17. Descrubiendo lo inesperado

2.3K 322 88
                                    

He aquí por fin el nuevo capítulo de este grandioso fic que a muchos le a encantado, que lo disfruten :D/

PD: Qué bella se ve la diosa Ross en la imagen

------------------------------------------

El mundo estaba sumido en una eterna oscuridad y en un profundo silencio. Por más que gritara no había sonido alguno.

El tiempo pasaba como días y no había ninguna señal de que algo cambiara. Continuó caminando hasta que sus pies se rindieron y con su mente fatalmente agotada.

Al estar en ese estado tan vulnerable, una sensación inexplicable recorrió por cada parte de su cuerpo. Al tratar de descubrir la razón, encontró que la fuente reside en su corazón, o más bien, la fuente era su mismo corazón el cual desprende una increíble cantidad de poder revitalizándolo.

Mientras lograba recuperar fuerzas de a poco, a la distancia, muy lejos, logró visualizar un punto blanco destellando.

Por miedo a perder esa luz en la agobiante oscuridad, sin importarle lo cansado que estaba, caminó cojeando hacia la luz que, a medida se acercaba, la luz se volvía cada vez más prominente.

Una vez que llegó más cerca, se encontró con una especie de portal circular en el suelo completamente blanco. Ansiando la luz luego de horas de penumbras atravesó con su mano aquel portal. Al no verse herido decidió ingresar por completo.

Dio un salto al portal. El salto pareció en cámara lenta, en el momento en que saltó, sintió algo por detrás, así que dando vuelta la cabeza pudo ver, entre la inmensa oscuridad unos ojos fríos resplandecientes junto a colmillos tan filosos capaces de rasgar el espacio.

Un miedo sin igual lo abrumó, pero por suerte en ese momento fue que logró entrar al portal, y con su figura desaparecida, aquella cosa entre las tinieblas se retiró.

Al abrir los ojos el agotamiento que sintió antes parecía algo ridículo de mencionar al sentir como ni siquiera podía mover un dedo. Con mucho pesar apenas si podía abrir los ojos.

Una tenue luz blanca lo cubría por completo en medio del aire.

En el momento en que trataba de identificar en donde se encontraba, la esfera de luz que lo cubría descendió de forma lenta hasta que su cuerpo quedó tendido en una suave y cómoda cama.

Dicha luz se retrajo hasta ingresar en una gema incoloro, volviéndola blanca al instante encontrándose en una pulsera dorada en su muñeca derecha.

Como si fuese algo coordinado, la puerta del cuarto se abre revelando a un anciano con una expresión severa, con una mujer hermosa y una mirada ansiosa.

Ambos avanzaron hasta quedar a un lado de la cama. La mujer de inmediato lo ayudó a sentarse, dejando que se apoye contra el respaldo.

El anciano miró fijamente su rostro agotado, tez desprovista de color, ojos con minúsculos rastros de vida y por último, la pulsera en su muñeca, antes de soltar un profundo suspiro.

Con un movimiento de sus manos, un círculo mágico se creó, del cual una especie de neblina cubrió su cuerpo agotado e ingresar a su interior.

Segundos después, un poco de color volvió a aparecer en su rostro, aunque no era mucho, había mejorado muchísimo su frágil condición.

"Odín-sama..."

Odín: Silencio Rossweisse - silenció a la valquiria aún con una mirada severa - si Rossweisse hubiese tardado diez segundos más en traerte a mí, habrías muerto, ¿Entiendes eso Issei?

Issei: L-Lo... sien... - trataba de hablar, pero con cada letra se agotaba al punto de querer dormirse de inmediato.

Odín: ¡No aceptaré tus disculpas, así que no termines esa frase! - declaró levantando la voz.

Amor ResplandecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora