La vida perfecta de Frank (Frerard)

Capítulo 17: Mi perfecta vida con el chico de los ojos verdes

El gran día llegó y no, esta vez no iba a arruinarlo todo de último momento, ahora estaba 100 por ciento seguro de que quería pasar toda mi vida al lado de Gerard, sin embargo aquella mañana, para hacer todo conforme a la tradición como lo quería mi madre, no pude despertar al lado de mi Gerard, pues tuve que irme a dormir a casa de mis padres. Pero se trataba del gran día, por lo que sí, siendo algo cursi, dejé una carta para él junto con una rosa roja sólo para hacerle saber cuánto lo amaba y lo feliz que me hacía al permitirme hacer una vida a su lado.

Mi Gerard, cuando te conocí nunca imaginé que terminaríamos así, mi vida era perfecta, o al menos eso creía, pero realmente nada tenía sentido, tú viniste a darle color a todo, por ti hoy me siento vivo, como nunca antes. Desde que llegaste me hiciste sentir cosas tan extrañas que me llevó un tiempo descifrar, hasta que un día, al mirar tus hermosos ojos verdes lo supe: tú eres el amor de mi vida.

Nunca te voy a dejar ir Gerard, mi Gerard. No quiero perderte, no quiero que me dejes. Te amo, lo hago todos los malditos días de mi vida. Te amo y te necesito, necesito sentir tus besos, tu cálido cuerpo, necesito mirar toda mi vida tus bonitos ojos verdes, no quiero dejar de hacerlo nunca, no quiero despertar si tú no estás a mi lado.

Nada es suficiente si tú no estás, te amo tanto, ni siquiera hallo palabras, no sé cómo demostrate el gran amor que te tengo, tú eres todo para mí, mi mundo entero.

Y no, nunca me cansaré de repetirlo, te amo mi Gerard, hoy, hoy por fin seremos uno, serás mío para siempre y yo tuyo para toda la eternidad. Nunca te dejaré, nunca te lastimaré, cuidaré de ti todos los días de mi vida, porque tú lo eres todo. Mi vida perfecta es sólo a tu lado, mi chico de los ojos verdes, mi Gerard.

Tu futuro esposo, Frank.

Yo por mi parte yacía en casa de mis padres, mi madre no paraba de decirme: "Espero que no vayas a echar a perder todo como la última vez", pero le dije que en esta ocasión nada malo sucedería, pues me casaría con mi Gerard, el amor de mi vida.

Yo quería echar la casa por la ventana, pero Gerard quería algo sencillo, por lo que optamos por un punto intermedio para nuestra boda. Al llegar a la iglesia me sentía tan ansioso, me puse un traje negro, con una corbata del mismo color y una camisa blanca. Me sudaban las manos esperando a la llegada de mi chico perfecto de ojos verdes, hasta que pronto, al estar en el altar de la iglesia, la marcha nupcial comenzó a sonar y ahí estaba él, mi Gee, luciendo un traje negro, camisa blanca y una corbata en color rojo al igual que su cabello que había teñido de aquel deslumbrante color, luciendo simplemente perfecto. A su costado caminaba Mikey, quien se encargó de entregarlo a mí frente al altar.

Y él momento llegó, Gerard frente a mí, tomados de las manos, él diciendo: "Sí, acepto" y yo sabiendo perfectamente lo que tenía que responder esta vez, estando completamente seguro de que quería pasar mi vida al lado de ese chico precioso que estaba frente a mí. "Sí, acepto", fue lo que dije antes de unirme a él para siempre en un profundo beso, nuestro primer beso como esposos.

La vida fue perfecta a partir de ese momento, del instante en el que Gerard Way aceptó estar para siempre a mi lado.

Yo creía que lo tenía todo, pero fue hasta que Gerard llegó a mi vida que por fin pude estar completo, porque él es todo lo que me hacía falta, y ahora estaba a mi lado. Cuando creí que la vida no podía ser más perfecta, al final lo fue, lo fue al lado de Gerard Way, mi perfecto chico de los ojos verdes.

FIN