14 | Incendio

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Vi entrar al doctor con los resultados en sus manos.

— Tengo los resultados, la prueba es negativa así que una vez descartado el embarazo podemos recetarte algún calmante, como recomendación nada de emociones fuertes y deje de pensar en cosas que la pongan mal, evite pasar disgustos, peleas o cualquier tipo de conflicto.

— Gracias por las recomendaciones, ¿me puedo ir? — cuestioné algo desesperada.

— Si señorita puede irse.

— Gracias y tenga por seguro que seguiremos sus recomendaciones — Salimos de la habitación y encontramos a Maureen.

— ¿Ya te sientes mejor? — cuestionó Maureen.

— Si ya mucho mejor.

— Entonces ¿van a ser papás o no? — espera qué Maureen lo sabe.

— jaja no relájate — respondió Max tranquilo

— ¿Le dijiste?

— ¿Porque lo ocultan? — cuestionó Maureen cruzándose de brazos.

— Porque apenas empezamos.

— Aún así somos sus amigos no deben ocultarlo.

— Es verdad no tenemos porqué ocultarlo.

— Si tienes razón.

— Que viva el amor.

— Te vi coqueta con el Dr. Kath.

— Él es mi amor solo que aún no lo sabe — dijo Maureen con un sonrisa sin saber que el doctor estaba detrás de ella.

— ¿Segura? — Cuestionó el Dr. Kath.

— ¡Carajo! — dijo Maureen para nosotros reírnos de su vergüenza.

— De nada, nos vemos pronto Maureen.

| Jeep |

— Max yo...

— Tranquila si quieres hablarlo lo haremos en casa, estas muy débil .

— Estoy bien solo fue un desmayo — me observó y no respondió nada durante todo el camino.

Llegué hasta la cocina, saqué una manzana del refrigerador y la lleve a mi boca.

— Podrías habérmelo pedido puedo hacerlo por tí.

— Estoy bien no tengo ningún dolor.

— No estas nada bien, no me gustó para nada ese desmayo — me siguió hasta la habitación, terminé de comer mi manzana en silencio.

— Quiero descansar.

— Descansa.

— Puedes irte cuando quieras estaré bien — me senté en la cama.

— ¿Porque no confías en mí?, algo te está pasando ¿quiero saber que es?

— No es nada solo debío ser porque no desayuné.

— Tuviste un ataque de pánico.

— Y no debo preocuparme o tener algún tipo de conflicto por mi salud — le recordé.

— ¿Puedes hablar de lo que causa tu ataque de pánico?

— No quiero hablar de eso, solo quiero descansar.

— Ten un poco de confianza me preocupas porque te amo.

— Te amo, no tienes nada de que preocuparte — dije acariciando su cabello.

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