vez más alterados se arremolinaban en su mente. Quizá fueron segundos, que se sintieron como horas, los que Alma tardo en su letargo hasta que un fuerte sollozo la hizo regresar a la realidad y voltear de nuevo al altar al mismo tiempo que todos los presentes.

En el suelo, llorando a gritos se encontraba la recién plantada Ana Uribe. Arrodillada mientras sostenía contra su pecho el anillo que Bruno le había entregado hace tan solo un momento.

Los Alaridos de la mujer fueron suficientes para traer a todos los presentes del shock en el que estaban, y uno por uno comenzaron a caer en la cuenta de lo que había pasado. El novio se había escapado y con nada más y nada menos que su propia sobrina.

—¡Alma! ¿¡Qué se supone que significa esto!? — Eran exactamente los pensamientos que tenía la abuela en este momento, siendo verbalizados de manera violenta por su amiga Clara Uribe, quien continúo despotricando furiosa mientras le apuntaba con el dedo — ¡¡Tu hijo!! ¡Tu hijo simplemente se largó! ¡Así sin más! ¡¿Qué demonios está pasando?! Exijo una explicación ahora mismo.

La voz de Clara Uribe retumbaba en la iglesia sintiéndose tres veces más pesada gracias al eco del lugar. Los murmullos comenzaban a incrementar y Alma solo alcanzaba a captar uno que otro entre la multitud de murmullos que iba en aumento.

"¿Es enserio?" decían unos "¿que la que interrumpió no era Mirabel, su sobrina?" escuchaba a otros "Pobre Ana, eso no se lo deseo a nadie" o " Eso le pasa por querer casarse con el mal augurio de Bruno Madrigal".

Obligando a sí misma a recomponerse y salir de su aturdimiento la abuela intento mantener la compostura lo mejor posible para des enredar todo este lío. Haciendo caso omiso de la multitud de comentarios y murmullos maliciosos.

—Yo también quisiera saber que significa todo esto Clara. No me esperaba que Bruno ...o Mirabel, hicieran algo como esto — respondió a su amiga mientras re acomodaba su chal como muestra de compostura.

Dios...que no sea lo que me estoy imaginando. Pensaba la matriarca con angustia, pero sin dejar notar ni un poco. Debía proyectar la mayor seguridad posible, igual que siempre lo hizo, o todo podría ponerse peor de lo que ya estaba.

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