Habría pasado al menos una semana desde aquello, Gerard no volvió a embriagarse y bueno, yo, con tal de animarlo un poco al notar lo deprimido que se encontraba, decidí cumplir con lo que me había venido propuesto desde la primera mañana que pasamos juntos: comprarle algunas pijamas. Y sí, fui al centro comercial a escogerle unas cuantas pijamas para obsequiárselas, porque debo decir que se chico continuaba paseándose por ahí sólo con sus bóxers puestos, ocasionándome un terrible retortijón en el estómago.
Llegué con un par de bolsas, Gerard no estaba como de costumbre en la sala, por lo que decidí ir hacia su habitación, encontrándolo ahí, en el piso, pintando algo, pero al verme de inmediato intentó ocultar lo que plasmaba en aquel lienzo.
- Hola Frankie – Me dijo algo nervioso mientras escondía lo que pintaba. Pude notar que él estaba lleno de pintura. Sus mejillas estaban un tanto manchadas, al igual que sus manos y sus piernas.
- ¿Qué pintas? - Cuestioné. Dudó en responder.
- Nada importante
- Por Dios Gerard, déjame verlo
- Cuando lo termine te prometo te lo muestro – Me resigné a que no vería ese cuadro y recordé a lo que venía
- Como digas... Mira Gerard, te traje algo – Le dije mostrándole las bolsas
- ¿Qué es?
- Toma – Le di las dos bolsas y comenzó a sacar de ellas las pijamas que compré especialmente para él. Sin duda la que más le gustó fue aquel mameluco en forma de esqueleto, pues lo vio, sonrío y lo abrazó contra su cuerpo, posteriormente me miró y me dedicó una sonrisa.
- Gracias Frankie, no tenías que hacerlo
- Espero te gusten
- Mucho... ¿quieres que veamos una película? - Cuestionó
- Ah no, yo... tengo que salir
- ¿Negocios?
- Sí, así es Gerard – Mentí y ni siquiera sé por qué lo hice, simplemente iba a salir con mi prometida, pues honestamente la había tenido un poco descuidada desde ya hace unas cuantas semanas en que Gerard apareció en nuestras vidas. Salí de la habitación de Gerard para irme a arreglar y prepararme para ir por Jamia.
Al estar con ella en aquel lujoso restaurante no pude evitar pensar en Gerard y en que en verdad hubiese preferido quedarme con él viendo una película y comiendo palomitas, en vez de estar en aquel restaurante comiendo caviar y bebiendo champagne frente a la mujer más hermosa que he visto ¿Por qué? No lo sé.
Incluso terminé llegando más temprano de lo que creí a casa y cuando ingresé al apartamento Gerard estaba ahí, sentado frente al televisor, con un bowl de palomitas, sin embargo pude notar que esta vez no bebía refresco, tenía cerveza, había ya varias latas vacías a su alrededor. Miraba una película, ahora no era ni StarWars ni Harry Potter o la Naranja Mecánica, estaba viendo Lo que el viento se llevó, incluso pude notar que estaba sollozando frente al televisor, pues tenía una caja de pañuelos a su costado, por lo que decidí aproximarme hasta donde se encontraba.
- Gerard ¿Estás bien? - Dije sentándome a su costado, volteó a verme con sus verdes ojos llorosos y me abrazó. Estaba ebrio de nuevo.
- Perdón Frankie – Mencionó separándose de mí, mirándome con sus ojos acuosos
- ¿Todo bien Gee? – Ni siquiera sé por qué le dije así, nunca le había dicho así
- No es nada
- Cuéntame qué te pasa ¿te sientes solo? - Él sólo asintió y ahora fui yo quien lo abrazó – Yo estoy contigo
- Es que soy un perdedor, un fracasado – Indicó sollozando en mi hombro – Llevo casi un mes aquí y no tengo trabajo, no tengo amigos, no tengo nada
- Me tienes a mí – Le dije mirándolo a los ojos
- ¿Te gusta estar conmigo? - Preguntó
- Sí, mucho – Le respondí abrazándolo de nuevo y sintiendo otra vez ese malestar que su sola cercanía me provocaba, porque no sé que tenía Gerard, en serio me agradaba, pero tenerlo tan cerca me ponía tan mal. Ni siquiera puedo explicar lo que experimentaba.
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La vida perfecta de Frank (Frerard)
Fanfiction"Qué más puedo desear, qué más puedo pedir, tengo la vida que todos desearían vivir. Hoy todo es perfecto. Nada, simplemente nada puede empañar ahora esta dicha tan grande que tengo de sentirme tan pleno tanto en lo profesional como en lo personal ¿...