17 | Altanera

134 20 0
                                    

— ¡Papá! — dijo Max.

— No se preocupe no me afecta en lo más mínimo — es la verdad.

— Sabes hay algo raro o curioso.

— ¿Que cosa? — cuestioné.

— Eres parecida a ella — sonreí algo incómoda, preferí no responder y seguir comiendo.

— No se parecen en nada — dijo que Max y lo observé para que se calmara y no siguiera hablando.

— Zaid porfavor come — insistió Claire al pequeño.

— Ya estoy lleno quiero ir a jugar.

— Llévalo a su cuarto de juegos — dijo Ross y Claire desapareció por un pasillo junto con Zaid.

— Señora Navyn esta comida está deliciosa — halagué su cena.

— El curso de cocina debía servir de algo.

— Eso es maravilloso.

— ¿Tu sabes cocinar? — cuestionó Ross.

— Obvio sé cocinar de todo un poco.

— Quisiera probar alguna de tus comidas para saber si es más buena de las que he provado — él definitivamente me está retando, Esme sé paciente respira él solo intenta provocarte.

— Será un gusto preparar algo para usted — si sigue así el sazonador de la comida será veneno de ratas.

— Me caes muy bien eres muy directa jaja eso lo tienen pocas personas, papá deberías invitarla a tu cumpleaños — Comentó Thom.

— Aún ni se reparten las invitaciones.

— Claro que ella vendrá — dijo Max y le sonreí.

— ¿Ustedes ya viven juntos? — Ross no para sus preguntas.

— No — respondí de inmediato.

— ¿Que tiempo tienen saliendo? — esto es un interrogatorio.

— Tres meses y una semanas — respondió Max con una sonrisa.

— Así es — afirmé su respuesta.

— Que raro — no entiendo a que quiere llegar con todo esto.

— ¿Porque?

— Porque Max cuando apenas tenía un mes o tres semanas con Fabiana ya vivían juntos.

Esto está colmando mi paciencia.

— A ver señor no quiero faltarle el respeto pero yo soy Esme no veo a ninguna estúpida Fabiana cenando con usted y si va a seguir comparandome hágalo, su hijo y yo tenemos una relación muy diferente — por fin lo dije.

— Si, Fabiana era muy diferente no era una altanera.

— Papá ya basta deja de nombrarla — dijo Max algo molesto.

— Conozco a mi hijo y se que aún ama a Fabiana.

— Que equivocado que está, lo tiene tan cegado el dinero que ya ni conoce a sus propios hijos — necesitaba decirlo.

— No me faltes el respeto — pidió Ross cuando él no lo hace.

— Empiece respetándome para que reciba lo mismo — no me voy a quedar callada ante todo esto.

— Eres una... — podía ver el enojo en sus ojos.

— Una ¿qué? Sea machito y dígame las cosas de frente — esta sacando mi peor lado.

Mi Pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora