NO MIENTAS MÁS - [Editando]

CAPÍTULO 9

En solo dos días la relación entre Amelia y Lucía había mejorado, tal parecía que sincerarse había funcionado. A pesar de ello, la morena no dejaba de ir con la pelinegra por las noches. Ahora así era su rutina, pasar las tardes en la mansión Blight y en las noches en la casa Park; o eso pensaba, hasta que en Hexside algo inesperado había ocurrido. Una nueva entrada había sido publicada en la página.

¿Qué están dispuestos a hacer con tal de defenderse? ¿Podrían golpear a alguien hasta quitarle su último aliento de vida? La adrenalina puede hacernos invencibles, al menos en sentimiento. Nos hace hacer cosas que conscientes no haríamos, es como una droga.

Acabo de llegar a este pueblo en busca de una nueva oportunidad. ¡Ja! En realidad este es el único lugar donde a la policía no se le ocurriría buscarme después de lo ocurrido. Después de que destrozara a ese sujeto a golpes. Un sentimiento que no me molestaría en lo absoluto repetir.

Gracias por la bienvenida, Hexside.

La morena abrió los ojos con gran sorpresa en cuanto terminó de leer aquella publicación, la pelinegra la miró con la misma expresión de sorpresa. ¿Quién rayos sabía sobre aquél secreto aparte de Wionna? Lucía sabía la respuesta, tomó su celular rápidamente para mandar un mensaje al grupo de "club de asesinos" –como la escuela había acostumbrado a llamarlos– y corrió directo a su pequeña sala de reuniones. «Reunión en los baños abandonados, AHORA». Los 3 chicos confirmaron y así fue, el grupo más Wionna se reunió en el lugar acordado.

— ¿Vas a llevarla a todas las reuniones ahora?

— Cállate Blight, y ahora habla. ¿Qué te hice? ¡Confié en ti!

— ¿De qué demonios hablas? Yo no he dicho nada.

Gustavo y Danai miraron la pequeña discusión bastante confundidos hasta que algo en sus mentes hizo clic; la publicación, el haberse quedado solas, finalmente ambos entendieron que el secreto que se hizo público era el de Noceda. Ambos apartaron a la peliverde para colocarse justo frente a Lucía de forma bastante intimidante.

— ¿Y ahora se supone que vas a matarnos a nosotros?

— ¿Al menos leyeron bien la publicación? —Habló con incredulidad Lucía—. Y quitando eso de lado, ¿por qué lo haría? Se supone que estamos en el mismo equipo.

El ambiente se había vuelto demasiado pesado y tenso. Palabra tras palabra, era seguro que no llegarían a nada si solo seguían insultándose. Esta vez quien detuvo aquella absurda discusión fue Amelia, solo quería terminar con este gran mal entendido.

— Si no me crees, vamos a mi casa y revisas mi computadora, mi celular. ¡Pon mi habitación de cabeza! YO NO HE DICHO NADA

Lucía suspiró pesadamente, sabía que de este modo no conseguiría nada. Lo mejor fue aceptar, salieron del lugar para ir hasta el estacionamiento y dirigirse a la mansión Blight. Una vez ahí subieron de inmediato hasta la habitación de la peliverde, comenzaron a buscar Dios sabe qué, movieron cada cosa de su lugar en busca de algo que les diera un indicio de culpabilidad. Lucía por otro lado, se quedó en la computadora de Amelia buscando una cosa en concreto, la página. Por desgracia, o por suerte, no encontró absolutamente nada. Revisó el celular de la chica mientras unos intensos ojos dorados la observaban con total atención. Nuevamente no encontró nada.

— Bien, parece que no hay nada —dijo Noceda, completamente convencida de la inocencia de Amelia—. De todas formas, ¿por qué buscar pruebas físicas? Deberíamos buscar un testigo o...