Luz debía admitir que su estadía en este nuevo pueblo le había sentado bien. Nuevas amistades y ninguna preocupación. Incluso el asunto que las hizo mudarse se había quedado en el olvido.
Para Lucía era un poco de lo mismo, Hexside no era para nada parecido a Glandus en muchos aspectos, positivamente hablando. Las semanas pasaron, llevaban exactamente un mes en aquel pueblo Lucía podía apostar que nada podría salir mal.
La semana de evaluaciones ni siquiera estaba cerca pero eso no impedía que hubiera exámenes sorpresa. A mitad de una clase un celular comenzó a sonar, todos se miraron extrañados, sorprendidos y otros pocos burlones, pues las reglas estaban claras, nada de celulares encendidos durante los exámenes.
A pesar de la imagen de chica rebelde que Noceda demostraba, acataba las órdenes dentro de la escuela, por ende su expresión confusa fue enorme en cuento las miradas fueron hacia ella, pues el origen del sonido provenía de su mochila. La profesora se acercó hasta ella con una clara expresión de enojo. Rápidamente la castaña abrió su mochila encontrándose con el celular que para su sorpresa, ni siquiera era el de ella.
— Señorita Noceda, conoce bien las reglas. —Por más raro que pareciera, no quiso tomarle ningún tipo de importancia por ahora.
Soltó un suspiro despreocupado antes de entregarle el celular, pensó que no habría más problemas así que tomó su lápiz nuevamente para continuar con su examen. Sin embargo, la maestra tomó el examen, rompiéndolo en el acto.
— ¡¿Qué hace?! —La queja salió como un grito muy confundido. Había escuchado de profesores que hacían eso, pero jamás se imaginó toparse con alguno.
— Las reglas son las reglas, se quedará en detención esta tarde.
Quiso alegar respecto a la sanción que le habían impuesto pues claramente era una injusticia. Aquel celular ni siquiera era suyo, claramente lo habían plantado y solo se podía preguntar «¿por qué?»
Salió del salón con bastante enojo, era completamente injusto, no le habían dado la oportunidad de defenderse. Decidió ir hasta la cafetería para por lo menos comer algo antes de pasar toda la tarde en detención. Ya había pasado un par de veces por detención y sabía que no era tan malo como pensaban, solo una tarde de no hacer nada o aprovechar para hacer tareas pendientes, era como estar en la biblioteca pero con un profesor frente a ella vigilando que realmente hiciera los deberes.
En otro extremo del edificio, una chica de bella cabellera verde y ojos dorados se encontraba en el laboratorio de química presentando una práctica. Tal parecía que todos los profesores se habían puesto de acuerdo para estresar a los estudiantes, a pesar de que la semana de exámenes aún estaba lejos de llegar.
— Bien señorita Blight, ahora vierta el extracto con mucho cuidado. —El mayor miraba con atención la práctica de Amelia
La mayor de los Blight hizo caso al profesor tomando el tubo de ensaye y vertiendo el contenido en el matraz. Pero el resultado comenzaba a verse como un completo desastre, una gran cantidad de humo comenzó a salir del recipiente. Amelia retrocedió al igual que el profesor, sabía perfectamente que eso no debía pasar. Parecía que solo había creado una bomba de humo hasta que comenzó a tornarse de un color morado bastante intenso.
— Todos salgan, ¡rápido y con cuidado! —Con cuidado no era una opción, y el pánico se apoderó de los estudiantes enseguida.
Todos los alumnos salieron del lugar justo antes de que el matraz explotara sin una razón aparente, y el salón se llenaba de más humo, hasta que los aspersores de emergencia se encendieron, cubriendo de agua todo el laboratorio.
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NO MIENTAS MÁS - [Editando]
FanfictionWoodhaerst, un pequeño pueblo donde nada inusual ocurre, o eso se pensaba hasta hace unos días. La familia O'Conner esta devastada trás la muerte del hijo mayor. Cuatro chicos son sospechosos de lo sucedido, pero ellos lucharán por demostrar su inoc...