La Bella y la Bestia

Capítulo 8: Aunque él no era humano, a ella todavía le importaba.

El moretón en el costado de su cara se había desvanecido hacía mucho tiempo, dejando solo una fina cicatriz blanca donde la espada de Adam rozó su mejilla. Debería haberse sentido más molesta por eso, pero pensó que era una marca apropiada para representar los pecados de su familia.

Pasó los siguientes días adentro o cerca de Violet mientras recogían más hierbas y vegetales del bosque. Cada vez que salía de la casa, incluso dentro de los límites del pueblo, Weiss nunca podía quitarse de encima la sensación de ojos en su espalda, y no era por los aldeanos.

A veces lo atrapaba con el rabillo del ojo, se destacaba del follaje verde como una rosa roja. Sin embargo, cuando se dio la vuelta para enfrentarse a él, él nunca estaba allí. Nunca hizo otro movimiento para atacar, pero también hizo poco para ocultar su presencia en las sombras.

Weiss no estaba seguro de si sentirse aliviado o temeroso ante la tensa paz.

Cuando no estaba ayudando a Violet con el trabajo al aire libre, pasaba la mayor parte del tiempo mirando a los aldeanos desde la ventana.

No lo había notado cuando llegó por primera vez, pero muchos de los adultos estaban lisiados, mutilados y con cicatrices de alguna manera. Era raro encontrar a un aldeano adulto con todas sus extremidades todavía funcionando y su cara libre de marcas.

' Nosotros les hicimos esto'. El pensamiento no se volvió más fácil de digerir.

Se preguntó cuándo habían sido marcados por su familia. ¿Habían sido niños? ¿Padres?

¿Había estado asustado cuando sucedió? ¿Qué edad tenía cuando lo marcaron? ¿Había algo que ella pudiera haber hecho para ayudarlo?

¿Aceptaría él que ella se disculpara con él ahora? ¿Sería suficiente traer de vuelta al chico que conocía?

Necesito dejar de asociarlo con su pasado. No son lo mismo. Weiss siempre se reprendía a sí misma cada vez que sus pensamientos se demoraban demasiado en él, pero siempre se encontraba de regreso en esa cueva solitaria.

Los recuerdos se sentían como hielo ahora.

"Vas a atraer a los Grimm si sigues de mal humor". Violet solía decir cada vez que la encontraba mirando por la ventana.

"Lo siento." Su respuesta era siempre la misma antes de llevarla de mal humor a su dormitorio.

Weiss trató de distraerse con tareas y tareas repetitivas tanto como pudo, pero era imposible ignorar la culpa que la carcomía.

Tenía razón . El pensamiento la perseguía en cada momento de vigilia.

Si tiene razón sobre mi familia, ¿ en qué más tiene razón? Weiss no estaba segura de estar lista para averiguarlo.

Fue durante una tarde tormentosa que su tranquila rutina se detuvo. La tormenta eléctrica obligó a Ash a quedarse en casa, lo que hizo que la casa, por lo general tranquila, estuviera más animada que de costumbre. Weiss encontró que su mal humor se aligeraba con el entusiasmo del hombre.

Estaba en medio de mostrarle un viejo juego de cartas cuando escucharon los gritos por primera vez.

"Vuelvo enseguida", les dijo Ash antes de agarrar su espada y salir.

Weiss y Violet intercambiaron miradas de preocupación antes de correr hacia la ventana. Sintió que se le aceleraba el corazón cuando vio a la manada de Grimm con forma de lobo atravesando la aldea.

Era una reminiscencia inquietante del ataque a Beacon, pero esta vez era un grupo de civiles que se enfrentaban a los monstruos, no estudiantes entrenados.